sábado, 17 de noviembre de 2007

El cuerpo inasible.



Un día sucede que nadie nos ve. Aunque obscenos e indecentes, el cuerpo se vuelve fantasmal y andamos perdidos, divagando por el mundo, como una caricia no sentida. Hay miradas ausentes, hay días en que asimos sólo el aire. Días donde no existimos. Sin sensibilidad, en el infinito vacío de la existencia, de nuestro cuerpo sólo queda el revestimiento, la piel y no somos sólo eso. Te he buscado en todas partes y muchos cuerpos, cada vez me doy más cuenta que el amor está más allá de la carne. Ella tiene razón. No es el sexo, no es ahora la conjunción de dos organismos que copulan. Felizmente no. Sé que lo sabes y sé que no estás. Para que atarme con palabras, si el cuerpo está ausente.

Poética de los cuerpos