miércoles, 19 de diciembre de 2007

Locura y noche



La noche, que es siempre ambigua,
te enfurece -color
de ginebra mala, son
tus ojos unas bichas. 

Yo sé que vas a romper
en insultos y en lágrimas
histéricas. En la cama,
luego, te calmaré 

con besos que me da pena
dártelos. Y al dormir
te apretarás contra mí
como una perra enferma.

Jaime Gil de Biedma

Pint: Egon Schiele
Mujer acostada

Noctámbulos poco patéticos

 
Quentin Tarantino
Abierto hasta el amanecer

martes, 18 de diciembre de 2007

El oficio de escribir

La mejor es la única buena


Pensándolo bien, no soy un escritor, porque lo que hago no es escribir, es oír más intensamente. Me siento y espero hasta que las voces comiencen. Andan a mi alrededor, más fuertes, más tenues, más distantes, más próximas, hablando sin sonido y no obstante diciendo, diciendo.

El problema es elegir cuál de ellas es la verdadera, porque todas las demás mienten. A veces lleva semanas, lleva meses entenderla. Casi nunca se trata de la más nítida. Casi nunca, no: nunca se trata de la más nítida, ni de la más seductora, ni de la más inteligente. En general se apaga, recomienza, vuelve a apagarse, se distrae de mí y yo de ella, intento encontrarla entre las restantes, no lo consigo, lo consigo, no lo consigo, recomienzo, la descubro a lo lejos, creo descubrir

-Es ésta

me desilusiono

-No es ésta

pues lo que cuenta no tiene sentido y no obstante existe algo en el sinsentido que me persigue, la atraigo hacia mí o me empujo hacia ella, no la atraigo hacia mí, me empujo hacia ella, comienzo a probarla despacito, una palabra dispersa, una segunda palabra al azar, una frase entera, las voces que quedan se empeñan en desviarme

-¿Qué interés hay en eso?

-¿A qué te lleva ese discurso?

-Estás equivocado

me entregan personajes, episodios, historias y yo no quiero saber nada de personajes, episodios, historias, eso es para quien hace novelas y yo me cago en las novelas, quiero un hilo que me conduzca al centro de la vida y traer a la superficie todo lo que existe ahí dentro, quiero el corazón del mundo, no quiero entretener a los que las compran, no quiero divertirlos, no quiero divertirme, quiero lo que reside en el interior de lo interior, donde están las personas y nosotros con ellas, transformar en letras lo que no tiene letra alguna, quiero seguir un pasito leve en un corredor que no sé dónde queda, no exactamente un pasito, el eco de un pasito que ha de volverse pasito si continúo con él, que ha de ganar carne y ojos y llevarme consigo, quiero respirar con él, quiero que nos quedemos juntos, quiero que el pasito sea mi pasito y el corredor mi corredor, que la carne y los ojos se conviertan en mi carne y en mis ojos, quiero ese libro que aún no ha comenzado, pero que a fuerza de obstinación y orgullo y paciencia se volverá mío, sin escribirlos, claro, ya no caigo en esa trampa, dejándolo salir como el agua que se derrama y encuentra su curso en las junturas de las tablas del suelo y no es mi libro, dado que no me pertenece ningún libro con mi nombre, los libros deberían llevar el nombre del lector, no del autor, en la cubierta, es el lector quien le da sentido a medida que lee, es al lector a quien le pertenece la voz, y no sólo la voz, la carne y los ojos y el corredor y el paso, y el lector está solo y es inmenso, el lector contiene en sí el mundo entero desde el principio del mundo, y su pasado y su presente y su futuro, y se escucha a sí mismo y siente el peso de cada víscera, de cada célula, de cada íntimo rumor, el lector no para de crecer y ya no necesita ni el libro ni a mí, y al acabar el libro comienza, y al guardar el libro en el estante el libro continúa y el lector continúa con él, cada célula se divide en millares de células y el lector es muchos, y el lector deja de leer porque no está leyendo, aunque piense que está leyendo no está leyendo nada en absoluto, tiene todas las edades al mismo tiempo y todos los tiempos de su vida aunque el libro esté cerrado en algún rincón de la casa y el lector no lo necesite para continuar con él y ahora me vienen a la cabeza las semillitas sin peso que en el verano de cuando éramos pequeños entraban volando por la ventana, volvían a salir, desaparecían y, aun desaparecidas, seguían con nosotros llevando de la mano recuerdos y esperanzas y alguien que cantaba

(¿qué mujer?)

junto al lavadero una melodía

(a veces ni una melodía siquiera: dos o tres notas solamente)

que son las únicas que oiremos cuando caiga la noche y las sombras que nos rodean piensen

(más que pensar: tengan la certidumbre, ellas y el médico y el señor de los ataúdes)

de que no oímos nada.


António Lobo Antunes
El País, Babelia, 22.07.2006

Vide Cor Meum


Hannibal, de Ridley Scott, 2001
Escena Vide Cor Meum

Boig per tu

Sau
Boig per tu

Los Amantes Del Círculo Polar

Los amantes del círculo polar de Julio Medem
Música de La oreja de Van Gogh

lunes, 17 de diciembre de 2007

Al norte de las fronteras telefónicas

The Penguin Cafe Orchestra
Telephone and Rubber Band

Te leo en un todo

Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las ltears etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esten ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden estar ttaolmntee mal y aun pordas lerelo sin pobrleams. Etso es pquore no lemeos cada ltera por si msima sino la paalbra en un tdoo.

Palabras, dolor, esperanza, certeza

Ara es demà

Ara es demà. No escalfa el foc d’ahir
ni el foc d’avui haurem de fer foc nou.
Del gran silenci ençà, tot el que es mou
es mou amb voluntat d’esdevenir.

I esdevindrà. Les pedres i el camí
seran el pa i la mar, i el fosc renou
d’ara mateix, el càntic que commou,
l’àmfora nova plena de bon vi.

Ara és demà. Que ploguin noves veus
pel vespre tèrbol, que revinguin deus
desficioses d’amarar l’eixut.

Tot serà poc, i l’heura i la paret
proclamaran conjuntament el dret
de vulnerar la nova plenitud.

Miquel Martí i Pol

Vid: Isabel Coixet
A los que aman

domingo, 16 de diciembre de 2007

In dreams


Roy Orbison
In dreams


Azul, azul



La a minúscula es la causa del deseo que se sustrae al sujeto, es una variante del otro en el interior de la pareja formada por el gran Otro (A Mayúscula) y el pequeño otro (a minúscula).

Jacques Lacan

Pint: Joan Miró
Blau II

Una puerta abierta al mar


Edward Hopper
Room by the sea

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Hoy me ha parecido verte




El amor empieza cuando se rompen los dedos
y se dan vuelta las solapas del traje,
cuando ya no hace falta pero tampoco sobra
la vejez de mirarse,
cuando la torre de los recuerdos, baja o alta,
se agacha hasta la sangre.
 
El amor empieza cuando Dios termina
y cuando el hombre cae,
mientras las cosas, demasiado eternas,
comienzan a gastarse,
y los signos, las bocas y los signos,
se muerden mutuamente en cualquier parte.
 
El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un muerto disfrazado
sobre la soledad irremediable.
 
Porque el amor es simplemente eso:
la forma del comienzo
tercamente escondida
detrás de los finales.

Roberto Juarroz

Fot: Tim Wu

Quelqu'un m'a dit


On me dit que nos vies ne valent pas grand chose,
Elles passent en un instant comme fanent les roses.
On me dit que le temps qui glisse est un salaud
Que de nos chagrins il s'en fait des manteaux
Pourtant quelqu'un m'a dit...

Que tu m'aimais encore,
C'est quelqu'un qui m'a dit que tu m'aimais encore.
Serait ce possible alors ?

On dit que le destin se moque bien de nous
Qu'il ne nous donne rien et qu'il nous promet tout
Parait qu'le bonheur est à portée de main,
Alors on tend la main et on se retrouve fou
Pourtant quelqu'un m'a dit ...

Que tu m'aimais encore,
C'est quelqu'un qui m'a dit que tu m'aimais encore.
Serait ce possible alors ?

Mais qui est ce qui m'a dit que toujours tu m'aimais?
Je ne me souviens plus c'était tard dans la nuit,
J'entend encore la voix, mais je ne vois plus les traits
"il vous aime, c'est secret, lui dites pas que j'vous l'ai dit"
Tu vois quelqu'un m'a dit...

Que tu m'aimais encore, me l'a t'on vraiment dit...
Que tu m'aimais encore, serais ce possible alors ?

On me dit que nos vies ne valent pas grand chose,
Elles passent en un instant comme fanent les roses
On me dit que le temps qui glisse est un salaud
Que de nos tristesses il s'en fait des manteaux,
Pourtant quelqu'un m'a dit que...

Carla Bruni
Quelqu'un m'a dit

lunes, 10 de diciembre de 2007

La travesía del fantasma




Un monje zen se encuentra a otro en el camino. Hablan... uno le cuenta que ha recorrido el país de norte a sur, de este a oeste, y ha visitado miles de templos. El otro le pregunta quién le parece el maestro más grande de todos y el primero le contesta sin dudarlo, Oshibu, el maestro del templo de Edo. El segundo le pregunta qué es lo que le ha aportado. -Llegué a ese maestro sin nada y partí sin nada. El otro asombrado le pregunta por qué se quedó con él. -¿Cómo habría sabido, si no, que llegaba sin nada y partía sin nada?

Fot: Diván de la consulta de Sigmund Freud en Londres



Pensar...





Cuanto más se piensa, más se analiza, más distingos se hacen y más cuesta llegar a una conclusión.
La reductio ad absurdum es una de mis bebidas predilectas.

Fernando Pessoa
El libro del desasosiego de Bernardo Soares

Dib: Egon Schiele, 1917


viernes, 7 de diciembre de 2007

La mejor de las prisiones



Pensé en irme.
Me quede callado, ya sin ropa y esperando, esperándote. Y por un momento temí que todo hubiera acabado.
La tarde se vertía sobre el cielo, el rojo cobrizo relumbraba a tu espalda y entintaba tu silueta. Qué miedo el perderte, el abandono y luego el sordo ruido de la soledad.
Dudé en arrojarme a ti o en recoger mis cosas y cerrar la puerta. ¿Qué hacer? ¿Convencerte?
Arremolinándose en mi interior un aullido se desvaneció en una suplica. Retrocediste. Me da miedo desnudarme, dijiste.
Y no dejé de mirarte a los ojos. El contacto fue dulce, ahíto de temblores y del viento dulce que se arremolinaba en nuestras bocas. Una mano torpe arrancó de tu cuerpo la ropa. Caímos en un río de centellas, en el abismo inagotable del placer, en la ternura de dos animales indómitos, cándidos a fuerza de morderse y arrancarse hasta la última gota del deseo. La sangre enloquecida de la tarde: arrastrándonos en una marejada de tibiezas, bañándonos en la transpiración perfumada de los sexos, agitándonos en el húmedo altar del amor, devorándonos en espasmos y en el torrente de delicias que se derramaba en nosotros. Quise agonizar en ti hasta el último de los suspiros...
Luego... luego reposamos.
La piel es sabia, la carne dulce y tus caderas la mejor de las prisiones.

Poética de los cuerpos

Fot: Ferenc Berko
Bombay, 1941

Nieve en el cementerio




Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shannon. Caía, así, en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz cor­va y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos...

James Joyce
Los Muertos, Dublineses


jueves, 6 de diciembre de 2007

Deseo y mirada




Para verte como yo quería había que empezar por cerrar los ojos.

Julio Cortázar

Sólo al borde del acto sexual, cuando han caído ya los principales obstáculos, se vuelve lánguida la mirada y favorece la actitud de abandono: los ojos permanecen justo lo bastante abiertos como para sugerir un acto que los haga cerrarse en beneficio del goce (...) los ojos tratan de expresar que uno esta dispuesto a prescindir de todo acto defensivo u ofensivo, y para ello la mirada se desvanece, se relaja, dispuesta a renunciar a su función habitual.

François Duyckaerts
La formación del vínculo sexual

Fot: Isabel Reitemeyer

Como agua


Al preparar el mole, Tita supo en carne propia por qué el contacto con el fuego altera los elementos... por qué un pedazo de masa se convierte en tortilla, por qué un pecho, sin haber pasado por el fuego del amor es un pecho inerte, una bola de masa sin ninguna utilidad. En sólo unos instantes, Pedro había transformado los pechos de Tita, de castos a voluptuosos sin necesidad de tocarlos.

Laura Esquivel
Como agua para chocolate

Fot. Monika Ekiert Jezusek

miércoles, 5 de diciembre de 2007

martes, 4 de diciembre de 2007

Viví para contarte


Durante muchos años viví para contarte lo que vivía y cada acción o pensamiento se iba transformando, en el momento mismo en que sucedía, en las palabras con que te lo iba a describir, como si incluirte así, aunque fuera como oyente, en mi historia, hiciera de todo azar y confusión un orden coherente, le diera un sentido al caos de la realidad.

Ana María Shua
La muerte como efecto secundario.

Fot. Marcel Mariën

lunes, 3 de diciembre de 2007

Sueño


Avanzaba por un largo, angosto, caluroso y oscuro pasillo. No podía ver desde dónde ni cómo por doquier emergían manos, suaves y ásperas manos, nervudas y blandas manos que, de manera impredecible, la alcanzaban, o se topaba con ellas, no sabría decirlo, generando una sensación de insolente y repulsiva intrusión a la vez que, sin quererlo, creaban un ardor voluptuoso sobre su piel expuesta y desprotegida que recorría todo el cuerpo, provocando una aceleración en su pulso y entrecortando su respiración, cada vez más dificultosa, lo que hacía cada vez más difícil avanzar por un suelo resbaladizo que parecía sembrado por húmedas, calientes y viscosas lenguas que, sin pausa alguna, lamían a destajo sus pies y hasta alguna subía por sus piernas como una babosa trepadora, para volver a caer al suelo formando un amasijo junto a las demás. Ella temía aplastar esas lenguas resbaladizas y todavía temía más que de pronto se abriera el suelo bajo sus pies y la engullieran, pero no podía detener el avance hacia lo que parecía una puerta entornada de donde salía un tenue reflejo púrpura así como unos sonidos ¿eran voces? extraños, susurrantes, que no podía entender, pero que la atraían irremediablemente.

Fot. Francesca Woodman

domingo, 2 de diciembre de 2007

Herida



La gente herida es peligrosa... porque sabe que puede sobrevivir.

De la película "Herida", de Louis Malle

Fot: Reinhard-Otto


sábado, 1 de diciembre de 2007

Pescando redes





Si me dejases recomenzar desde el principio, pensé, si pudiese borrar las cosas imperfectas de nuestra historia y diseñarla de nuevo, te compraría un anillo de coral y el cartel de tu signo, y comería, lo juro, de lunes a viernes contigo, repartiendo la chuleta y el periódico deportivo, transido de amor, aturdido por las complicaciones de los cubiertos. Estoy casi seguro de que te ayudaría a levantar la mesa, a lavar la vajilla y a guardar los platos y los tenedores en el armario, estoy casi seguro de que metería la servilleta enrollada en el aro y aprendería ganchillo para impregnarme de la inmensa soledad de las casadas, pescando redes con una agujita de anzuelo.


António Lobo Antunes
Tratado de las pasiones del alma

Fot. Aassmaa Akhannouch

martes, 27 de noviembre de 2007

Esperando


la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos

Julio Cortázar

Fot. W. Eugene Smith, 1950s

lunes, 26 de noviembre de 2007

Landay



Los landay (breve) son composiciones poéticas de dos versos libres, de ritmo marcado, que las mujeres del pueblo pastún cantan cuando están en compañía de otras mujeres realizando las tareas diarias. Dado que todos los matrimonios son forzados, generalmente con hombres mucho mayores que ellas (el pequeño horrible), los landay no se refieren nunca al amor conyugal, sino siempre al amante, con el que frecuentemente se juegan la vida.


Dame la mano, amor mío, y partamos a los campos
para amarnos o caer juntos bajo las cuchilladas.


¡Rápido, amor mío, quiero ofrecerte mi boca!
La muerte ronda la aldea y podría llevárseme.


¡Oh primavera! Los granados están en flor.
De mi jardín guardaré para mi amado las granadas de mis senos.


Tómame primero entre tus brazos y estréchame.
Sólo después podrás anudarte a mis muslos de terciopelo.


¡Haga Dios que lo inviten a casa!
Le haré probar la punta de mis labios rosas.


Ven, amor mío, vamos al lecho juntos.
Mi dignidad de mujer es estar en tus brazos.


¿No hay un solo loco en esta aldea?
Mi pantalón color de fuego arde sobre mis muslos.


Amor mío, ven a saciar al alazán de mi corazón
que ha roto todas sus bridas.


Entre tus brazos no me rompas.
Los capullos de mis senos tiemblan de tierno dolor.


Junto a las flores descansa mi amante
cubierto por el rocío de mis dulces besos.


El pequeño horrible no hace nada, ni el amor ni la guerra.
Por la noche con el vientre lleno sube a la cama y ronca hasta el alba.


Amor mío salta a mi lecho y no temas nada.
Si se rompe ahí está el pequeño horrible para repararlo.


Ven, amado mío, ¡rápido, ven junto a mi!
El pequeño horrible dormita y puedes abrazarme.



Hay una excelente recopilación en "El suicidio y el canto" del poeta asesinado en Peshawar, Sayd Bahodín Majruh.

Fot: Igor Amelkovich

domingo, 25 de noviembre de 2007

Arrullo


Escribo demorándome en las palabras, como ante escaparates que no veo, y son medio-sentidos, casi-expresiones lo que me queda, como colores de tapicerías que no vi lo que eran, armonías exhibidas compuestas de no sé qué objetos. Escribo arrullándome, como una madre loca a un hijo muerto.

Fernando Pessoa
Libro del desasosiego de Bernardo Soares

Fot. Jan Saudek
Sarah

sábado, 24 de noviembre de 2007

Invocación



Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma…
(...)
Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.

Luis Cernuda
Invocaciones
Soliloquio del Farero


jueves, 22 de noviembre de 2007

Parcialmente descriptivo





Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Lope Félix de Vega y Carpio

Fot: Robert Stivers


miércoles, 21 de noviembre de 2007

Sombra



Ha venido tu lengua; está en mi boca
como una fruta en la melancolía.
Ten piedad en mi boca: liba, lame,
amor mío, la sombra.

Antonio Gamoneda

martes, 20 de noviembre de 2007

Visita


Viniste a visitarme en sueños
pero el vacío que dejaste 
cuando te fuiste
fue realidad.

Ernesto Cardenal
Epigramas
Ed. Trotta, 2001

Ilustración: Katsushika Hokusai
El sueño de la esposa del pescador, 1814

lunes, 19 de noviembre de 2007

Pecato di cardinale y bocata minuta



(...) en eso pensaba mientras veía la tele y la comida hacía su efecto adormecedor en mi estómago. A punto estaba de rendirme a la siesta cuando el tema del programa cambió y a mis oídos llegó esta frase que pronunciaba una bella señorita: "Es que los periodistas me han colgado el san Bernardo de que yo antes era puta". Y pensé que hay jóvenes aún más desgraciadas de lo que yo fui, porque eso de que te tomen por puta y encima te cuelguen un san Bernardo debe de ser la pesadilla que se muerde la cola.

Elvira Lindo

Fot. Betty Lindley, 1914

sábado, 17 de noviembre de 2007

El cuerpo inasible.



Un día sucede que nadie nos ve. Aunque obscenos e indecentes, el cuerpo se vuelve fantasmal y andamos perdidos, divagando por el mundo, como una caricia no sentida. Hay miradas ausentes, hay días en que asimos sólo el aire. Días donde no existimos. Sin sensibilidad, en el infinito vacío de la existencia, de nuestro cuerpo sólo queda el revestimiento, la piel y no somos sólo eso. Te he buscado en todas partes y muchos cuerpos, cada vez me doy más cuenta que el amor está más allá de la carne. Ella tiene razón. No es el sexo, no es ahora la conjunción de dos organismos que copulan. Felizmente no. Sé que lo sabes y sé que no estás. Para que atarme con palabras, si el cuerpo está ausente.

Poética de los cuerpos

viernes, 16 de noviembre de 2007

Entretenerla, no satisfacerla


Hacer depender. 
No hace el numen el que lo dora, sino el que lo adora.
El sagaz más quiere necesitados de sí que agradecidos. 
Es robarle a la esperanza cortés fiar del agradecimiento villano, que lo que aquella es memoriosa es éste olvidadizo. 
Más se saca de la dependencia que de la cortesía: vuelve luego las espaldas a la fuente el satisfecho, y la naranja exprimida cae del oro al lodo. Acabada la dependencia, acaba la correspondencia, y con ella la estimación. 
Sea lección, y de prima en experiencia, entretenerla, no satisfacerla, conservando siempre en necesidad de sí aun al coronado patrón; pero no se ha de llegar al exceso de callar para que yerre, ni hacer incurable el daño ajeno por el provecho propio.

Baltasar Gracián
Oráculo manual y arte de prudencia, 1647
Ed. Cátedra, 2005

Fot. Jan Saudek
Deep Devotion of Veronika, 1994

jueves, 15 de noviembre de 2007

La mano


La mano se extiende,
pero a mitad de camino
la detiene una imagen.
Y se marcha entonces con ella,
no para poseerla,
sino tan sólo para entrar en su juego.

La mano ha comenzado a enamorarse en el camino
y así la posesión y el don se le escapan.
La mano ha cambiado su destino
por un vuelo que no es el vuelo del pájaro,
sino un abandono a las mareas que no tienen costa
o a los desequilibrios de una sabiduría diferente.

La mano ha renunciado a su objeto
y ha adquirido el valor de su distracción.

La mano ha renunciado a salvarse.

Roberto Juarroz
Séptima Poesía Vertical, 38

Fot. Luca Villanova

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La isla de los muertos


Arnold Böcklin
La isla de los muertos, 1880


LA LENTA MÁQUINA DEL DESAMOR...

La lenta máquina del desamor,
los engranajes del reflujo,
los cuerpos que abandonan las almohadas,
las sábanas, los besos,
y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo,
ya no mirándose entre ellos,
ya no desnudos para el otro,
ya no te amo,
mi amor

Julio Cortázar


MANUAL PARA SALVAR EL ODIO

Cuando ella o él te dejen, no perdones,
niégate a comprenderlo.
Cultiva bien tu odio, nunca seas
generoso en palabras o en olvido.

Cuando ella o él te dejen, nunca digas
adiós, o qué vamos a hacerle.
Maldice cada letra de su nombre.
Y júrale odio eterno mirándole a los ojos.

Cuando ella o él te dejen, nunca creas
ni justificaciones ni promesas
y busca las palabras más hirientes
el insulto más infame que conozcas.

Cuando ella o él te dejen, nunca juegues
a ser Rick perdido en Casablanca.
Provoca llanto, dolor, remordimientos
y que el adiós te corte igual que una cuchilla.

Porque cuando ella o él te dejan, habrá alguien
tarde o temprano esperando en otra esquina
y volverán a gozar en otros brazos
y dirán "te amo". Y "ven, dámelo todo".

Y olvidarán. ¿Para qué, entonces,
mentir? Que ella o él se lleven
-aunque dure bien poco- nuestro odio
igual que una bandera. Para siempre.

Rodolfo Serrano, contraversión de "Advertencia" de Felipe Benítez Reyes

martes, 13 de noviembre de 2007

Un papelito


Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Julio Cortázar
Bolero

Pint: René Magritte,
La reproduction interdite, 1937
 Museum Boijmans Van Beuningen in Rotterdam


lunes, 12 de noviembre de 2007

Fruto prohibido



Los besos caen en tu cuerpo, como los frutos en el huerto del deseo. Me gusta verte, como cuando la mañana se desvanece y se tiende en la desnudez del cielo. Eres tan sensual cuando mansamente me tomas en tu boca. Como no frotar mi alma y su piel con la tuya, como no perderme entre tus piernas y ruborizarme de deseos. Tu piel apropiada para el sexo que te busca, leyendo interminablemente de tu lengua las caricias. Escondiéndose y descubriéndose en cada roce que quisieran tatuar en tu alma esta sensación de sentirme vivo y ardiente. Me gustas pues sabes que me agitas y sofocas, me envuelves en tu lengua, me arrancas dulcemente estas palabras. Anhelo estar en ti, mientras me robas el aliento, me atrapas en tus muslos y me comes en tu vientre sintiéndome temblar, temblar de ti…

Poética de los cuerpos.


domingo, 11 de noviembre de 2007

Esperar



Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
-así en la costa un barco- sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.

Antonio Machado

Pint: Edward Hopper 
Habitación de hotel, 1931
Colección Thyssen-Bornemisza

sábado, 10 de noviembre de 2007

Palabras


Las palabras chillan, atoradas en mi garganta, no alcanzo a pronunciar sonido. Trato de darles vuelta, las azoto, les doy azúcar en la boca, las llamo putas, las cojo del rabo, las seco, las capo, las piso, las tuerzo, desplumo, destripo, arrastro, trago. Anda, putilla del rubor helado, anda, ven, vámonos al diablo.

Margo Glantz
Palabras

Fot. Melissa Shook, 1972/73

lunes, 3 de septiembre de 2007

Encargo


No me des tregua,
no me perdones nunca.

Hostígame en la sangre,
que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.

No me pierdas como una música fácil,
no seas caricia ni guante;
tállame como un sílex,
desespérame.

Guarda tu amor humano,
tu sonrisa, tu pelo.
Dalos.

Ven a mi con tu cólera
seca de fósforo y escamas.
Grita.

Vomítame arena en la boca,
rómpeme las fauces.

No me importa ignorarte en pleno día.
Saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide:
las espinas hasta el hueso.

Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

Julio Cortázar
Encargo

Te echo de menos

...
.