martes, 31 de diciembre de 2019

Desear ya es ceder


Desear ya es ceder. Se han levantado las barreras. No serviría de nada contenerse. ¿Para qué? Da igual. Ahora piensa como los opiómanos, los ludópatas. Está tan orgullosa de haber mantenido a raya la tentación unos cuantos días que se ha olvidado del peligro. Se pone de pie, levanta la manilla mugrienta, se abre la puerta.

Estación de Madeleine.

Leila Slimani
El jardín del ogro

Fot. Andrey Godyaykin 
Sitting

sábado, 28 de diciembre de 2019

Creer


He atravesado las creencias. 
Durante mucho tiempo
nevó sin esperanza.
Había madres que enloquecían al amanecer:
 oigo sus gritos amarillos.
Aún nieva. Creo en la desaparición.
Creo en la ira.

Arden las pérdidas
Antonio Gamoneda, 2003

Fot. Fleet Ilya

jueves, 26 de diciembre de 2019

Sabidurías


Todo el mundo sabe que andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
Con el tiempo uno aprende que si andamos buscándonos, nos encontraremos más rápido.

Yuan Mon Chow

Fot: Henry Horenstein
Albert Ray, 2006


martes, 24 de diciembre de 2019

La habitación escondida


A veces he pensado que la naturaleza de una mujer es como una casa enorme llena de habitaciones: está el vestíbulo, donde uno recibe a las visitas formales; la sala de estar, donde los miembros de la familia entran y salen; pero más allá, mucho más allá existen otras habitaciones cuyas puertas nunca se abren; nadie conoce el camino hasta ellas y en la habitación más íntima, el alma se sienta a solas y espera oír unos pasos que nunca llegan.

Edith Wharton
Cuentos completos (2 vol.)
Ed. Páginas de espuma, 2019

Fot. Katsuji Fukuda
Onna no utsushikata (How to Photograph Women)
Tokyo Ars, 1937

sábado, 21 de diciembre de 2019

Página para tu pluma



Soy página para tu pluma.
Lo aceptaré todo.
Una página en blanco
para que escribas en ella.
Seré guardián de tu abundancia,
todo te lo devolveré cien veces.

Marina Tsvetáyeva


domingo, 15 de diciembre de 2019

El secreto de los secretos




No puedo decir si el día
está terminando, o el mundo, 
o si el secreto de los secretos 
está dentro de mí otra vez.

Anna Ajmátova

Fot: Kvinnors väntan
Ingmar Bergman, 1952

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Ociosidad


En nuestro mundo, la ociosidad se ha convertido en desocupación, lo cual es muy distinto: el desocupado está frustrado, se aburre, busca constantemente el movimiento que le falta.

Milan Kundera
La lentitud
Ed. Tusquets, 2005
Trad. Beatriz de Moura

Fot. Max Dupain
Sunbaker, 1937

domingo, 8 de diciembre de 2019

El juego del amor



El amor es un juego apasionante 
y el mejor sustituto del amor. 
De aquel amor inmenso, el amor único, 
que uno halla varias veces por el tiempo.
El recíproco amor es lo más bello. 
Lo sabemos los dos. Pero es muy grande 
el vacío que se abre entre el amor 
que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.
¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza 
si es posible colmarlo de sonrisas?
Si se ha ocultado el sol pueden los faros 
del coche iluminar la carretera. 
Mientras llega otro amor buscando el nuestro 
juguemos, sólo juego, a enamorarnos.
Juguemos a querernos, sin querernos, 
hasta el día en que alguno de los dos 
vuelva a sentir amor por cualquier otro. 
El amor es hermoso aun como juego.

José María Fonollosa

Fot. Jacopo Baboni Schilingi
Peiju-Terra / b, 2018

sábado, 30 de noviembre de 2019

Hilos



Siempre están los hilos.
La maraña de hilos
que la memoria ensambla por
analogía. De no ser
por esos hilos,
la existencia —¿existencia?—
todo sería un cúmulo de
fragmentos —¿fragmentos?—,
bueno, destellos si se quiere.
Todo sería destellos. Inconexos

—inconexo: palabra sin
referente. Vacía…

Chantal Maillard
Hilos

Fot. Emanuelle Brisson

Pensar/Mentir


Mentir.
Mentar.
Montar.
El lenguaje cabalga,
sin jinete ni caballo,
a lomos del deseo.

Moritz Fritz
Pensar/Mentir

Fot. René Groebli,
De la serie El ojo del amor, 1954


sábado, 23 de noviembre de 2019

Las voces del silencio



¿A qué tumba has huido que no oyes
 cómo te llama a voces mi silencio?

 Piedad Bonnett

Fot. Silvana Mangano, de espaldas
en Teorema, de Pier Paolo Pasolini

jueves, 21 de noviembre de 2019

Sueño de un curioso


Sueño de un curioso

Conoces, como en mi caso, ese dolor sabroso,
De ti haces que digan: «¡Qué ser tan singular!»
Iba a morir. Y había en mi alma amorosa,
Deseo mezclado con horror, un raro sufrimiento;

Angustia y esperanza, sin humor ficticio.
Cuanto más se vaciaba la fatal ampolla,
Más deliciosa y áspera era mi tortura;
Y se desgajaba mi alma del mundo familiar.

Me sentía como un niño ávido de espectáculos,
Que odia el telón igual que se odia un obstáculo.
Hasta que, al fin, la fría verdad se desveló:

Sin sentirlo había muerto
Y una aurora me envolvía.
Y, ¿qué? Entonces, ¿no es más que esto?

El telón se había alzado y yo esperaba todavía.

Charles Baudelaire
de Las flores del Mal
Versión J.M. Montefogo

martes, 19 de noviembre de 2019

Secretos



Hay secretos, silenciosos y pétreos, sentados en los oscuros palacios de nuestros corazones: secretos fatigados de sus tiranías: tiranos deseosos de ser destronados.

James Joyce
Ulises

Fot. Elliot Erwitt

lunes, 18 de noviembre de 2019

Ese



El amor
ese que yo busco
no está ciertamente dentro de tu cuerpo
que tiendes sobre mujeres fáciles
sin ningún grosor ni sustancia.
El amor ese que yo quiero
es tu presencia constante,
es el ojo vigilante del amo orgulloso
que engorda a su bestia.

Alda Merini
Clínica del abandono

Fot. de la autora

Recuerda, cuerpo


Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto fuiste amado,
no sólo en qué lechos estuviste,
sino también aquellos deseos de ti
que en otros ojos viste brillar
y en otras voces temblaron
y que la suerte humilló.
Ahora que todos ellos son cosa del pasado
casi parece como si hubieras satisfecho
aquellos deseos – cómo ardían
recuerda, en los ojos que te contemplaban;
cómo temblaban por ti, en las voces, recuerda, cuerpo.

Konstantinos Kavafis
Versión J.M. Montefogo

Fot. Jan Saudek
Petite fille à la rose, 1980

sábado, 16 de noviembre de 2019

En minúscula


Mientras jugaba en la arena, Rie se me acercaba con regularidad para que le sacudiera la mano, cada dos o tres minutos. Aquella regularidad provocó en mí un sentimiento de crueldad que no era desagradable. Contenía incluso una especie de secreta sensación placentera. Últimamente me embargaba a menudo esa clase de «sentimiento de crueldad» [...] que tenía oculto en mis entrañas. Era un vago dolor que me provocaba, que me acariciaba apaciblemente en el interior del pecho, como si me consolara. 
Aquel llanto violento, como si se hubiera roto algo dentro de su cuerpo, satisfacía mi "sentimiento de crueldad". Deseaba fervientemente que llorara más. Ser la única en saborear ese llanto y el hecho de que no hubiera nadie para abrazarla o consolarla y que además fuera un bebé incapaz de expresarse, hizo sentirme aún mejor.
Deseaba lamer lentamente aquellas lágrimas. Agrandar las heridas y, con mi lengua, rozar allá donde el corazón humano es más frágil y supura.

Yoko Ogawa
La piscina
Ed. Funambulista, 2012
Trad. Héctor Jiménez Ferrer

Fot. Saul Leiter


jueves, 14 de noviembre de 2019

Una franja de luz

image

El amante volvió
a ser sólo un tú,
una franja de luz
entre franjas de yo.

-Juan Antonio Bernier.
de “Personas concretas en paisajes abstractos”

Editorial Pre-Textos

Del Blog: Lasmicrofisuras

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Nada es lo mismo


nada es lo mismo


La lágrima fue dicha.

Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.

¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:

nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Ángel González

Fot. Imogen Cunningham

Del Blog: https://elordenolvidadodelaspalabras.blogspot.com/2019/10/nada-es-lo-mismo.html

sábado, 2 de noviembre de 2019

Buscar una cosa


Buscar una cosa
es siempre encontrar otra.
Así, para hallar algo,
hay que buscar lo que no es.
Buscar al pájaro para encontrar a la rosa,
buscar al amor para hallar el exilio,
buscar la nada para descubrir un hombre,
ir hacia atrás para ir hacia delante.
La clave del camino,
más que en sus bifurcaciones,
su sospechoso comienzo
o su dudoso final,
está en el cáustico humor
de su doble sentido.
Siempre se llega,
pero a otra parte.
Todo pasa.
Pero a la inversa.

Roberto Juarroz

Fot. Roman Vishniac
Untitled Berlin 1930s

Desespera


La poesía es lo único rebelde ante la esperanza de la razón. La poesía es embriaguez y sólo se embriaga el que está desesperado y no quiere dejar de estarlo. El que hace de la desesperación su forma de ser, su existencia.

María Zambrano

Fot. Mirja Roozen

viernes, 1 de noviembre de 2019

Observación


En el momento en que alguien observa lo que hacemos, involuntariamente hacemos concesiones a esa mirada, y nada de lo que hacemos es auténticamente veraz. Tener un público, tenerlo en mente, significa vivir entre mentiras.

Milan Kundera

Fot. György Kepes

miércoles, 23 de octubre de 2019

Algún día


Algún día te escribiré un poema 
que no mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores, 
que no tenga jazmines o magnolias.

Algún día te escribiré un poema 
sin pájaros ni fuentes, 
un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.

Algún día te escribiré un poema 
que se limite a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.

Sin comparaciones, sin metáforas, 
algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones, 
con la intensidad estrujada de tu abrazo.

Algún día te escribiré un poema, 
el canto de mi dicha.

Darío Jaramillo Agudelo

Fot. Ilina Vicktoria

miércoles, 2 de octubre de 2019

Escribir


¿Acaso escribir no consiste sobre todo en rondar o vagar en torno a lo esencial, como si merodear alrededor de una especie de papilla caliente fuera algo magnífico?⠀
Al escribir uno siempre posterga algo importante, algo que quiere destacar a toda costa, mientras habla o escribe sin cesar de algo distinto que es completamente secundario.

Jürg Amann⠀
Robert Walser: una biografía literaria

Fot. Harry Callahan
Eleanor and Barbara, Chicago 1953

Palabras


Cuando leo en italiano no suelo usar el diccionario, sólo un bolígrafo, para subrayar las palabras que no sé, las frases que me sorprenden.
Cuando encuentro una palabra nueva, llega el momento de decidir. Podría parar un momento para aprenderla, o anotarla y seguir, o ignorarla. Como ciertos rostros entre la gente que vemos a diario en la calle, ciertas palabras, por alguna razón, destacan y dejan una impresión en mí; otras permanecen en un segundo plano, insignificantes.
(...)
Cada día, leyendo, encuentro palabras nuevas. Algo que subrayar, para luego trasladarlo a la libreta. Me hace pensar en el jardinero que arranca las malas hierbas. Como el jardinero, sé que mi trabajo es, a fin de cuentas, un despropósito, algo desesperado; casi diría un trabajo propio de Sísifo. No es posible, para el jardinero, controlar a la perfección la naturaleza; del mismo modo, tampoco para mí es posible, por mucho que lo anhele, saber cada palabra italiana. Pero entre el jardinero y yo hay una diferencia sustancial: las malas hierbas, para el jardinero, no son algo deseado. Quiere erradicarlas, desecharlas.
Yo, en cambio, recojo las palabras. Quiero tenerlas en mis manos, poseerlas.
Cuando descubro un modo diferente de expresarme siento una especie de éxtasis. Las palabras desconocidas representan un abismo vertiginoso pero fecundo, un abismo que contiene todo lo que se me escapa, todo lo posible.

Jhumpa Lahiri
En otras palabras
Ed. Salamandra, 2019

Fot. Anna Paola Guerra

martes, 1 de octubre de 2019

Por la noche


Por la noche caemos en pozos sin aliento,
en orillas de sombra,
en un callado infierno.

Margarita Michelena

Silencio


Y nuestra única respuesta es el silencio. Cerramos los ojos como niños pequeños y creemos habernos escondido y que el horror no nos encontrará.

Svetlana Alexievich
Voces de Chernóbil 

lunes, 30 de septiembre de 2019

Silencio


Llevo un equipaje de silencio. Me he rodeado de un silencio tan hondo y duradero que nunca acierto a abrirme con las palabras. Cuando hablo, solamente me cierro de otra manera.

Herta Muller
Todo lo que tengo lo llevo conmigo

Fot: bagnostian

domingo, 29 de septiembre de 2019

Tentaciones e indulgencias.


Empecemos diciéndonos para nuestro fuero interno, y convenciéndonos bien, que no tenemos nada que hacer en este mundo, sino procurarnos sensaciones y sentimientos agradables. Los moralistas que dicen a los hombres: reprimid vuestras pasiones y domeñad vuestros deseos si queréis ser felices, no conocen el camino de la felicidad. Sólo somos felices gracias a las inclinaciones y a las pasiones satisfechas; digo inclinaciones porque no siempre somos lo bastante felices como para tener pasiones, y a falta de pasiones, bien está contentarse con las inclinaciones. Pasiones tendríamos que pedirle a Dios si nos atreviéramos a pedirle alguna cosa, y Le Nôtre tenía mucha razón al pedirle al Papa tentaciones en lugar de indulgencias.

Madame Du Châtelet

martes, 24 de septiembre de 2019

En el arrebol de la tarde



En el arrebol de la tarde 
duermen los nombres:
a uno
despierta tu noche
y lo lleva, tanteando con blancos bastones
hacia la pared sur del corazón,
bajo los pinos:
uno, de estatura humana,
camina a la ciudad de los alfareros
donde la lluvia entra como amiga
de una hora marina.
En el azul,
pronuncia una palabra
que da sombra de árbol fuerte,
y sus sílabas se añaden
al nombre de tu amor.

“En el arrebol de la tarde”
de Paul Celan

Fot. Albarran Cabrera
The Mouth of Krishna
Mediterranean Sea, 2019, #850 
Pigments and mica on gampi paper.

viernes, 20 de septiembre de 2019

Barcelona


BARNANIT

Creo que por amarte
voy a amar tu geografía
-“una fea ciudad fabril”
la llamó su poeta, Joan Maragall-
la avenida que la atraviesa diagonalmente
como un río inacabable
las fachadas de los edificios llenos de humo
bajo los cuales
-palimpsestos-
se descubren dibujos antiguos
inscripciones romanas.

Creo que por amarte
voy a aprender la lengua nueva
esta lengua arcaica
donde otoño es femenino
-la tardor-
y el viento helado
tramonta la montaña.

Creo que por amarte
voy a balbucear los nombres
de tus antepasados
y cambiar un océano nervioso
y agitado –el Atlántico-
por un mar tan sereno
que parece muerto.

Creo que por amarte
intercambiaremos sílabas y palabras
como los fetiches de una religión
como las claves de un código secreto
y, feliz, por primera vez en la ciudad extraña
me dejaré guiar por sus pasajes
por sus arcos y volutas
como la viajera por la selva
en el medio del camino de nuestra vida.
Las ciudades sólo se conocen por amor
y las lenguas son todas amadas.

Cristina Peri Rossi

Fot. Barcelona desde La Arrabassada

Fiera



Fiera de amor, 
yo sufro hambre de corazones 
de palomos, de buitres, 
de corzos o leones.

Delmira Agustini

Fot. Lis Beth Facebook

Yo también


- ¿No podrías darme una idea de cómo conseguiste empezar una relación con ella?...- prosiguió Colin.
- Bueno... - dijo Chick -, yo le pregunté si le gustaba Jean-Sol Partre, y ella me contestó que coleccionaba sus obras... Entonces yo le dije "Yo también", y cada vez que yo le decía algo ella contestaba "Yo también", y viceversa... Entonces, al final, para hacer un experimento existencialista, le dije: "Te quiero mucho", y ella exclamó: "¡Oh!".
- El experimento falló - dijo Colin.
- Sí - dijo Chick -. Pero de todas formas no se marchó. Entonces le dije: "Yo voy por aquí". Ella dijo: "Yo no", y añadió: "Yo voy por aquí".
- Extraordinario - dijo Colin.
- Bueno, entonces le dije: "Yo también". Y me fui con ella a todas partes...

Boris Vian
La espuma de los días

Fot. Virginiaz

Fuente: Lis Beth Facebook

La lentitud



¿Por qué habrá desaparecido el placer de la lentitud?... Cada nueva posibilidad de la existencia, incluso la menos probable, transforma la existencia entera… Asciende por sus hipérboles como quien sube los peldaños de una escalinata que conduce al cielo… Está levantada… habla calmada, pausadamente, en voz baja, sibilante. Y luego empieza a desnudarse. Es la primera vez que se desnuda delante de él con tal ausencia de pudor, con tan declarada indiferencia… Ese cuerpo que solía entregarse con sencillez y rápidamente, se yergue ante él como estatua griega en un pedestal de cien metros de altura. Está loco de deseo y es un deseo extraño que no se manifiesta sensualmente, sino que llena su cabeza y sólo su cabeza, deseo como fascinación cerebral, idea fija, locura mística, la certeza de que ese cuerpo, y ningún otro, está destinado a colmar su vida, toda su vida. Ella siente con fascinación esa devoción, se le pega a la piel y una oleada de frialdad le sube a la cabeza. Ella misma se sorprende, jamás había conocido semejante oleada… porque esa frialdad es en realidad una pasión.

Mila Kundera
La Lentitud

Fot. Lewis Sayre

Fuente: Marisa López Facebook

jueves, 19 de septiembre de 2019

Lapidación


Quien se arranca el corazón
del pecho hacia la noche
y lo lanza hacia lo alto,
ése no yerra el blanco,
ése lapida la piedra.

Paul Celan
Amapola y Memoria

Fot. Tunguska.RdM

jueves, 12 de septiembre de 2019

Planes



Pensé que encontraría trabajo en una gasolinera poniendo a los coches aceite y gasolina. Pero la verdad es que no me importaba qué clase de trabajo fuera con tal de que nadie me conociera y yo no conociera a nadie. Lo que haría sería hacerme pasar por sordomudo y así no tendría que hablar. Si querían decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y enseñármelo. Al final se hartarían y ya no tendría que hablar el resto de mi vida. Pensarían que era un pobre hombre y me dejarían en paz. Yo les llenaría los depósitos de gasolina, ellos me pagarían, y con el dinero me construiría una cabaña en algún sitio y pasaría allí el resto de mi vida. La levantaría cerca del bosque, pero no entre los árboles, porque quería ver el sol todo el tiempo. Me haría la comida, y luego, si me daba la gana de casarme, conocería a una chica guapísima que sería también sordomuda y nos casaríamos. Vendría a vivir a la cabaña conmigo y si quería decirme algo tendría que escribirlo como todo el mundo. Si llegábamos a tener hijos, los esconderíamos en alguna parte. Compraríamos un montón de libros y les enseñaríamos a leer y escribir nosotros solos.

J. D. Salinger
El guardián entre el centeno
Ed. Alianza, 2010
Trad. Carmen Criado

Fot. Takahiro Hara

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Una salida


Quién no habrá soñado en esas noches
de turbia soledad, bajo el hechizo
terrible de la luna indiferente,
como en aquella noche de verano
lo soñé yo, con empañados ojos,
en un cuarto sin luz, lleno de libros,
pidiendo a un Dios ausente lo imposible:
una puerta al regreso, una salida.


Fot. Josef Koudelka
Greece, 1982

martes, 3 de septiembre de 2019

Quemándolo todo


No siempre
el olvido
esta en manos
del deseo.

No siempre
el recuerdo
es cuestión de
voluntad.

A veces, una chispa
salta y todo vuelve
sin quererlo.

Caminando juntos
pasado y presente
de la mano.

Quemándolo todo
a su paso.

Sin que sea mía


243

Carta para no enviar

La eximo de comparecer en mi idea de sí.
Su vida (…)
Esto no es mi amor; es solo su vida.
La amo como al poniente o al claro de luna, con el deseo de que el momento permanezca, pero sin que sea mía en él más que la sensación.

Ed. Seix Barral, 2010
Edición y traducción de Ángel Crespo

miércoles, 10 de julio de 2019

Netsuke


Se dirigió al gabinete de los netsuke, donde se demoró un rato. Al ver su perfil se me formó un nudo en la garganta. Hay rostros que despiertan una atracción parecida a la de las estrellas. Tachonados de ojos estelares, ojos en torno a los cuales existe un campo gravitatorio. Son los ojos de aquellos que no solo se han acercado al límite, sino que ya lo han cruzado, quizá de forma cíclica, una costumbre crónica en ellos. Y, sin embargo, han conseguido volver. El fuego les ha chamuscado las plantas de los pies; han ingerido trozos de cristal; han mantenido relaciones carnales con serpientes; son capaces de hacer cualquier cosa, lo que sea, con tal de aplacar cierto tipo de dolor, el dolor que siente una persona cuyo espíritu ha sido tan mancillado y pisoteado que, como mucho, puede aspirar a seguir brillando a trompicones, como una luciérnaga atrapada en una mano cerrada, en los estertores de una especie de frenesí final, y mientras aguarda la muerte.
Esas son las personas capaces, en tanto que amantes, de procurar una emoción excepcional. Su atractivo siempre es comprometedor. El riesgo es enorme. Pero soy como ellos. Estoy dispuesto a ponerlo todo en peligro con tal de arder intensamente un instante. El mundo está lleno de gente así. Gente devastada por el ansia, capaz de implosionar de un momento a otro. En nuestro planeta abunda esa clase de agujeros negros. Me he planteado desarrollar una cosmología de este erotismo de la devastación.

Rikki Ducornert
Netsuke
Ed. Blackiebooks
Trad. Ismael Attrache

Fot: Robert Mapplethorpe.
Untitled (Self Portrait), 1973
Solomon R. Guggenheim Museum, New York

Sospechas y certezas


La primera sospecha es la de vivir. No poseer lo que se cree es la segunda certeza. Encontrar lo que nunca se busca es la serendipia de la vida, un bálsamo en el asombro de los hallazgos, como un cielo azul de abril después de la lluvia y tan verdad como que rara vez se encuentra aquello que se busca.

Hay un anzuelo en cada esperanza; una renuncia en cada instante de fe; una muerte de fonemas por cada silencio. Sin embargo, no hay un hallazgo pretendido por cada búsqueda establecida.

Después de todo, los bordes y los límites son una zona nebulosa entre lo que intentamos ser y no ha hallado camino y lo que somos y no sabemos definir, como una laguna de aguas profundas que guarda muros de fortalezas que no se pueden ver.

El cauce se remonta, pero la posibilidad queda detenida, esperando, languideciendo somnolienta. Existe una distancia entre el ojo y la imagen que se refleja.

Antonio Gramsci (1971) desarrolló el concepto de hegemonía para hacer referencia a un orden social estratificado (con clases sociales) en el que los subordinados acatan la dominación al interiorizar los valores se sus gobernantes y aceptar la "naturalidad" de la dominación (tal es la forma en la que han de ser las cosas)

Pierre Bourdieu (1977) afirmó que todo orden social trata de hacer que su propia arbitrariedad (incluyendo mecanismos de control y opresión) parezcan naturales.

Tanto Bourdieu como Michel Foucault (1979) argumentan que es más fácil y efectivo dominar a la gente en sus mentes que tratar de controlar sus cuerpos.

La primera certeza es la inexistencia de estas. La segunda sospecha es la sospecha de la primera. El agua no sacia, lo que se aleja está cerca, lo pequeño es lo que más grande parece.

Juan Carlos Pérez Aguilera
El diario de Reinaldo Huélago

Fot: Escultura de Alfred Keller

martes, 9 de julio de 2019

Glosa a un pájaro muerto


GLOSA A UN PÁJARO MUERTO

Fulminado sobre tu propia luz yaces
por un hilo de llamas, tu cuerpo
violinista, tu corazón alado,
se aventuró cantando
hacia no sé que aurora
con latidos en vuelo, fortísimos
virando en el gerundio eterno
y la mano de Dios, de un hosco manotazo
te convirtió en palabra, como a todos
los que no somos más que un alma anónima
surcada de rabia y esperanza.

Sobre tu propia luz, el cielo
es una jaula, y la muerte,
liberación sin tacha.

Sagrado y pequeño corazón alado
que respiras por el pulmón de la metáfora.

Manolo Marcos

Dib: René Magritte

Luz



Creo que los grandes pintores siempre pintaron figuras… Yo pinto la luz que proviene de los cuerpos.

Egon Schiele

Pint: Egon Schiele
Dos mujeres, 1915
Museo Albertina, Viena

lunes, 8 de julio de 2019

El lago


La tarde siguiente Gimpei siguió el impulso de ver otra vez a la chica sobre la cuesta de los ginkgo. La otra vez ella había estado tranquila mientras la seguía, pero quizá se molestaría si la seguía de nuevo, y este pensamiento le entristeció. Era como lamentarse tras el vuelo de un ganso salvaje del cielo…u observando el transcurrir del tiempo. Su propia vida podría acabar mañana, incluso la chica, tampoco sería siempre hermosa. Pero ya Gimpei se había dado a conocer al estudiante, hablándole el día anterior, no podía estar en la cuesta bajo los árboles, ni tampoco podía aparecer en la loma por donde el muchacho la esperaría. Decidió ocultarse entre el foso que había en el paseo de los árboles y la mansión aristocrática. Si le preguntaba algún policía podría decir que se había hecho daño en las piernas, que estaba borracho y había caído al foso, o que le había empujado un maleante. Como la borrachera podía ser la mejor explicación, Gimpei tomó una copa antes de salir de casa para que su aliento oliera a licor. Entre las juntas y grietas de la piedra crecía la hierba, y las hojas caídas acolchadas en el suelo. Si se apretaba no podrían verlo los transeúntes que subieran la cuesta. Se escondió allí durante veinte o treinta minutos, consciente de un deseo de morder una piedra de pared. Vio una violeta que había crecido entre las piedras y, trepando más, abrió la boca, la mordió con los dientes y se la tragó. Era difícil de tragar, y con un gemido, Gimpei luchó por contener las lágrimas.

Yasunari Kawabataa
El Lago
Traducción : Antonio Bigu Del Blanco.
Emecé

Fot: s/d

domingo, 7 de julio de 2019

Rostro


Entonces se dio cuenta de que el lavabo que ocupaba estaba en el camino de las mujeres apresuradas, así que se dio prisa en secarse la cara. Cuando se hizo a un lado para dejar que otra persona accediera al lavabo y se incorporó y se miró al espejo se dio cuenta, con una ligera conmoción hiriente, que no tenía ni idea de qué rostro era el suyo.

Shirley Jackson
Cuentos escogidos
Editorial Minúscula

Fot: Ana Mendieta
Autorretrato

Tiempo


La profundidad del tiempo es una reciente conquista mía. En el silencio de la casa, cuando durante la mañana me quedo sola, reencuentro la felicidad de pensar, de recorrer el pasado adelante y atrás, de escuchar el fluir del presente. Es algo que pocas veces me había pasado antes. Después de una infancia insatisfecha y sin problemas inmediatos, una adolescencia pobre e introvertida y una juventud empecinada, he llegado a una madurez en la que las cosas y los acontecimientos parecen tener un ritmo más lento, que permite la reflexión. Del mundo del trabajo, con los chicos ya bastante crecidos, he sido devuelta a la libertad de mi casa y de mis días. En el humilde y variado trabajo cotidiano, los pensamientos pueden aflorar, organizarse, clarificarse. El tiempo, antes casi sin dimensiones, reducido a un mero presente debido a una vida apresurada, acosada por un turbión de obligaciones, de alegrías robadas, y de preocupaciones, ahora se despliega en horas livianas, se dilata y se arrellana, se puebla de resonancias y recuerdos que poco a poco se recomponen en forma de mosaico, emergiendo en pequeños remolinos de un magma indistinto que, durante largos años, se ha ido acumulando en un fondo oscuro y desatendido.

Marisa Madieri
Verde Agua
Ed. Minúscula
Trad. Valeria Bergalli

Fot: s/d

jueves, 4 de julio de 2019

Primavera Portátil


Aquellos dos tenían una flamante primavera portátil.
Ah era muy divertido verlos cruzar la calle con aquel armatoste cubriéndolos como una pajarera o un enorme paraguas.

A veces resultaban francamente molestos. Como cuando viajaban en el subte por ejemplo, y le metían a uno un pedazo de octubre en las narices, sin pedirle disculpas para nada.

Otras veces en medio de una oficina pública, o en una exposición de filatelia, para dar otro ejemplo, se movían y hacían un incalificable desparramo de perfumes, glicinas, abejorros, pereza, cielos de no creer, o tontas palabritas que después iban y venían volando como moscas, hasta que se posaban muy orondas en algún portafolios.

Para colmo andaban contentísimos con su armatoste parecido a una campana o a una nube, y como hasta el mismísimo invierno se mostraba respetuoso y paciente frente a aquella absurda primavera portátil, los dos se creían que eran absolutamente inmortales.

Un buen día desaparecieron. Según se cree, al final de un verano, al armatoste le dio por seguir a una bandada de golondrinas que se dirigía hacia el norte, y naturalmente arrastró a aquellos dos como si se los llevara una cápsula géminis.
Otros en cambio dicen que el armatoste un día se esfumó, se derritió, se desarmó o algo así. Que entonces los dos sintieron frío y se miraron y se miraron largo tiempo, sin conocerse en absoluto. Y que tuvieron tanto miedo al verse así desnudos, extraños y mortales, que salieron corriendo, uno para un lado y otro para el otro, hasta que se perdieron nadie sabe dónde. 

Humberto Costantini
Primavera Portátil

Imagen: Walter Carone

Fuente: oceano-agridulce

miércoles, 3 de julio de 2019

Los silencios


Dicen que hay que pararse frente a una tela de Rothko como frente a un amanecer. Son cuadros bellísimos, pero la belleza puede ser sublime o puede ser decorativa, y en los livings neoyorquinos del Upper East Side sus cuadros combinaban deliciosamente bien con los sofás de cuero y las alfombras de angora. Las críticas le cayeron a baldazos. Rothko las sufría mientras su cuenta bancaria se abultaba. Algunos lo acusaban de ser un efectista que hacía del rigor del expresionismo abstracto un buen negocio. El pintor empezó a defenderse con frases del tipo "la experiencia trágica es para mí la única fuente del arte". Fue como cavarse su propia fosa: durante años esa grandilocuencia ahogaría sus obras, las convertiría en opacos menhires.

El asunto es que la ansiedad lo hacía hablar de más. Olvidaba que los elementos más poderosos de una obra con frecuencia son sus silencios, y que, como dicen por ahí, el estilo es un medio para insistir sobre algo. Puede que mirar un Rothko tenga algo de experiencia espiritual, pero de una clase que no admite palabras. Es como visitar los glaciares o atravesar el desierto. Pocas veces lo inadecuado del lenguaje se vuelve tan patente.(...)

En los años de mayor éxito, de 1949 a 1964, Rothko empezó a derrapar: su matrimonio se partió al medio, sus amistades se alejaron, se tomó hasta el agua de las macetas y se envenenó de odio. Se había disparado la espiral de destrucción. Una noche tormentosa, cuando salía de su edificio, el portero le advirtió que se cuidara porque la calle estaba fea. Rothko contestó: 《Hay una sola cosa de la que me tengo que cuidar: de que un día el negro se trague al rojo.》

María Gainza
El nervio óptico
Ed. Anagrama

Pint. Mark Rothko
Rojo claro sobre rojo oscuro (1955 – 1957)
Museo Nacional de Bellas Artes (Argentina)

lunes, 1 de julio de 2019

Las caras


 LAS CARAS


Las caras de los hombres que en mi vida he encontrado
me persiguen y viven adentro de mi espíritu.
Las caras de los hombres que he encontrado en mi vida
me miran y me abruman.
Podría dibujarlas pero nunca me atrevo.
Algunas tienen cuerpos y llevan en las manos
anillos y collares, flores de terciopelo,
algunas son mansiones, son jardines, son ríos,
algunas son un viaje, una playa, un desierto.
Algunas son de mármol, algunas son fenicias,
algunas son romanas, griegas y perniciosas
con los rasgos borrados.
Algunas tienen penas, muchas penas algunas,
y largas cabelleras que lloran en el viento.
Algunas son horribles, casi siempre me advierten
que un peligro me acecha.
Algunas tienen horas marcadas en los ojos
y son como clepsidras,
me despiertan de noche.
Algunas me quisieron
y movieron los labios para decir mi nombre.
Algunas no entendieron nunca lo que les dije
ni supieron por qué las miré largamente.
Algunas son anónimas
llevan frutas y fuentes, manos de terracota,
como las estaciones.
Algunas se arrodillan, buscan algo en la tierra.
Algunas como pájaros siempre estiran el cuello.
Algunas se inclinaron
y escribieron sus nombres sobre mi corazón
sin que yo lo advirtiera.
Algunas fueron mías, algunas se alejaron
y perdieron su sexo, su virtud y su candor;
fueron como la imagen
del infierno en el mundo
que tratamos, en vano, de olvidar.
Algunas fueron deidades
que no olvidaré nunca.

Silvina Ocampo

Fot: La hermana de Silvina, Victoria

domingo, 30 de junio de 2019

Vida

 


La vida es demasiado breve, cuando uno lo comprende no hay que complicarse con ideas negras. He aquí porqué me gusta la frase de Boris Vian: “El humor es la cortesía de la desesperanza”. Eso explica todo. Es una pérdida de tiempo estar siempre desesperado. El humor me mantiene ocupado y me permite comunicarme con la gente. Yo no soy un tipo que hable fácilmente. Casi a pesar de mí, el humor se me convirtió en un lenguaje. Mi grafismo es una especie de escritura sin palabras.

Guillermo Mordillo
(4 de agosto de 1932 - 30 de junio de 2019)

Idioma




Un domingo solitario
entre tus propias cuatro paredes
bajo la más brillante luz del día, y temes
perderte a ti misma
escribiendo
para encontrarte a ti misma
en un idioma
que ya nadie entiende.

Erika Burkart

Fot: Dominique Issermann