jueves, 31 de enero de 2019

El sin nombre



EL SIN NOMBRE

Llamado así a pico de pájaro, soy tránsito.
Ardo en solitaria vigilia cada noche.
Ya nada íntimo me queda, amor,
sino libar oscuridad
en las ruinas leves de la infancia.

Ausente caminas. Tu sombra
enervada paladea en soledad
los últimos frutos que aún doran
la cóncava virtud de las palabras.

Observas la quietud de lo perdido:
aromas de semilla, besos desventurados.

Asume tu inanidad en pago por lo amado
o deja consumirse tu memoria
como agua que nadie ha de beber.

Manolo Marcos

¿Cuántas veces más?



La muerte siempre está en camino, pero el hecho de que no sepamos cuando llegará parece restarle finitud a la vida. Lo que odiamos tanto es esa terrible precisión. Pero como no sabemos, nos toca creer que la vida es un pozo sin fondo. Sin embargo, las cosas ocurren solo un determinado número de veces, en realidad, muy pocas. ¿Cuántas veces más recordarás cierta tarde de tu infancia, una tarde que forma una parte tan entrañable de tu ser que ni siquiera puedes imaginar la vida sin ella? Quizá cuatro o cinco veces más. Quizás ni eso. ¿Cuántas veces más verás salir la luna llena? Quizás veinte. Y sin embargo todo parece ilimitado.

Paul Bowles
"El cielo protector"

En la foto un momento de relax de Paul Bowles, en Tánger

miércoles, 30 de enero de 2019

Ritmos vitales


El secreto y el regalo mayores de la vida es cuando se encuentran dos personas “semejantes”. Esto ocurre raras veces, como si la naturaleza impidiese tal armonía mediante todas sus fuerzas y tretas, quizás porque para la creación del mundo y la renovación del mundo es necesaria la tensión que se forma entre las personas que no cesan de buscarse, pero que tienen intenciones contrarias y distintos ritmos vitales.

Sándor Márai
El último encuentro
Ed. Salamandra, 2012
Trad. Judit Xantus

Fot. Francesca Woodman
Untitled, Providence, Rhode Island, 1975-76

´Poesía



Y la poesía sería el vértigo del amor. Vértigo que va en busca de lo que sin ser todavía, le enamora, en busca del número, peso y medida de lo que aparece indeterminado, indefinido. La poesía anhela y necesita de la claridad y la precisión. Una poesía que se contente con la vaguedad del ensueño, sería (Valery tiene entera razón) un contrasentido.
Poesía es reintegración, reconciliación, abrazo que cierra en unidad al ser humano con el ensueño de donde saliera, borrando las distancias.
¿No será posible que algún día afortunado la poesía recoja todo lo que la filosofía sabe, todo lo que aprendió en su alejamiento y en su duda, para fijar lucidamente y para todos su sueño?

María Zambrano
Filosofía y poesía
Ed. La isla de Siltolá

Ahora



Cuando estés recién muerto,
aún con la tibia tibia,
aún con las uñas cortas,
querrás hacer algo
-lo que podías hacer ahora-;

y ya habrán cerrado las tiendas y portales;
y ya será muy tarde para llegar a tiempo
a los que hoy te aman.

Gloria Fuertes

martes, 29 de enero de 2019

Starlight



Notas aplazadas sobre un cielo de Provenza.

¿Qué pulpo alejándose por el cielo de Provenza provocó este trágico entintado de la situación? No, se trata de un gas pesado y no de un líquido. Algo como el resultado de la explosión en campana hermética de un millón de violetas.
Hay como cenizas dispersas en el azul, y también un olor comparable al de la pólvora.
Es como si el día estuviera velado por el exceso mismo de su resplandor. Ese día equivale a noche aquel día azul ceniza. Mantiene su sombra difuminada en su resplandor. Mantiene su sombra en las zarpas de su resplandor.
Cayó un puñetazo irresistible sobre la chapa de la noche hasta que "vibró" en blanco. Muy temprano esta madrugada. Y las vibraciones van amplificándose hasta mediodía.
Salvo estas vibraciones reina una inmovilidad, una estupefacción parecida a la que sucede a los disparos, los actos irreparables, los crímenes. -Así reúno las expresiones habituales sobre la maldición del azul: 《¡Estoy hechizado! ¡El azul, el azul, el azul!》¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué la autoridad terrible de los cielos sobre este paisaje tan simple, este paisaje notarial, este paisaje de derecho romano?
¿Por qué esta severidad, este castigo mediante la intensidad de la luz, que inflige sombra nítida a la ruina más pequeña, a las menores " rosas " del polvo?
¿Por qué esta asfixia, esta brutalidad, estás intensidades oscuras? ¿No es más que el tributo por buen tiempo?
Todos los animales bajo los focos han vuelto a su madriguera. Sólo las piedras y los vegetales resisten, quedan como presa de la terrible luz.
Y de súbito en algunas estatuas se revela la preocupación del hombre. Expone estas estatuas al sol, se las presenta, se las ofrece, también en algún sentido se las opone. Acaba de colocarlas ante él como un artesano, como sobre la placa del horno el panadero ofrece, presenta su pan al fuego...
Meteoros tales no están entre los más fáciles de describir.
Cada cosa está como al borde de un precipicio. Está al borde de una sombra, tan nítida y tan negra que parece excavar el suelo. Cada cosa está al borde de "su" precipicio -como una bola de billar al borde de su agujero.

Francis Ponge
"La rabia de la expresión " de "La soñadora Materia"
Galaxia Gutenberg .
Edición bilingüe de Miguel Casado.

Fot. Agnes Martin
Starlight

viernes, 25 de enero de 2019

Repetición


No basta que todo comience, es preciso que todo se repita.

Gilles Deleuze
"Causas y razones de las islas desiertas."

ZaSu Pitts
Eliza Susan Pitts, 3 enero, 1894.

martes, 22 de enero de 2019

Consideraciones


Consideró la crueldad de la necesidad de amar. Consideró la malignidad de nuestro deseo de ser feliz. Consideró la ferocidad con que queremos jugar. Y el número de veces en que mataremos por amor.

Clarice Lispector
La mujer más pequeña del mundo
Lazos de familia
Ed. Montesinos, 1988

Fot. Agnieszka Polska

Un lugar seguro


A Laura

Si conociéramos el punto
donde va a romperse algo,
donde se cortará el hilo de los besos,
donde una mirada dejará de encontrarse con otra mirada,
donde el corazón saltará hacia otro sitio,
podríamos poner otro punto sobre ese punto
o por lo menos acompañarlo al romperse.

Si conociéramos el punto
donde algo va a fundirse con algo,
donde el desierto se encontrará con la lluvia,
donde el abrazo se tocará con la vida,
donde mi muerte se aproximará a la tuya,
podríamos desenvolver ese punto como una serpentina
o por lo menos cantarlo hasta morirnos.

Si conociéramos el punto
donde algo será siempre ese algo,
donde el hueso no olvidará a la carne,
donde la fuente es madre de otra fuente,
donde el pasado nunca será pasado,
podríamos dejar sólo ese punto y borrar todos los otros
o guardarlo por lo menos en un lugar más seguro.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical, 24

lunes, 21 de enero de 2019

Mi aliento


Mi aliento

En mis sueños profundos
llora la tierra
sangre
Estrellas sonríen
en mis ojos
Vienen hombres
con preguntas multicolores
Id a Sócrates
les respondo
El pasado
me ha hecho poesía
he heredado
el futuro
Mi aliento se llama
Ahora

Rose Ausländer
 "Mi aliento se llama ahora -y otros poemas"
Traducción y selección de Teresa Ruiz Rosas y José Ruiz Rosas
Ed. Igitur

Fot. anónima de la autora, en 1931

La tradición


LA TRADICIÓN...

La tradición ha llegado a su fin,
Ha dejado de ser el espejo del hombre,
Y la mirada que contempla en los fragmentos ciegos
Se vuelve ciega.

Quién en esta época
No puede desprenderse de la tradición
Está perdido;
Quién no puede recordar
Su origen
Perece.

Desnudo y sin espejo está el mundo,
Sin espejo estás tú mismo.
Pero, en medio del espanto, la gracia de la desnudez
Te ha sido regalada:

Como un niño desamparado puedes mirar a diario,
De nuevo
En el mundo que ya no tiene espejo,
En su desnudez abierta,
Y a diario de nuevo el mundo te anuncia
Tu verdad,
La verdad de tu morir solitario.

Hermann Broch
"En mitad de la vida. Poesía completa."
Prólogo de Clara Janés.
Traducción de Montserrat Armas y Rafael-José Díaz.
Igitur. Montblanc (Tarragona), 2007.

De la utilidad del odio


(29 sept.)
Se odia aquello que se teme, aquello por tanto que se puede ser, que se siente ser un poco. Se odia a uno mismo. Las cualidades más interesantes y fértiles de cada uno son las que cada uno odia más en sí mismo y en los demás. Porque en el odio está todo: amor, ignorancia, misterio y ansia de conocer y poseer. El odio hace sufrir. Vencer el odio es dar un paso en el conocimiento y el control de uno mismo, es justificarse y por tanto dejar de sufrir.
Sufrir es siempre culpa nuestra.

Cesare Pavese
El oficio de vivir
Ed. Seix Barral, 2001
Trad. Ángel Crespo

Fot. Laura Gilpin
Footprints in the Sand, 1931

domingo, 20 de enero de 2019

Nada importa mucho


Nada importa mucho, ¿no? Me refiero a importar de verdad. Sin embargo a veces de pronto, durante apenas un segundo, se te concede la gracia de creer que sí, que importa muchísimo.

Lucia Berlin
Del cuento Perdidos
En Manual para mujeres de la limpieza
Ed. Alfaguara, 2018
Trad. Eugenia Vázquez Nacarino

Fot. Abelardo Morell
Laura and Brady in the Shadow of our House, 1994

Silencio



SILENCIO, CON DOS TEXTOS

Cuando vivíamos juntos, 
el silencio en la casa era más denso 
que el silencio después de que se fuera. 
Antes el silencio era como un gran alboroto 
de laboriosidad en la distancia, 
como el hondo rugido de las minas. 
Cuando se fue, estudié el silencio 
de mi antes-marido como algo casi sagrado, 
la llamada de un recién nacido mudo. 
Texto: 
Aunque su presencia se detecta
por la ausencia de lo que niega, 
el silencio
posee un poder que presagia miedo
para aquellos que se encuentran en él. 
No visto, nunca oído, ininteligible, 
el silencio desconcierta porque oculta. 
Texto:
Las aguas me rodeaban, incluida el alma: 
la profundidad me envolvió,
las algas estaban enrolladas alrededor de mi cabeza.

Viví al lado de él, en su quietud y reticencia, 
a veces lo provocaba 
llamando a su abstraída máscara 
su Mirada de Caimán,
buscando una forma de aceptarlo tal cual era, 
bajo la ley de que él no podía hablar, 
y cuando yo grité en contra de esa ley,
se limitó a su absoluto,
salió por su puerta de salida.
Y casi me parecía un héroe,
viviendo, como yo vivía, bajo la ley
que me impedía ver a quien yo había elegido
que sólo podía asociarme con él como un ser
fijado como si fuera un elemento, casi ideal, 
sin envidia o mezquindad. 
En las últimas semanas, 
de día nos movíamos a través del despedazarse
mientras duraba, de la unión,
y en la noche el silencio yacía con la ceguera
y cantaba y veía.

Sharon Olds
"El salto del ciervo"
Trad: Joan Margarit y Eduard Lezcano
Ediciones Igitur

Fot. Elliott Erwitt

viernes, 18 de enero de 2019

Despedida


Despedida

Nuestras inscripciones fueron barridas,
nuestros lugares devorados por la arena,
nuestras fiestas convertidas en fogatas que avientan su
ilusorio mediodía.
Contemplamos la devastación.
Todas las creaciones de nuestros ojos
se hunden.
Respiramos
separación. El cisma
es nuestro
refugio.
No hay luz que nos enlace
pero una vez
corrió el licor abandonado,
desconocidas fuerzas de unión
manaron para marcar a fuego
toda la vida.
Ahora
quiero sentir sobre mí la alianza
que anonadó
nuestros rostros.
Devuélveme el fulgor
y los ojos que le pertenecen.
El vino se ha eclipsado.
Los días de los amantes también pasan.
Excelencia de lo vivo sobre lo vivido.
Costa que se aleja,
puedes
darme el poder
de vivir en otra parte.

Rafael Cadenas
de UNA ISLA (1958)
Foto del archivo de Black Napkin

No era ella


Margaret confiaba en que se le pasaría.
Como se le pasaban los resfriados,
las ganas de comer salmón ahumado
o la idea de aprender a tocar un instrumento.

Pero lo cierto es que hacía tiempo que no era ella
quien tomaba sus decisiones.
Se parecía. Mucho.
Pero no era ella.



Algo ha terminado


Algo que pertenecía a la felicidad se pierde en el abrazo. 
En el más completo amor, en la misma felicidad, hay un deseo que refiere íntegra y súbitamente a la muerte. Lo que desbordara de violencia en el goce es sobrepasado por una tristeza que no es psicológica. Por una languidez que asusta. Hay lágrimas absolutas que se mezclan. En la voluptuosidad, hay algo que sucumbe.
Es una ternura hacia el otro que angustia el corazón. Es una sensación del instante que no nos resulta tolerable. Son celos de no sabemos qué del pasado y que no podremos hacer que vuelva. La detumescencia plena de alegría se adhiere a la sensación de lo irrenovable y confina con el deseo de llorar. Entendemos que muchos animales mueran en el momento en que desovan o se acoplan. Algo ha terminado. Cuando se ama con la mayor intensidad, algo ha terminado.
Un fondo de terrible calma emerge en el seno de la turbulencia. Es posible que en cada ocasión uno muera con el placer. Hay en ello una unión tan unificante que no es admisible. Septimius Florens Tertuilianus escribió en su De anima
“En el ardor de la extrema gratificación en el curso de la cual es emitido el humor de la generación, ¿no sentimos acaso que algo de nuestra alma nos ha dejado? ¿No experimentamos una postración al mismo tiempo que nuestra vista se hace menos aguda? Podemos decir que el cuerpo del niño que resulta de ello es un derrame del alma de su procreador”. 
La voluptas, dice claramente Tertuliano, es una prostratio de la mirada porque aquélla provoca un “debilitamiento de la vista”.

Pascal Quignard
La melancolía romana
El sexo y el espanto
Ed. Minúscula, 2005
Trad. Ana Becciú

Fot. Edward Steichen
Dana's Hands, 1923

jueves, 17 de enero de 2019

Trastero


Trastero

Cuando me mudaba de una casa a otra
había muchas cosas para las que no tenía espacio.
¿Qué podía hacer? Alquilé un trastero.
Y lo llené. Los años pasaron.
De vez en cuando iba allí y miraba,
sin que nada ocurriera, 
ni una sola punzada en el corazón.
Cuantos más años cumplía, las cosas que me importaban
eran cada vez menos, pero más importantes. 
Así que un día rompí el candado
y llamé al basurero. 
Se lo llevó todo.
Me sentí como el burrito 
al que finalmente le quitan la carga de encima. 
¡Cosas!
¡Quémalas, quémalas! 
¡Haz un hermoso fuego! 
¡Habrá más espacio en tu corazón para el amor,
para los árboles! 
Para los pájaros que nada poseen,
razón por la que pueden volar.

Mary Oliver
Fot. Ré Soupault

Arte y fuga



El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento analítico, que no es, a fin de cuentas, otra cosa que el pensamiento con sensibilidad. Toda acción es, por naturaleza, la proyección de la personalidad sobre el mundo exterior, y como el mundo exterior está en buena y en su principal parte compuesto por seres humanos, se deduce que esa proyección de la personalidad consiste esencialmente en atravesarnos en el camino ajeno, en estorbar, herir o destrozar a los demás, según nuestra manera de actuar. Para actuar es necesario, por tanto, que no nos figuremos con facilidad las personalidades ajenas, sus penas y alegrías. Quien simpatiza, se detiene. El hombre de acción considera el mundo exterior como compuesto exclusivamente de materia inerte –inerte en sí misma, como una piedra sobre la que se pasa o a la que se aparta del camino; o inerte como un ser humano que, por no poder oponerle resistencia, tanto da que sea hombre o piedra, pues, como a la piedra, o se le apartó o se le pasó por encima. El máximo ejemplo de hombre práctico, por reunir la extrema concentración de la acción junto con su importancia extrema, es la del estratega. Toda la vida es guerra, y la batalla es, pues, la síntesis de la vida. Ahora bien, el estratega es un hombre que juega con vidas como el jugador de ajedrez juega con las piezas del juego. ¿Qué sería del estratega si pensara que cada lance de su juego lleva la noche a mil hogares y el dolor a tres mil corazones? ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos? Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización. El arte sirve de fuga hacia la sensibilidad que la acción tuvo que olvidar. 

Fernando Pessoa
El libro del desasosiego de Bernardo Soares

He dejado mi estatua de sal


he dejado mi estatua de sal
en remojo
para fermentar remordimientos
e indecisiones

Ed. El Torpe al Timón, 2012

Fot. Stuart Redler

miércoles, 16 de enero de 2019

Pérdida


Las personas que acaban de perder a alguien tienen una mirada que quizás sólo reconozcan los que han visto esa mirada en su propio rostro. Yo la he visto en mí y ahora la veo en otros. Es una mirada de extrema vulnerabilidad, desnudez y sinceridad. Es la mirada de quien sale de la consulta del oftalmólogo con las pupilas dilatadas a la radiante luz del día o la de quien suele llevar gafas y de repente le obligan a quitárselas. Las personas que han perdido a alguien parecen desnudas porque ellas mismas se creen invisibles. Yo misma me sentí invisible durante un tiempo, incorpórea.

Joan Didion
El año del pensamiento mágico

martes, 15 de enero de 2019

Misericordia


Misericordia

La última vez que nos acostamos
(no puedo recordar cuándo fue,
 entonces yo solía ser un reloj
en lo de acostarnos juntos, 
y ahora dentro de mí,
en algún sitio, 
va a la deriva el conocimiento, 
en una de esas aguadas en los mapas 
de los desiertos, esos espaciosos desperdicios), 
la última vez, él se detuvo
en alguno de los descansos, 
en algún intervalo entre los enredos, 
y puso su palma en mi espalda, entre los omóplatos.
Era como si estuviese pidiendo la paz,
preguntando si esto podía terminar 
-quizá no justamente esta vez, pero que terminara-. 
Estaba firme dentro de mí, pidiendo paz. 
Y yo me relajé, pero entonces mi radiante trasero
se movió torpemente otra vez, y yo susurré 
¿Sólo uno más?, 
y su gruñido indulgente
me pareció de placer, 
incluso de cariño, 
y mi vida, al ser incorporada a la carne, 
estalló con los dulces estruendos otra vez. 
Y entonces yacimos y nos miramos el uno al otro 
-o yo lo miré a él a los ojos. 
Quizá esa fue la última vez-
sin saber que era la última. 
Sin solemnidad. 
Y sin embargo la señal estaba dada,
esa mano recostada sobre mi espalda, 
no un guante, sino una petición formal de indulto,
una señal para Pedir Misericordia.

Sharon Olds
El salto del ciervo
Trad. de Joan Margarit y Eduard Lezcano
Ediciones Igitur

Un archipiélago de islas hendido


Un archipiélago de islas hendido…

Un archipiélago de islas hendido
por pequeños ríos y arroyuelos
Acequias donde las tortugas
las almejas negras hacen su casa
Reverberar de verde sin interrupción
y el eco espejeante de los pájaros
sostienen la trama. Tigre le pusieron
Los nativos le dicen La Isla
simplemente
Un aura de pumas y ciervos en retirada
De junqueros delgados
taciturnos como estelas en el agua
La barca sin patrón, las plantaciones
arruinadas y un puñado de isleños
en tareas de “mantenimiento”
No era necesario partir tan lejos
a fundar Leyenda
Profundo en este cuarto cuando todo
se deshace deslizando
fuera del sueño. Despierto y sigue viva
Leyenda. Como mi sombra. Y la Sombra grave
de la muerte alerta en las tramas del deseo

Diana Bellessi

Fot. Gerhard Ritchter

Un lugar vacío


Desde que abrí los ojos me di cuenta que mi sitio no estaba aquí, donde estoy, sino en donde no estoy ni he estado nunca. En alguna parte hay un lugar vacío y ese vacío se llenará de mí y yo me asentaré en ese hueco que insensiblemente rebosará de mí, pleno de mí hasta volverse fuente o surtidor. Y mi vacío, el vacío de mí que soy ahora, se llenará de sí, pleno de ser hasta los bordes.

Octavio Paz
Prisa

Fot. Nikolai Svishtov-Paola

lunes, 14 de enero de 2019

El horno


El horno es un estuche, un vientre secreto
            una madre mecánica que manejo con mis fuegos 
y mi apetencia
Lo obligo a encender sus paredes
            lo gradúo
Le digo: abrasa a tu presa
                       quema su superficie
                       ablanda su centro
Le digo: trescientos grados... y su pasión obedece
            Amante sólo amante suda fuegos y se deja
            invadir por el aroma se deja
            regar por los desbordes de aquello que quema.

No es un ángulo
ni se abisma en su centro como una esfera
Es sólo caja de calor
alma no circular cuyos ritmos determino.

El horno es una hechura
            un preludio
            una red, una trampa
                       el centro de la casa y de la farsa
Por él la saciedad, el olvido, el sueño, la embriaguez
Ronca el horno y no lo sabe
apaga vigilias y luces
quema la presa   aniquila al comensal.

 Se fuga el animal, se hunde un diálogo en la noche
            se entibian las razones
            el horno se enfría
            quedan manchas, huellas de la cena
Los hombres recogen sus abrigos y un cuaderno ahí, una cosa…

Cae
melancólico el sopor.
Es el trabajo del horno impuesto a la fiesta
            el rigor del horno
            exacto   regular
            implacable adormidera
            mecánica calidez
            vientre de la casa
            secreto de abuela de hierro y de rejillas.
La reja es otra cosa
y otra el dibujo de la reja
otra y más honda, secreta, es mi división
Y ese invitado, ¡fuera!
                       si no fuese por mis rejas,
                       la casa
            el otro horno que aquí quema.

“El horno”
Hasta que llegue el día y huyan las sombras, 1983


Cuando las palabras callan


Cuando las palabras callan
la boca piensa qué diría
si el sonido saliera de sus labios.
Cuando llega el silencio
la vida cobra otro sentido;



sábado, 12 de enero de 2019

La obra de arte


A veces, como sucede con un cohete teledirigido, la obra de arte se dirige justamente a ese objetivo en tu interior que alberga un enigma semejante al expresado por la propia obra. Sabes de qué va ese enigma, platónicamente existe la posibilidad de que alguna vez encuentres la fórmula para expresarlo, pero tendrás que seguir buscándola y, mientras no la hayas encontrado aún, no se te ocurra desvelar el enigma ni menos aún ofenderlo mediante la invención de una fórmula zafia. Observar, escuchar, leer, eso siempre funciona.

Cees Nooteboom
El enigma de la luz

Pint. Antoni Tàpies
U no és ningú, para Joan Brossa

Sombra turbia


No eres más que una sombra turbia, un duro núcleo de indiferencia, una mirada neutra que rehuye las miradas. Con labios mudos, ojos apagados, sabrás en adelante identificar en los charcos, en los cristales, sobre las carrocerías relucientes de los automóviles, los reflejos fugitivos de tu vida detenida.

George Perec

Coll. Katrien de Blauwer

viernes, 11 de enero de 2019

Un arte antiguo


Esa noche, como todas las noches, la niña soñó que había nacido huérfana y que esa condición –si así puede llamársele– la empujaba a un mundo adentro del mundo que se parecía a un hermoso circo, lleno de domadores de tigres, contorsionistas, lanzadores de fuego. A ella le había tocado la Muerte-en-Vida. Su número consistía en balancearse sobre una cuerda pero ella se enredaba en el pelo e indefectiblemente daba un salto mortal a lo imposible. La caída se repetía tres veces, sin motivo aparente y, lo que es peor, sin destinatario. El amor es un arte antiguo, imposible, feroz.

María Negroni
Elegía a Joseph Cornell

Deixis en fantasma


Deixis en fantasma

Aquello.
No eso.
Ni
-mucho menos- esto.
Aquello.
Lo que está en el umbral
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fiel al borde de mí mismo
que ni el viento arrebata, ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la noche apaga.
Tenue cabo de brisa
que me ataba a la vida dulcemente.
Aquello
que quizá hubiese sido
posible,
que sería posible todavía
hoy o mañana si no fuese
un sueño.

Ángel González

Collage. Julia Geiser

jueves, 10 de enero de 2019

Escribir


Escribir es como la segregación de las resinas; no es acto, sino lenta formación natural. Musgo, humedad, arcillas, limo, fenómenos del fondo, y no del sueño o de los sueños, sino de los barros oscuros donde las figuras de los sueños fermentan. Escribir no es hacer, sino aposentarse, estar.

José Ángel Valente
de "Mandorla", en El fulgor
Antología poética

martes, 8 de enero de 2019

Mi amigo árbol


Mi amigo árbol (fragmento)

Qué horror levantarse en medio de la noche
y atisbar la luz desde la penumbra.

El tiempo es una hoja en blanco
y los mosquitos muerden.

Mi vida se desperdicia en la nada.

Cuánto incomoda este pensamiento. Cómo estás tú, Nada,
sentada alrededor con la esposa de Algo.

Zumbar y consumirse
es todo cuanto he aprendido.
Porque he desperdiciado mi vida en la nada.

Embalsamada y superflua, pálida y resoplante,
levantando trastos domésticos aquí y allá
-carpetas, platos,
mesas, peceras-.

Mi vida se desperdicia en la nada.

Lorine Niedecker
Covers, 36 poetas en lengua inglesa
Traducción de Armando Roa,
Uqbar Editores, Santiago de Chile, 2010

Convento


La vida del convento no consentía que nacieran sueños nuevos, salvo el de una sublime renuncia: lo único que precisa la existencia.

Dolores Prato
"Quemaduras"
Editorial minúscula
Trad. De César Palma

lunes, 7 de enero de 2019

Asfixia


Es una asfixia hablar, 
dar las explicaciones que nunca aclaran nada, 
destruir con la palabra 
lo que se ha construido sin ella: el poema.



domingo, 6 de enero de 2019

Dentro de la caja no hay un cordero


Dentro de la caja no hay un cordero.
Dentro de la caja está 
el más bello poema jamás construido. 
Fue encontrado en una cueva 
en el desierto del Namib. 
Según los expertos, 
su autor llegó a la cúspide 
en el desarrollo del lenguaje, 
pues su simpleza, vivacidad, 
la carencia del ritmo y la belleza de sus metáforas,
constituyen la expresión más genuina del alma humana.
Aunque la lengua en la que fue construido 
aún no se ha identificado plenamente, 
los expertos creen que puede tratarse 
de un lenguaje ancestral hablado por hombres y pájaros.

Poesía mexicana
Ed. Elefanta, 2015


sábado, 5 de enero de 2019

Who do you trust?


Who do you trust? 
How do you know? 
By how they appear or what they say? 
What they do? 
How? 
We all have secrets.
We all tell lies, 
just to keep them from each other 
and from ourselves. 
But sometimes rarely 
something can happen 
that leaves you no choice
but to reveal it. 
To let the world see who you really are. 
Your secret self.
But mostly, we tell lies. 
We hide our secrets from each other, 
from ourselves. 
And the easiest way to do this 
is not to even know that you are.
So when you think about it like that 
it's a wonder we trust anyone at all.


Janet MacLeod veiled

viernes, 4 de enero de 2019

Duéleme


Duéleme

Estás triste
me lo noto.
Te ausentas 
en mí.
Ven
duéleme 
contigo.
No soporto
yo sólo
tu tristeza.

Ed. Isla de Sistolá, 2016

The visitor

La llama


En la vida de las personas hay una cosa especial que sólo puede tenerse en una época especial. Es como una pequeña llama. Las personas precavidas y con suerte la preservan con todo cuidado, la hacen crecer, la llevan como una antorcha que ilumine sus vidas. Pero, una vez se pierde, esa llama no puede volver a recuperarse jamás. Yo no sólo he perdido a Sumire. Junto con ella también he perdido esa preciada llama.

Haruki Murakami
Sputnik, mi amor
Ed. Tusquets, 2002
Trad. Lourdes Porta y Junichi Matsuura

Fot. Lucana
Serie Tolú, Silla solitaria, 1991

jueves, 3 de enero de 2019

Y que yo me la llevé al río


Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.

Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.

En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.

El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.

Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.

Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.

Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.

Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.

Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.

Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.

Le regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.

La casada infiel

The King’s Virgin, 2015

martes, 1 de enero de 2019

Cómo será


A veces me pregunto, cómo será
doblar una esquina y encontrarla.
Ver el nuevo rostro que le ha dado el tiempo,
su nueva voz, el color que le han dado
a sus ojos los otoños y las lluvias.
Decirle por fin cuánto han crecido
los hijos que no tuvimos nunca.
Tal vez como otra piel ya le creció el olvido,
pero no puede ser, no puede ser.
La vida se desgasta en el tragamoneda de los días,
pero me deja siempre la esperanza
de doblar una esquina y encontrarla.

Carlos González