domingo, 31 de enero de 2016

En invierno



Te habité y me echaste.

Eras un cobertizo con goteras, grietas y un menudo gato pequeñito que venía a beber del balde que colocaba en el piso para que el agua del techo no arruinara la madera.

Fuiste mi casa.

Eras apenas una pequeña cama con cobijas tan livianas que aún me hacían tiritar de madrugada, pero yo me acurrucaba en ti durante las noches, emitiendo los sonidos más dulces al acomodarme sobre algunas almohadas rotas.

Me echaste durante el invierno.

Adriana González Verduzco

Fot. Sherry Huang

Pactos

Los pactos con el diablo se hacen entre sonrisas encantadoras y vestidos de seda…

Alexander Timofeev

El fin es mi principio


Adaptación del libro de Tiziano Terzani "El fin es mi principio"
Cuando un padre va acercarse el final de su vida, decide reunirse con su hijo para mantener con él unas valiosas conversaciones sobre la vida que ha llevado. Tal como refleja el libro, esta película es el testamento espiritual de un hombre extraordinario que reflexiona sobre las grandes preguntas de la vida.

Ahora


…¡y vive ahora! el pasado es simplemente un recuerdo, no existe. Son tus recuerdos acumulados, reordenados, falseados. Ahora, en cambio, no falseas nada. Lo que esperas del futuro es una caja repleta de ilusiones, vacía. ¿quién te dice que se llenará? `ahora trabajo, luego me jubilaré e iré a pescar.´ ¿quién sabe si aún habrá peces? la vida sucede en este momento y en este momento es cuando uno tiene que saber disfrutar de ella.
Ah, Saskia, es fantástico que hayas venido a verme. Y recuerda: yo estaré aquí. Estaré en el aire. Así que de vez en cuando, si quieres decirme algo, apártate, cierra los ojos y búscame. Hablaremos. Pero no con el lenguaje de las palabras. Con el silencio.

Tiziano Terzani

Fot. Retrato de Tiziano Terzani, anónimo

sábado, 30 de enero de 2016

Imágenes desde la locura

Lauren E. Simonutti, nacida en Estados Unidos en 1968, falleció en Abril de 2012 debido a complicaciones de su enfermedad. En  Marzo de 2006 comenzó a escuchar voces y se le diagnosticó "trastorno bipolar mezclado con trastorno esquizoafectivo". Ella sentía que se estaba volviendo loca y pasó sus últimos años casi en absoluta soledad. Enfocó la cámara hacia si misma y el espacio en el que estaba viviendo. Nos ha dejado un impresionante trabajo. Sus fotografías dan voz al sufrimiento en soledad.

"A lo largo de estos años he vivido sola en medio de estas 8 habitaciones, 7 espejos, 6 relojes, 2 mentes y 199 paneles de vidrio. Y esto es lo que he visto aquí. Esto es lo que he aprendido. Me imagino que podría interpretarse de dos maneras: ya sea como testigo del avance de la locura o bien como testigo de la cordura que va menguando pero que sigue ahí". - Lauren E. Simonutti

Las siguientes imágenes proceden de las series "El Alfabeto del Diablo" y "8 habitaciones, 7 Espejos, 6 Relojes, 2 Mentes y 199 Paneles de vidrio".




Lauren E. Simonutti

Aquí las últimas imágenes que colgó en el impresionante blog que mantuvo hasta el final de sus días.


Spiegel im Spiegel

El pez fuera del agua

Gustav Klimt, El pantano

Trabajaba hacía poco en la barra de un céntrico bar de la Avenida Welis por entonces pero ya conocía de a diario a bastantes clientes cuando apareció con un carrito de la compra y un bastón con cabeza de galgo plateado la señora aquella que desde luego había visto varías veces y vendía, a la puerta del mercado, tabaco de contrabando. Nadie sabía su nombre. Siempre pedía un café. Pagaba con monedas pequeñas y se ponía otra vez a pregonar el Winston y el Marlboro.

Aquel día hacía mucho frío:

“-Ponme un cafelito, hijo, muy calentito, que hace hoy mucho frío.”

Había mucha gente, las prisas del trabajo, yo qué sé. Y le puse un café que mataría a un caballo. Agua con algo. Frío como el día. Sin ningún amor. Sólo le faltaba una mosca flotando.

Al rato, la mujer seguía allí. Con el café intacto. Con las cara intacta. Como si el tiempo se hubiera congelado. Y con la mano, me hizo así. Y me acerqué, y procurando que nadie se enterara excepto yo, me dijo, muy bajito, que “a lo mejor esto es lo único caliente que me voy a tomar hoy”. Que su marido se gastaba en putas malas el dinero de la chatarra, que tenía un hijo en la cárcel y otro enterrado en Santa Fe y otro casado con una paraguaya a saber dónde y en qué y otro tirado en un sofá porque le había faltado oxígeno en el parto y...; que de joven había sido muy bonita, pero que tanta paliza y tanto parir para nada la habían dejado en el pellejo.
Que si no me daba pena ponerle aquello.

Y después se marchó. Y dejó allí su dinerito. Moneda por moneda. Y yo me quedé allí, como un pez fuera del agua agonizando de vergüenza.

Y desde entonces me sobran las palabras.

Historiadero


Mozart: Clarinet Concerto in A Major, K. 622: II. Adagio
Wolfgang Amadeus Mozart, Varios Artistas

Marioneta

Angelo Brek Levantaci

Vida


La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí al alcance del salto que no damos.

Julio Cortázar

Fot: Jean Seberg

viernes, 29 de enero de 2016

Escritura


Una forma de felicidad


El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta ‘el modo imperativo’. Yo siempre les aconsejé a mis estudiantes que si un libro los aburre lo dejen; que no lo lean porque es famoso, que no lean un libro porque es moderno, que no lean un libro porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz.

Recuerdos

Frank Horvat

Demasiados recuerdos, demasiadas cosas que olvidar… Voy a tener que vivir muchos buenos recuerdos para reemplazar a los anteriores.

Frédéric Beigbeder, El amor dura tres años


Best Unsaid
Michael Brook

jueves, 28 de enero de 2016

Suicidio

Es absolutamente necesario suicidarse cada cierto tiempo.
Huir de uno mismo,
perderse,
levitar,
ayunar,
sentir el cuerpo vacío, agotado, dolorido.
Mudar la piel,
beber,
vomitar,
tocar fondo, follar con desesperación y luego no recordar nada.
Estar ausente de todo.
Para después, aferrarse de nuevo a la vida. Reencontrarse.
Vestir colores pastel, andar a paso ligero y sonreír a los vecinos
cuando te saludan en la escalera.
-¿Qué tal estás, preciosa?
-Jodidamente bien, gracias.

Ana Elena Pena


Karel Kašpařík

Ya no me acuerdo

Sin datos

25 de Julio 1962
Pero el silencio es algo cierto, verdadero. Por eso es bueno escribir, estar sola y escribir. En el silencio. Yo no estoy sola. Alguien -tal vez muchos- tiemblan en este cuarto mal alumbrado, debajo de mi mano sobre el papel, entre las sombras. Gente que he amado.

Alejandra Pizarnik (+), Diarios
Ed. Lumen, 2013



Roo Panes, Hands

Silencio


- ¿Qué es? - me dijo.
- ¿Qué es qué? - le pregunté.
- Eso, el ruido ese.
- Es el silencio...

Juan Rulfo Luvina

Fot. Juan Rulfo, Paisajes mexicanos

El ciclo de la vida

Cada día empieza, a las 07.30, con Prozac. Y termina, a las 23.30 con Lormetazepam.

Entre esa parodia de nacimiento y muerte, la vida se desarrolla lenta, pausada, entre gráficos que se mueven nerviosos empujados por fuerzas desconocidas. Mi trabajo consiste en detectar y, con suerte, aprovechar algo de la inercia. ¿La marea esta subiendo o bajando? A diferencia de lo que ocurre con el mar, en los mercados no es predecible la dirección, sólo el fenómeno, y ya es mucho. A veces cambia de dirección en mitad del desarrollo. Desconcertante. Psicología de masas (algunos dicen). Desviaciones aleatorias que solo obedecen, al final, muy al final, a la ley de los grandes números.

Busco la paz y el sosiego recopilando imágenes o citas no sé si bellas, pero en todo caso que me impresionan, por alguna razón u otra. Las selecciono, clasifico, guardo, presento... La mayoría de los días todo eso lo hago acompañado de música., en general minimalista y repetitiva, muy acorde con mi pensar obsesivo.

Hace semanas ¿meses? que no me río. Alguna sonrisa sí, gracias al ingenio de una frase prestada, pero es a lo más que puedo aspirar.

Vivo sin emoción.

Hace unos días, viendo una película, (Youth), se me despertaron las emociones. Para llorar. Casi mejor que se queden aletargadas, pues.

Gracias a las redes y la tecnología he conocido a gente interesante, muy interesante, que suele vivir a miles de kilómetros, con lo cual lo que me llega de esas personas es un eco muy amortiguado de su vibración primera. Cosas intangibles: una manera de mirar, unas ciertas afinidades... Pero no me oyen roncar, ni yo escucho sus pedos. Les trae sin cuidado si me cambio o no los calcetines y a mi si se lavan o no los dientes después de comer.

Una vida 2.0

Pero es que la 1.0 me mata a fuerza de vomitar.

Ocasionalmente pienso en la 3.0

Anoche soñé con mi ex, de la que llevo separado 15 o 20 años o por ahí. Me desperté sobresaltado. Pero no angustiado. La he llamado. Está pintando un cirio pascual con un pincel de dos pelos.

Puntos suspensivos. Tres. Y a dormir.

Mañana será lo mismo. Diferente, pero lo mismo.

miércoles, 27 de enero de 2016

Noticias de última hora

Esta mañana, alguien abrió la ventana y estiró
su mano para llenar de arroz el aire; 17 torcazas
comieron.

A las 9 y 30 bajo la lluvia, un señor invitó a un
total desconocido a compartir su sombrilla; los
dos se rieron del mal tiempo.

La chica del restaurante le sirvió doble porción
de pastel a la niña que escuchaba la pelea de sus
padres.

Un taxista le regresó la billetera a una anciana
olvidadiza.

En el jardín infantil, Diana le regaló el color violeta
a Manuela para que terminara el arcoíris.

Desde una fila del bus, una mujer le sonrió a otra
mujer que lloraba.

Un vecino le dio de comer a un gato callejero.

Juan escuchó una canción y cantó en voz alta;
en el fondo del salón rieron 6 personas.

Un perro espantó a una bandada de pájaros
que cruzaron el cielo amarillo.

Entre las grietas del pavimento
creció una brizna de pasto.

Desde el edificio más bajo
se pudo ver un puñado de estrellas.

Nada de esto dijeron las noticias.

La tierra siguió girando en torno al sol y millones
de latidos palpitaron en los cuerpos.

Una corriente silenciosa de milagros
atraviesa las horas cada día.

Parece que nadie se entera
seguimos en un mundo terrible y abismal
nos dicen en la televisión
dos personas que después del trabajo salen a
comer juntas
y se abrazan en la noche.

Alejandra Lerma

Sed

Giorgio Cecchinato
Memories of the Thirst, 2011

Los astros

Acabo de leer en el horóscopo que este año me enamoro.
Hazto seguido me he levantado a potar.
Señores de los astros, por favor, concededme una puta tregua.
Paso del amor, me viene mal, no tengo tiempo.
No me lo merezco.

Deuxdesucre


martes, 26 de enero de 2016

Pequeñas lecciones de erotismo

Crina Prida

I

Recorrer un cuerpo en su extensión de vela
es dar la vuelta al mundo
Atravesar sin brújula la rosa de los vientos
islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas
no es tarea fácil -si placentera-
No creas hacerlo en un día o noche 
de sábanas explayadas.
Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas

II

El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado.
Encuentras un astro y quizá deberás empezar
a corregir el rumbo cuando nube huracán 
o aullido profundo
te pongan estremecimientos.
Cuenco de la mano que no sospechaste

III

Repasa muchas veces una extensión
Encuentra el lago de los nenúfares
Acaricia con tu ancla el centro del lirio
Sumérgete ahógate distiéndete
No te niegues el olor la sal el azúcar
Los vientos profundos 
cúmulos nimbus de los pulmones
niebla en el cerebro
temblor de las piernas
maremoto adormecido de los besos

IV

Instálate en el humus sin miedo 
al desgaste sin prisa
No quieras alcanzar la cima
Retrasa la puerta del paraíso
Acuna tu ángel caído 
revuélvele la espesa cabellera 
con la espada de fuego usurpada
Muerde la manzana

V

Huele
Duele
Intercambia miradas saliva impregnante
Da vueltas imprime sollozos piel que se escurre
Pie hallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca secreto del paso forma del talón
Arco del andar bahías formando arqueado caminar
Gústalos

VI

Escucha caracola del oído
como gime la humedad
Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
Poros que se alzan formando diminutas montañas
Sensación estremecida de piel insurrecta al tacto
Suave puente nuca desciende al mar pecho
Marea del corazón susúrrale
Encuentra la gruta del agua

VII

Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza
Navega loco en la juntura de los océanos
Cruza las algas ármate de corales ulula gime
Emerge con la rama de olivo 
Llora socavando ternuras ocultas
Desnuda miradas de asombro
Despeña el sextante desde lo alto de la pestaña
Arquea las cejas abre ventanas de la nariz

VIII

Aspira suspira
Muérete un poco
Dulce lentamente muérete
Agoniza contra la pupila extiende el goce
Dobla el mástil hincha las velas
Navega dobla hacia Venus
estrella de la mañana
-el mar como un vasto cristal azogado-
Duérmete náufrago.

Gioconda Belli, Pequeñas lecciones de erotismo


Believe, Beleft, Below
Esbjörn Svensson Trio

Desesperación


Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se sienta necesariamente a una mesa quitada en una terraza, de noche, a la orilla del mar. La desesperación es y no es el retorno de una serie de pequeños hechos como semillas que al caer la noche dejan un surco por otro.

André Breton, El verbo ser

Fot: Ana Tornel

Dentro/Fuera

Nunca salió de su pueblo.
Se reía de mí cuando le contaba
de mis viajes por el mundo -escasos-
de mis ansias de vivir otros paisajes,
otras culturas, de ser
un nómada en el tiempo.
Él me señalaba el río, las montañas,
los campos, la parsimonia feliz
del rumiar de las vacas,
sintiéndose uno más de ese bello paisaje,
al que, sin duda, completaba.
En realidad nunca salió de sí mismo.
Porque tenía -al contrario que yo-
todo el mundo dentro.

Ángel Fernández
Todo el mundo.

lunes, 25 de enero de 2016

A vueltas con el diario


Querido diario: A veces la vida es una mierda pinchada en un palo. Se te cae la tostada del revés al suelo; un coche te salpica de barro; se muere tu perro; te quedas sin trabajo; se te acaba el amor; suspendes sociales; o el mundo es invadido por los alienígenas o el arbitro anula un gol o se quema tu casa o el médico te dice que si quieres un cigarro, que ya da igual, que para lo que te queda, o las pisas a todas bailando, o te ha salido un grano en la punta de la nariz, rooooooojo, enorrrrrrrrme, o ves a tu novio con otra, o cae un meteorito en el cuarto de baño, o cualquier otra cosa entre un millón de millones de otras cosas horribles que pueden pasarte. En cualquier momento. Así, como suena.

Puedes cerrar los ojos muy muy fuerte mientras pones rumbo a mitad del desierto sin mirar atrás, por supuesto. No está mal. Si no fuera porque en mitad del desierto no hay agua. Ni estancos.

Puedes pegarte un tiro.

Y puedes armarte hasta los dientes y luchar hasta el final. Porque si quieres estar mañana aquí, en este sitio donde crecen las margaritas y las lagartijas se pasean al sol y las olas del mar traen hasta tus pies cosas bonitas y barquitos de papel de periódico, a este sitio con estrellas y pájaros y la risa de los niños y tantos, tantos colores, si quieres, tienes que ganártelo.

Así se juega a esto.

Historiadero


Say What You Want
Texas

Islas


Nadie comprende a otro. Somos, como dijo el poeta, islas en el mar de la vida; corre entre nosotros el mar que nos define y separa. Por más que un alma se esfuerce por saber lo que es otra alma, no sabrá sino lo que le diga una palabra, sombra disforme en el suelo de su entendimiento. 

El libro del desasosiego de Bernardo Soares
Ed. Seix Barral, 2010
Edición y traducción de Ángel Crespo

Escuchando silencios

Eric Bénier-Bürckel

51

¿Has visto Marte?

Sí, me refiero a la película.

Me gustó mucho aquello que dice el protagonista, que sale todos los días al exterior para contemplar el horizonte sólo por el hecho de poder hacerlo.

Me iba a parar en el 50 pero por qué pararme, en principio pensé que era un buen número, por eso de ser una mitad o por aquello de ser redondo por su cero o par, siempre me gustaron los pares, los impares me recuerdan a la soledad, a los números primos los incomprendidos, y además hay que parar de vez en cuando, pero no parar  porque sí, parar y escucharnos.

Estaba en la ducha y he escuchado una canción, salía de mi nariz, una canción que nunca antes había escuchado. A la vez que salía esa melodía que mecía mi cuerpo, el agua acompasaba la música de dentro. La llamaré así. La música de dentro. Cada medio minuto y medio hay que darle un punto de temperatura al agua y dejar que ésta nos vaya abrasando lentamente. Os aseguro que todo nuestro alrededor para. Y escuchas silencio dentro. Silencio y la música que te mece. Porque siempre tenemos algo que decir. 

Pocas veces paran las voces y pocas veces la escuchamos con atención y pocas veces escuchamos el silencio.

Porque parar si el 51 puede ser un gran paso a ese horizonte. Sólo por el hecho de poder continuar caminando.

Sandra G. Garrido


Nocturne No.1 In B Flat Minor, Op.9 No.1
Frédéric Chopin

domingo, 24 de enero de 2016

Pendiente


Había montañas y ahora hay indiferencia.
El amor acaba.

Fot. Arslan Ahmedov

Hielo



(…) se considera un melancólico al que la soledad le parece el único estado humano apropiado: la soledad en la gran metrópoli o la ocupación del paseador ocioso, libre para soñar despierto. Se considera un melancólico, pues vino al mundo bajo el signo de Saturno, que es la estrella de revolución más lenta, el planeta de los desvíos y las dilaciones. Y bajo ese signo se pierde, como buen paseante ocioso, en el laberinto de odradeks donde lentamente se rompe el hielo del Moldava.

Enrique Vila-Matas
Historia abreviada de la literatura portátil
Ed. Anagrama, 1985

Fot. Chris Lindhout


Cómo decir


Hay muchas cosas por decir que no sé cómo decir. Faltan las palabras. Pero me niego a inventar otras nuevas: las que existen deben decir lo que se consigue decir y lo que está prohibido.

Clarice Lispector, Agua Viva
Ed. Siruela, 2013
Trad. Elena Losada

sábado, 23 de enero de 2016

Sombras

Sevron

Querido diario: a veces cierro los ojos y escucho el mundo. Eso son pájaros. Pío-pío. O sólo pío. O seis píos seguidos. Dos píos juntos, silencio cuatro píos, significá te quiero. Cuatro píos, silencio, dos píos, silencio, un pío largo, significa me voy a por tabaco.
Eso es un coche que acaba de pasar y eso, un perro ladrando desde un balcón. Lo sé porque viene de lo alto. A no ser que sea un perro volador. De una ventana sale la voz de un locutor hablando de Gettisburg.
Esto es el Sol. El Sol en la cara. Y este el color naranja. Por dentro. Como si no hubieras nacido todavía.
Acaba de pasar un helicóptero.
Los tickes de los parkings rodando por el suelo; el pum pum de un martillo; los carritos de la compra; las gotitas que caen sobre los paraguas; Alguien que tose; el camión del butano, el clinck clink de las cucharas de café. Y a lo lejos el mar. Pintado a mano. Bordado de pesqueros. Azul.

Cierro los ojos, y te espero.

Siempre apareces de una esquina. Con un vestido blanco de flores amarillas, y en el pelo una tormenta.

Historiadero


Serse, HWV 40 / Act 1: "Ombra mai fu"
Cecilia Bartoli

Fortuna


Hay hombres para quienes la vida es de una facilidad extraordinaria. Son algo así como una esfera que rueda por un plano inclinado, sin tropiezo, sin dificultad alguna. ¿Es talento, es instinto o es suerte?. Los propios interesados aseguran ser instinto o talento, sus enemigos dicen casualidad, suerte, y esto es más probable que lo otro, porque hay hombres excelentemente dispuestos para la vida, inteligentes, enérgicos, fuertes y que sin embargo, no hacen más que detenerse y tropezar en todo.
Un proverbio vasco dice: «El buen valor asusta a la mala suerte.» Y esto es verdad a veces… cuando se tiene buena suerte…

Pío BarojaZalacaín el aventurero
Ed. Espasa, 1999

Sombra entre sombras


Soñé tanto contigo,
caminé tanto, hablé tanto,
amé tanto tu sombra,
que ya nada me queda de ti.
Sólo me queda ser sombra entre las sombras,
ser cien veces más sombra que la sombra,
ser la sombra que regresará y regresará
a tu vida plena de sol.

Robert Desnos
El último poema
Trad. Carlos Vitale

Fot. Robert Desnos, anónima

Vacío de luz


¿ Adviertes en la claridad un vacío de luz?

La oscura certeza
es la duda que trepa
con la vida en los talones
y la oportunidad
de las opciones.

No me supongas. Sábeme.



A Case Of You
Ana Moura

viernes, 22 de enero de 2016

Evitándose

Pi Erre

Das caridad haciendo sonar las monedas.

La puta que te habita
cambia de acera
al cruzarse conmigo.

The Wheat
Lisa Gerrard

La (im)perfección de la (in)felicidad



Tarde o temprano en la vida cada uno descubre que la felicidad perfecta es irrealizable, pero pocos son los que nos detenemos a considerar la antítesis: que la infelicidad perfecta es igual de inalcanzable. Los obstáculos que impiden la realización de estos dos estados extremos son de la misma naturaleza: derivan de nuestra condición humana, que se opone a todo lo infinito. Nuestro cada vez más insuficiente conocimiento del futuro se opone a ello: y esto se llama, en un caso, esperanza y en el otro caso, la incertidumbre del día siguiente. La certeza de la muerte se opone a ello: porque establece un límite en cada alegría, pero también en cada duelo. Las inevitables preocupaciones materiales se oponen a ello: a medida que envenenan toda felicidad duradera, igualmente nos distraen asiduamente de nuestras desgracias y hacen que nuestra conciencia de ellas sea intermitente y por lo tanto, soportable.

Primo LeviSi esto es un hombre
Ed. El Aleph, 2013
Trad. Pilar Gómez Bedate

Trabajo

Pi Erre

La necesidad de una rutina que nos libere de otros caos más íntimos. El trabajo como antídoto contra la locura.

Entrevisiones de asuntos inmateriales.
Darío Jaramillo Agudelo


Sira
Ablaye Cissoko

Saba por Magris


La familiaridad con todas las linfas vitales y corporales, con el fango con el que está amasada la vida y con el que los niños no temen embadurnarse en sus juegos, es algo propio del poeta que ha expresado sin rémoras la antigua ansia, el deseo más acá y más allá del bien y del mal. Saba es el animal que desconoce los pudores y los arrepentimientos del que él mismo habla en una gran poesía de la vejez, la rapaz que se lanza sobre la presa, con una avidez en la que se mezclan ternura, amor, anhelo, brutal voluntad de poder, y la devora sin distinguir el beso del mordisco. Su poesía es grande, de una intensidad y una plenitud rarísima en la lírica del siglo XX, por su tersa y despiadada transparencia que deja traslucir íntegramente el oscuro fondo de la vida y de sus pulsiones, su gracia y su indomable crueldad.

Claudio Magris,  El jardín, relato incluido en  Microcosmos
Ed. Anagrama, 2006,
Trad. J. A. González Sainz.

Fot. Retrato de Umberto Saba, anónimo

jueves, 21 de enero de 2016

Disfraz


Volveré:
Una peluca y una máscara
y el disfraz
que entrega esta ciudad
que me brota
y rodea
y llevo ya un ramaje pesado, 
tantas hojas inútiles.


Fot. Retrato de Betina Edelberg, anónimo

Una llama soy


Una llama soy que vivo
obediente a un fácil soplo,
humilde barro, y al fin
fuego y humo, tierra y polvo.

miércoles, 20 de enero de 2016

Satisfacción

Cupido y Psique, Jacques-Louis David

La había dejado muy contenta, feliz, con esa cara de felicidad que sólo una mujer puede tener y que me da ganas de cerrar los ojos para no verla cuando se me presenta, como si la buena educación ordenara hacer eso.

Un sueño realizado, Juan Carlos Onetti.


Ode for St. Cecilia's Day, HWV 76:
George Frideric Handel

Las pequeñas virtudes


Creo que se debe ser muy cauto en prometer y dar premios y castigos. Por que la vida raramente tendrá premios y castigos; en general, los sacrificios no tienen premio alguno, y a menudo las malas acciones no son castigadas, al contrario, son espléndidamente retribuidas en éxito y dinero. Por eso es mejor que los hijos sepan desde la infancia que el bien no recibe recompensa ni el mal castigo y que, no obstante, es preciso amar el bien y odiar el mal; y de esto no es posible dar ninguna explicación lógica.

Natalia Ginzburg, Las pequeñas virtudes
Ed. Acantilado, 2002
Trad. Celia Filipetto

Soledad


Soledad es igual que independencia, la había deseado y conquistado en el transcurso de largos años. Resultaba fría, ¡oh sí!, pero también quieta, maravillosamente quieta y grande como el espacio frío y silencioso en el que giran las estrellas.

Hermann Hesse, El lobo estepario
Ed. Alianza, 1998
Trad. Manuel Manzanares

martes, 19 de enero de 2016

Procrastinar

Vilhelm Hammershøi


Lo más difícil es no hacer nada: quedarse a solas ante el cosmos. Trabajar es aturdimiento. Quedarse sin hacer nada es la desnudez final.

Clarice Lispector


Sur Le Fil
Roberto Jonata

Soledad


Le parecía que la soledad tenía sus cosas buenas, y que rumiar sus propios recuerdos y contarse sandeces a sí mismo no dejaba de ser mejor que la compañía de gente con quien no compartía ni ideas, ni gustos; su deseo de acercamiento, de rozar el codo del vecino, se desvaneció y, una vez más, se repitió la triste verdad: una vez que desaparecen los viejos amigos, hay que hacerse a la idea de no volver a buscar otros, de vivir aparte, de acostumbrarse a la soledad. 

Joris-Karl Huysmans, A la deriva
Ed. Antonio Machado, 2010
Trad. Juan Díaz de Atauri

Fot: Jean-Louis Forain
Retrato de Joris-Karl Huysmans, 1878

Poesía, no


Me preguntan, a veces: “¿Es necesario que un periodista lea poesía?”. Siempre digo que sí, expongo mis razones. Pero ahora me arrepiento. No. Leer poesía no es necesario. Para nadie. De hecho, leer poesía puede hacer que uno tenga una vida mucho peor de la que tendría si no la leyera. Conocen el poema de Kavafis: “No hallarás otra tierra ni otro mar. / La ciudad irá en ti siempre (...) Otra no busques —no la hay (...) / La vida que aquí perdiste / la has destruido en toda la tierra”. ¿Qué es eso sino daño intencional, deliberado? Mi padre me lo leyó cuando ni él ni yo sabíamos quién era el tal Kavafis. Pero entendí el concepto. Y desde entonces no he dejado de vivir bajo el horrible influjo de esa lucidez espantosa: no hay escape, allí donde vayamos nos persigue todo lo que somos. Una vez traté: me fui lejos para arrancarme del cuerpo aquella cosa. Y no hubo alivio: no hubo otra ciudad más que la maldita ciudad interior por la que me arrastraba babeando como un feto sin cáscara. Leer poesía no es necesario. Si uno puede vivir sin preguntarse “¿todo esto para qué?”, mejor seguir así, confortablemente adormecido. El poeta chileno Matías Rivas acaba de publicar Tragedias oportunas. Los poemas del libro hablan de sexo, de amor, de hastío, de la tele, de los hijos. De sexo cansado, de amor cansado, del hastío de la tele y de los hijos. Son el registro de un ojo insomne, lúcido, impiadoso: “La orilla café de la taza no sale con agua caliente. / El borde tiene grabados mis labios, lo que te molesta. / No sé si será posible sacar la mancha con recriminaciones. / Lo cierto es que gotea bajo el colchón toda la noche. / Las frazadas y el cansancio tienen olor a sospecha”. Cuando me preguntan por qué leo poesía digo que sirve, por ejemplo, para aprender economía de recursos. Si yo fuera menos mentirosa diría que leo poesía para que me haga daño: para que me despierte.

Leila Guerriero, Poesía, no.
Crónica para "El País"


Try it again

Parece que este año ha decidido darle un poco de tregua al frío. Y recuerdo como hace dos años, en una noche como la de hoy, deseaba helarme en el invierno mientras fumaba cigarrillos sin parar entre las calles de la ciudad. Y así, sin causa aparente, me encendía y desaparecía en llamas.

Estaba tan acostumbrada a vivir en el desastre, que ya no concebía otra cosa. Y el hecho de perpetuarlo me hacia cobarde y cómplice, porque siempre es más fácil persistir en la ruina.

Y de repente, este diciembre, ella me da de la mano y me enseña que el mundo puede ser distinto. Que existen otras verdades y otros caminos, que se puede des-aprender toda la toxicidad ingerida. Y casi sin darme cuenta, dentro de mí se encienden bombillas nuevas que hacen girar todo un mecanismo de engranajes y me abren los ojos.

Como un árbol de navidad de interior, van apareciendo luces nuevas a cada paso. Me dice, me descubre, que hay otra forma de vivir todo esto. Y, por si fuera poco, resulta ser extraordinaria.

Reconstruyendo.



lunes, 18 de enero de 2016

Dejos

Cuando los gusanos
hagan una cena fría con mi cuerpo
encontrarán un dejo de ti

Gabriel Ferrater

Olvido

Alain Vaissiere

Viendo pasar las nubes fue pasando la vida,
y tú, como una nube, pasaste por mi hastío.
Y se unieron entonces tu corazón y el mío,
como se van uniendo los bordes de una herida.
Los últimos ensueños y las primeras canas
entristecen de sombra todas las cosas bellas;
y hoy tu vida y mi vida son como estrellas,
pues pueden verse juntas, estando tan lejanas…
Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita,
nos da una sed más honda que la sed que nos quita,
pero estoy tan seguro de poder olvidar…
Y miraré las nubes sin pensar que te quiero,
con el hábito sordo de un viejo marinero
que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar.

José Ángel Buesa, Poema del Olvido


Preghiera
Arianna Savall

La luz impronunciable



Vi la desolación la desamparada 
la desierta soledad

del pájaro

que fue que pudo ser que aguarda
en el fuego
estremecido tembloroso

de tu amor

Tu nombre es un pájaro secreto


Ernesto Kavi
La luz impronunciable

La guarida


La lengua alemana tiene dos palabras que significan "guarida": Höhle y Bau. Palabras opuestas: Höhle designa el espacio vacío, la cavidad, la caverna; Bau se refiere a la guarida en tanto construcción, edificio, articulación del espacio. Para el animal que habla en "La guarida", estas palabras corresponden a dos modos distintos de entender el mismo lugar. Höhle es la guarida como refugio, "agujero de salvamento", pura reacción de terror, tentativa de eludir el contacto con el mundo externo. Mientras que Bau es la guarida en tanto construcción, y tiene un carácter autosuficiente y soberano, preocupado sobre todo de verificar continuamente la propia autosuficiencia y soberanía. Confundir ambos significados es casi ofensivo -y el ignoto animal lo rechaza con desdén: "!Pero la guarida (Bau) no es sólo agujero de salvamento!", dice. En efecto, nunca usa la palabra Höhle para referirse a su guarida. Nadie le inspira un desprecio tan grande como el hipotético animal -seguramente "un horrible harapiento"- que pretendiese "habitar sin construir" en la guarida.

Roberto Calasso, K
Ed. Anagrama, 2006
Trad. Edgardo Dobry

domingo, 17 de enero de 2016

Rabia


La rabia se había resignado.


Endimión


Una cosa bella es un goce eterno:
Su hermosura va creciendo
Y jamás caerá en la nada;
Antes conservará para nosotros
Un plácido retiro,
Un sueño lleno de dulces sueños,
La salud, un relajado alentar.
Así, cada mañana trenzamos una
Guirnalda de flores que nos ata a la tierra,
A pesar del desaliento, a la inhumana
Falta de naturalezas nobles,
A los días nublados,
A todos los caminos insanos y lóbregos
Abiertos a nuestra búsqueda:
Si, pese a todo, alguna bella forma
Alza el paño mortuorio
De nuestro espíritu ensombrecido.
Como el sol, la luna, los árboles ancianos y los nuevos
Tendiendo su sombra cálida sobre los rebaños;
Como también los narcisos
Y el universo verde en el que moran,
Y los claros arroyos que fluyendo
Frescos hacia el estío,
Y el claro en medio del bosque
Manchado de rosas silvestres;
Y así el sublime destino
Que imaginamos para los grandes muertos;
Todos los deliciosos cuentos que oímos o leímos:
Fuente eterna de una linfa inmortal
Que cae sobre nosotros desde la orilla del cielo.

Endimión
Ed. Bosch, 2002
Trad. P. L. Ugalde Ramo

Librerías ambulantes

Librerías ambulantes

sábado, 16 de enero de 2016

Vértigo



Yo degustaba una copa de vino.
Él pidió un poco de crema de whisky.
Estaba a mis espaldas. Ni siquiera me veía. Pero yo sí. Se veía muy apuesto con esa gabardina negra.
O quizá eran mis ganas de follarme al primer tipo que me encontrara para sentir algo. Distraerme de la depresión en la que me encontraba, el agujero negro al que muchos considerarían la mera existencia.
Me enamoraba unas cuatro o cinco veces al día.
Pero no hacía ni cinco dólares al día.
Me encontraba en la miseria. En la miseria y, además, con el suficiente sentido del humor como para pensar en enamorarme.

Título pendiente

Fot. Kalliope Amorphous


Mús. Eminem
Without Me

Un moment(o)


Deixà de respirar
per escoltar-se
i es trobà.

Dejó de respirar
para escucharse
y se encontró.

Fot. Arman Shizard

Devolución


Ya sé, Jacques, que quizá nunca me devuelvas el libro; pero imagina que te lo presté precisamente por esa razón, para que un día llegues a lamentar no habérmelo devuelto. !Ah! entonces podré perdonarte, pero ¿Podrás perdonarte a ti mismo? No sólo por no habérmelo devuelto, sino porque, ya entonces, el libro se habrá convertido en emblema de lo que es imposible devolver.

Malcolm Lowry, Bajo el volcán
E. Tusquets, 1999
Trad. Raúl Ortiz y Ortiz

Fot. Thierry de Cordier

Vuelven las palabras


(...)
En vano vuelven las palabras
pues ellas mismas todavía esperan
la mano que las quiebre y las vacíe
hasta hacerlas ininteligibles y puras
para que de ellas nazca un sentido distinto,
incomprensible y claro
como el amanecer o el despertar.
Acuden insistentes como sordos martillos
nombrando lo nombrado
lo que tal vez nosotros
estábamos llamados a hacer vivir.