lunes, 26 de noviembre de 2007

Landay



Los landay (breve) son composiciones poéticas de dos versos libres, de ritmo marcado, que las mujeres del pueblo pastún cantan cuando están en compañía de otras mujeres realizando las tareas diarias. Dado que todos los matrimonios son forzados, generalmente con hombres mucho mayores que ellas (el pequeño horrible), los landay no se refieren nunca al amor conyugal, sino siempre al amante, con el que frecuentemente se juegan la vida.


Dame la mano, amor mío, y partamos a los campos
para amarnos o caer juntos bajo las cuchilladas.


¡Rápido, amor mío, quiero ofrecerte mi boca!
La muerte ronda la aldea y podría llevárseme.


¡Oh primavera! Los granados están en flor.
De mi jardín guardaré para mi amado las granadas de mis senos.


Tómame primero entre tus brazos y estréchame.
Sólo después podrás anudarte a mis muslos de terciopelo.


¡Haga Dios que lo inviten a casa!
Le haré probar la punta de mis labios rosas.


Ven, amor mío, vamos al lecho juntos.
Mi dignidad de mujer es estar en tus brazos.


¿No hay un solo loco en esta aldea?
Mi pantalón color de fuego arde sobre mis muslos.


Amor mío, ven a saciar al alazán de mi corazón
que ha roto todas sus bridas.


Entre tus brazos no me rompas.
Los capullos de mis senos tiemblan de tierno dolor.


Junto a las flores descansa mi amante
cubierto por el rocío de mis dulces besos.


El pequeño horrible no hace nada, ni el amor ni la guerra.
Por la noche con el vientre lleno sube a la cama y ronca hasta el alba.


Amor mío salta a mi lecho y no temas nada.
Si se rompe ahí está el pequeño horrible para repararlo.


Ven, amado mío, ¡rápido, ven junto a mi!
El pequeño horrible dormita y puedes abrazarme.



Hay una excelente recopilación en "El suicidio y el canto" del poeta asesinado en Peshawar, Sayd Bahodín Majruh.

Fot: Igor Amelkovich