miércoles, 19 de diciembre de 2007

Locura y noche



La noche, que es siempre ambigua,
te enfurece -color
de ginebra mala, son
tus ojos unas bichas. 

Yo sé que vas a romper
en insultos y en lágrimas
histéricas. En la cama,
luego, te calmaré 

con besos que me da pena
dártelos. Y al dormir
te apretarás contra mí
como una perra enferma.

Jaime Gil de Biedma

Pint: Egon Schiele
Mujer acostada

Noctámbulos poco patéticos

 
Quentin Tarantino
Abierto hasta el amanecer

martes, 18 de diciembre de 2007

El oficio de escribir

La mejor es la única buena


Pensándolo bien, no soy un escritor, porque lo que hago no es escribir, es oír más intensamente. Me siento y espero hasta que las voces comiencen. Andan a mi alrededor, más fuertes, más tenues, más distantes, más próximas, hablando sin sonido y no obstante diciendo, diciendo.

El problema es elegir cuál de ellas es la verdadera, porque todas las demás mienten. A veces lleva semanas, lleva meses entenderla. Casi nunca se trata de la más nítida. Casi nunca, no: nunca se trata de la más nítida, ni de la más seductora, ni de la más inteligente. En general se apaga, recomienza, vuelve a apagarse, se distrae de mí y yo de ella, intento encontrarla entre las restantes, no lo consigo, lo consigo, no lo consigo, recomienzo, la descubro a lo lejos, creo descubrir

-Es ésta

me desilusiono

-No es ésta

pues lo que cuenta no tiene sentido y no obstante existe algo en el sinsentido que me persigue, la atraigo hacia mí o me empujo hacia ella, no la atraigo hacia mí, me empujo hacia ella, comienzo a probarla despacito, una palabra dispersa, una segunda palabra al azar, una frase entera, las voces que quedan se empeñan en desviarme

-¿Qué interés hay en eso?

-¿A qué te lleva ese discurso?

-Estás equivocado

me entregan personajes, episodios, historias y yo no quiero saber nada de personajes, episodios, historias, eso es para quien hace novelas y yo me cago en las novelas, quiero un hilo que me conduzca al centro de la vida y traer a la superficie todo lo que existe ahí dentro, quiero el corazón del mundo, no quiero entretener a los que las compran, no quiero divertirlos, no quiero divertirme, quiero lo que reside en el interior de lo interior, donde están las personas y nosotros con ellas, transformar en letras lo que no tiene letra alguna, quiero seguir un pasito leve en un corredor que no sé dónde queda, no exactamente un pasito, el eco de un pasito que ha de volverse pasito si continúo con él, que ha de ganar carne y ojos y llevarme consigo, quiero respirar con él, quiero que nos quedemos juntos, quiero que el pasito sea mi pasito y el corredor mi corredor, que la carne y los ojos se conviertan en mi carne y en mis ojos, quiero ese libro que aún no ha comenzado, pero que a fuerza de obstinación y orgullo y paciencia se volverá mío, sin escribirlos, claro, ya no caigo en esa trampa, dejándolo salir como el agua que se derrama y encuentra su curso en las junturas de las tablas del suelo y no es mi libro, dado que no me pertenece ningún libro con mi nombre, los libros deberían llevar el nombre del lector, no del autor, en la cubierta, es el lector quien le da sentido a medida que lee, es al lector a quien le pertenece la voz, y no sólo la voz, la carne y los ojos y el corredor y el paso, y el lector está solo y es inmenso, el lector contiene en sí el mundo entero desde el principio del mundo, y su pasado y su presente y su futuro, y se escucha a sí mismo y siente el peso de cada víscera, de cada célula, de cada íntimo rumor, el lector no para de crecer y ya no necesita ni el libro ni a mí, y al acabar el libro comienza, y al guardar el libro en el estante el libro continúa y el lector continúa con él, cada célula se divide en millares de células y el lector es muchos, y el lector deja de leer porque no está leyendo, aunque piense que está leyendo no está leyendo nada en absoluto, tiene todas las edades al mismo tiempo y todos los tiempos de su vida aunque el libro esté cerrado en algún rincón de la casa y el lector no lo necesite para continuar con él y ahora me vienen a la cabeza las semillitas sin peso que en el verano de cuando éramos pequeños entraban volando por la ventana, volvían a salir, desaparecían y, aun desaparecidas, seguían con nosotros llevando de la mano recuerdos y esperanzas y alguien que cantaba

(¿qué mujer?)

junto al lavadero una melodía

(a veces ni una melodía siquiera: dos o tres notas solamente)

que son las únicas que oiremos cuando caiga la noche y las sombras que nos rodean piensen

(más que pensar: tengan la certidumbre, ellas y el médico y el señor de los ataúdes)

de que no oímos nada.


António Lobo Antunes
El País, Babelia, 22.07.2006

Vide Cor Meum


Hannibal, de Ridley Scott, 2001
Escena Vide Cor Meum

Boig per tu

Sau
Boig per tu

Los Amantes Del Círculo Polar

Los amantes del círculo polar de Julio Medem
Música de La oreja de Van Gogh

lunes, 17 de diciembre de 2007

Al norte de las fronteras telefónicas

The Penguin Cafe Orchestra
Telephone and Rubber Band

Te leo en un todo

Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en el que las ltears etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esten ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden estar ttaolmntee mal y aun pordas lerelo sin pobrleams. Etso es pquore no lemeos cada ltera por si msima sino la paalbra en un tdoo.

Palabras, dolor, esperanza, certeza

Ara es demà

Ara es demà. No escalfa el foc d’ahir
ni el foc d’avui haurem de fer foc nou.
Del gran silenci ençà, tot el que es mou
es mou amb voluntat d’esdevenir.

I esdevindrà. Les pedres i el camí
seran el pa i la mar, i el fosc renou
d’ara mateix, el càntic que commou,
l’àmfora nova plena de bon vi.

Ara és demà. Que ploguin noves veus
pel vespre tèrbol, que revinguin deus
desficioses d’amarar l’eixut.

Tot serà poc, i l’heura i la paret
proclamaran conjuntament el dret
de vulnerar la nova plenitud.

Miquel Martí i Pol

Vid: Isabel Coixet
A los que aman

domingo, 16 de diciembre de 2007

In dreams


Roy Orbison
In dreams


Azul, azul



La a minúscula es la causa del deseo que se sustrae al sujeto, es una variante del otro en el interior de la pareja formada por el gran Otro (A Mayúscula) y el pequeño otro (a minúscula).

Jacques Lacan

Pint: Joan Miró
Blau II

Una puerta abierta al mar


Edward Hopper
Room by the sea

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Hoy me ha parecido verte




El amor empieza cuando se rompen los dedos
y se dan vuelta las solapas del traje,
cuando ya no hace falta pero tampoco sobra
la vejez de mirarse,
cuando la torre de los recuerdos, baja o alta,
se agacha hasta la sangre.
 
El amor empieza cuando Dios termina
y cuando el hombre cae,
mientras las cosas, demasiado eternas,
comienzan a gastarse,
y los signos, las bocas y los signos,
se muerden mutuamente en cualquier parte.
 
El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un muerto disfrazado
sobre la soledad irremediable.
 
Porque el amor es simplemente eso:
la forma del comienzo
tercamente escondida
detrás de los finales.

Roberto Juarroz

Fot: Tim Wu

Quelqu'un m'a dit


On me dit que nos vies ne valent pas grand chose,
Elles passent en un instant comme fanent les roses.
On me dit que le temps qui glisse est un salaud
Que de nos chagrins il s'en fait des manteaux
Pourtant quelqu'un m'a dit...

Que tu m'aimais encore,
C'est quelqu'un qui m'a dit que tu m'aimais encore.
Serait ce possible alors ?

On dit que le destin se moque bien de nous
Qu'il ne nous donne rien et qu'il nous promet tout
Parait qu'le bonheur est à portée de main,
Alors on tend la main et on se retrouve fou
Pourtant quelqu'un m'a dit ...

Que tu m'aimais encore,
C'est quelqu'un qui m'a dit que tu m'aimais encore.
Serait ce possible alors ?

Mais qui est ce qui m'a dit que toujours tu m'aimais?
Je ne me souviens plus c'était tard dans la nuit,
J'entend encore la voix, mais je ne vois plus les traits
"il vous aime, c'est secret, lui dites pas que j'vous l'ai dit"
Tu vois quelqu'un m'a dit...

Que tu m'aimais encore, me l'a t'on vraiment dit...
Que tu m'aimais encore, serais ce possible alors ?

On me dit que nos vies ne valent pas grand chose,
Elles passent en un instant comme fanent les roses
On me dit que le temps qui glisse est un salaud
Que de nos tristesses il s'en fait des manteaux,
Pourtant quelqu'un m'a dit que...

Carla Bruni
Quelqu'un m'a dit

lunes, 10 de diciembre de 2007

La travesía del fantasma




Un monje zen se encuentra a otro en el camino. Hablan... uno le cuenta que ha recorrido el país de norte a sur, de este a oeste, y ha visitado miles de templos. El otro le pregunta quién le parece el maestro más grande de todos y el primero le contesta sin dudarlo, Oshibu, el maestro del templo de Edo. El segundo le pregunta qué es lo que le ha aportado. -Llegué a ese maestro sin nada y partí sin nada. El otro asombrado le pregunta por qué se quedó con él. -¿Cómo habría sabido, si no, que llegaba sin nada y partía sin nada?

Fot: Diván de la consulta de Sigmund Freud en Londres



Pensar...





Cuanto más se piensa, más se analiza, más distingos se hacen y más cuesta llegar a una conclusión.
La reductio ad absurdum es una de mis bebidas predilectas.

Fernando Pessoa
El libro del desasosiego de Bernardo Soares

Dib: Egon Schiele, 1917


viernes, 7 de diciembre de 2007

La mejor de las prisiones



Pensé en irme.
Me quede callado, ya sin ropa y esperando, esperándote. Y por un momento temí que todo hubiera acabado.
La tarde se vertía sobre el cielo, el rojo cobrizo relumbraba a tu espalda y entintaba tu silueta. Qué miedo el perderte, el abandono y luego el sordo ruido de la soledad.
Dudé en arrojarme a ti o en recoger mis cosas y cerrar la puerta. ¿Qué hacer? ¿Convencerte?
Arremolinándose en mi interior un aullido se desvaneció en una suplica. Retrocediste. Me da miedo desnudarme, dijiste.
Y no dejé de mirarte a los ojos. El contacto fue dulce, ahíto de temblores y del viento dulce que se arremolinaba en nuestras bocas. Una mano torpe arrancó de tu cuerpo la ropa. Caímos en un río de centellas, en el abismo inagotable del placer, en la ternura de dos animales indómitos, cándidos a fuerza de morderse y arrancarse hasta la última gota del deseo. La sangre enloquecida de la tarde: arrastrándonos en una marejada de tibiezas, bañándonos en la transpiración perfumada de los sexos, agitándonos en el húmedo altar del amor, devorándonos en espasmos y en el torrente de delicias que se derramaba en nosotros. Quise agonizar en ti hasta el último de los suspiros...
Luego... luego reposamos.
La piel es sabia, la carne dulce y tus caderas la mejor de las prisiones.

Poética de los cuerpos

Fot: Ferenc Berko
Bombay, 1941

Nieve en el cementerio




Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shannon. Caía, así, en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz cor­va y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos...

James Joyce
Los Muertos, Dublineses


jueves, 6 de diciembre de 2007

Deseo y mirada




Para verte como yo quería había que empezar por cerrar los ojos.

Julio Cortázar

Sólo al borde del acto sexual, cuando han caído ya los principales obstáculos, se vuelve lánguida la mirada y favorece la actitud de abandono: los ojos permanecen justo lo bastante abiertos como para sugerir un acto que los haga cerrarse en beneficio del goce (...) los ojos tratan de expresar que uno esta dispuesto a prescindir de todo acto defensivo u ofensivo, y para ello la mirada se desvanece, se relaja, dispuesta a renunciar a su función habitual.

François Duyckaerts
La formación del vínculo sexual

Fot: Isabel Reitemeyer

Como agua


Al preparar el mole, Tita supo en carne propia por qué el contacto con el fuego altera los elementos... por qué un pedazo de masa se convierte en tortilla, por qué un pecho, sin haber pasado por el fuego del amor es un pecho inerte, una bola de masa sin ninguna utilidad. En sólo unos instantes, Pedro había transformado los pechos de Tita, de castos a voluptuosos sin necesidad de tocarlos.

Laura Esquivel
Como agua para chocolate

Fot. Monika Ekiert Jezusek

miércoles, 5 de diciembre de 2007

martes, 4 de diciembre de 2007

Viví para contarte


Durante muchos años viví para contarte lo que vivía y cada acción o pensamiento se iba transformando, en el momento mismo en que sucedía, en las palabras con que te lo iba a describir, como si incluirte así, aunque fuera como oyente, en mi historia, hiciera de todo azar y confusión un orden coherente, le diera un sentido al caos de la realidad.

Ana María Shua
La muerte como efecto secundario.

Fot. Marcel Mariën

lunes, 3 de diciembre de 2007

Sueño


Avanzaba por un largo, angosto, caluroso y oscuro pasillo. No podía ver desde dónde ni cómo por doquier emergían manos, suaves y ásperas manos, nervudas y blandas manos que, de manera impredecible, la alcanzaban, o se topaba con ellas, no sabría decirlo, generando una sensación de insolente y repulsiva intrusión a la vez que, sin quererlo, creaban un ardor voluptuoso sobre su piel expuesta y desprotegida que recorría todo el cuerpo, provocando una aceleración en su pulso y entrecortando su respiración, cada vez más dificultosa, lo que hacía cada vez más difícil avanzar por un suelo resbaladizo que parecía sembrado por húmedas, calientes y viscosas lenguas que, sin pausa alguna, lamían a destajo sus pies y hasta alguna subía por sus piernas como una babosa trepadora, para volver a caer al suelo formando un amasijo junto a las demás. Ella temía aplastar esas lenguas resbaladizas y todavía temía más que de pronto se abriera el suelo bajo sus pies y la engullieran, pero no podía detener el avance hacia lo que parecía una puerta entornada de donde salía un tenue reflejo púrpura así como unos sonidos ¿eran voces? extraños, susurrantes, que no podía entender, pero que la atraían irremediablemente.

Fot. Francesca Woodman

domingo, 2 de diciembre de 2007

Herida



La gente herida es peligrosa... porque sabe que puede sobrevivir.

De la película "Herida", de Louis Malle

Fot: Reinhard-Otto


sábado, 1 de diciembre de 2007

Pescando redes





Si me dejases recomenzar desde el principio, pensé, si pudiese borrar las cosas imperfectas de nuestra historia y diseñarla de nuevo, te compraría un anillo de coral y el cartel de tu signo, y comería, lo juro, de lunes a viernes contigo, repartiendo la chuleta y el periódico deportivo, transido de amor, aturdido por las complicaciones de los cubiertos. Estoy casi seguro de que te ayudaría a levantar la mesa, a lavar la vajilla y a guardar los platos y los tenedores en el armario, estoy casi seguro de que metería la servilleta enrollada en el aro y aprendería ganchillo para impregnarme de la inmensa soledad de las casadas, pescando redes con una agujita de anzuelo.


António Lobo Antunes
Tratado de las pasiones del alma

Fot. Aassmaa Akhannouch