miércoles, 29 de abril de 2020

Cuando el absurdo no tiene fin

A ver...

Seguro que con un poco de esfuerzo puede llegar a imaginarse que su salario mensual es de 4.710 euros... Supongamos que recibe una carta del departamento de recursos humanos (siempre me ha gustado ese nombre) en la que se le informa que están estudiando rebajarle el suerdo a 4.690 euros, pero al final sí lo bajan, pero se quedan en 4.707... 

¿Cambiará su estilo de vida con la rebaja de 3 euros?



O supongamos que tengo una cuenta con 47.100 euros.
Recibo una nota del banco que me dice que me bloquean 212 euros por el motivo x.
Al final, resulta que el cargo es de 24 euros, va, seamos exagerados, pongamos 30 euros.

¿Sentiré mi economía amenazada?

¿Me pondré histérico buscando un refugio seguro para los 47.070 euros restantes?

O supongamos que peso, normalmente, 47.100 kilos y que he pasado unos malos días y al pesarme, veo que estoy en 46.900, si bien al cabo de unos días ya estoy en 47.070 y ahí me quedo durante semanas.

¿Pensaré que mi salud ha estado en grave peligro por desnutrición? Y si lo pienso, ¿no dirá cualquiera que soy un exagerado?.

Pues son los números del coronavirus
47.100.000 habitantes en España
212.000 casos
24.200 fallecidos.

Sí, cada uno de ellos tiene hijos, hermanos, amigos, familia, etc. y lo siento.

Pero, por mucho que sea una tragedia cada caso individual, no es motivo para cargarse la vida de los 46.900.000 restantes.

La lista de medidas absurdas que se han decretado por la cara no tiene fin. Una pareja puede dormir en la misma cama, pero si va en coche y la pillan los dos sentados delante, multa.

Ahora, oh gracias a Dios, nos dejarán salir, pero no podremos ir más allá de nuestra provincia. ¿Y si vivimos en el pueblo que linda con otra provincia? Evidentemente, siguiendo la lógica de este Gobierno de descerebrados, podré ir 100 kilómetros a la derecha y ni 100 metros a la izquierda.

Y este verano será aterrador, ya me veo las patrullas en las playas, multando a uno que ha puesto la toalla a 180 cm de la vecina, en lugar de los 200 cm decretados.

Y ahora que si mascarilla sí, que si mascarilla no. Que si guantes sí, que si guantes no. Que si dos metros entre personas o será metro y medio, o dos metros veinte, vete a saber. Que puedo ser un reponedor de supermercado y cruzarme con 500 personas al día, pero no puedo ir a ver a mi madre que vive en la calle de abajo.

Por favor... ¿Donde está el sentido común? ¿Dónde está la responsabilidad individual? ¿Dónde está nuestra libertad de hacer con nuestra vida lo que buenamente queramos sin fastidiar al prójimo? No quiero que el Gobierno me diga a dónde puedo ir y a dónde no, con quién puedo andar y con quién no, si tengo que llevar una prenda o no?

Que informen todo lo que quieran, mejor si cuentan cosas de manera clara, didáctica y no alarmista. Y si uno quiere salir con un traje de buzo y las botellas de oxígeno para ir al súper, no seré yo quien le diga nada, pero que me dejen a mí llevar una vida normal y sin histeria colectiva, que no me lo prohíban todo, que no se metan en mi cotidianidad de la manera que lo hacen.

Esa peste que pone en peligro a la humanidad es una peste de mierda que en uno de los países que ha golpeado con más intensidad, el nuestro, ha cosechado un resultado ridículo del 0.05% de bajas.

Puede que sea algo más que una gripe chunga, pero poco más, la verdad. Y a los números me remito.

Y cuidado, que esto va para largo... hay unos veinte niños, veinte, que parece que les ha dolido la tripita y no saben muy bien el motivo.

De los veinte, los hay que han dado positivo en covid-19 (padecen la enfermedad), otros a los que les han detectado anticuerpos (ya la han pasado) y un tercer grupo que ni lo uno ni lo otro.

Vamos... el escenario perfecto para que empiecen a lucirse los expertos.

domingo, 26 de abril de 2020

La fe y el papanatismo científico

La fe es la creencia, seguridad o confianza en una persona, opinión o doctrina que se manifiesta por encima de la necesidad de poseer una evidencia que la demuestre.

El papanatas es la persona excesivamente crédula que experimenta fe más allá de lo razonable. Se caracteriza por una ausencia total de espíritu crítico frente a lo que se le dice.



El método científico se basa en cinco pasos:
-Observación de lo que queremos estudiar y comprender
-Hipótesis: se formula una idea que pueda explicar lo observado
-Experimentación: se lleva la hipótesis al campo experimental para comprobarla o refutarla.
-Teoría: es la explicación de una hipótesis comprobada
-Conclusiones: se extraen de la teoría formulada.

La comunidad científica, frente al caso coronavirus, no ha pasado del primer paso. Algún atrevido ya ha formulado hipótesis, ninguna de las cuales, de momento, ha resistido a la fase de experimentación que, por desgracia, vivimos en tiempo real.

La hipótesis que más éxito ha tenido es la de que el confinamiento frenaría la expansión de la enfermedad.

No voy a insistir en el coste que significa seguir esta hipótesis. Creo que es más que evidente.

Sí voy a cuestionar su validez. Se supone que si se sigue el confinamiento los casos se frenan y si no se sigue los casos crecen exponencialmente.

España. Estado que ha aplicado un confinamiento más estricto en toda la UE.




 Suecia. Estado que no ha impuesto el confinamiento. Caso único en su área cultural y geográfica.


Me parece que, de ser cierta la efectividad de la hipótesis confinativa, los gráficos entre los dos países deberían mostrar más diferencias de las que muestran.

Los "expertos" dicen que el periodo de incubación del virus es de 5 a 8 días, si bien se han dado casos aislados de periodos que van desde 1 a 24 días, pero quedémonos con el dato central de los 5 a 8 días...

Cabe deducir que, una vez decretado el confinamiento, a los 8 días, la curva de casos experimentaría un parón en su crecimiento. 8 días sin gente en la calle propagando el virus debería tener algún resultado. Veamos:


Ups! Creo que los científicos que observan, ya en ese punto, deberían cuestionarse algunas cosas.

La observación... seguramente ahí reside el fallo o carencia inicial que precipita toda una serie de decisiones basadas en algo que no se ha observado detenidamente.

Con una simple tabla excel que registrara, por un lado, los nuevos casos y, por otro, los fallecidos diarios y unas cuantas columnas que podrían ser las siguientes:

Positivo en coronavirus vía test (sí / no)
Síntomas compatibles con coronavirus sin test (sí / no)
Edad
Patologías previas, tipo
Vive en domicilio particular / residencia comunitaria
Ha visitado un hospital o residencia en los últimos 15 días (sí / no)
Fumador (sí / no)
Ocupación
Servicio esencial (sí / no)

Se podrían poner muchos más, claro está, pero con esas 9 columnas se podrían sacar ya algunas conclusiones que permitirían formular alguna hipótesis y descartar otras.

Pero los datos en bruto no se facilitan. El Ministerio de Sanidad ha cambiado 5 veces de método para contar muertos.

Sabemos que hay aproximadamente un 16% de los casos registrados que son de personal sanitario, pero nada se nos dice de cuál ha sido su evolución. Y sería útil saberlo para conocer la incidencia de la enfermedad en el colectivo "adultos sanos".

Tampoco hay una distribución detallada por edades. Se nos dice que hay "muchos" casos entre "nuestros mayores", eufemismo asqueroso que se refiere a los ancianos de más de 70 años.
Hubo datos al principio, pero pronto han desaparecido.
El último dato al que he tenido acceso corresponde al 22 de marzo, con 28.500 casos registrados:
0-9 años 0.45%
10-19 años 0.77%
20-29 años 4.50%
30-39 años 7.74%
40-49 años (sin datos)
50-59 años 10.97%
60-69 años (sin datos)
70-79 años 10.98%
80 y más años 10.59%

Siendo datos oficiales facilitados por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias Ministerio de Sanidad (el cuartel general del inefable Dr. Simón) cabe destacar lo siguiente:
No cuadran ni con cola.
Me explico: Supongamos que a la franja de edad de 60 a 69 años le atribuimos un porcentaje igual a la franja inmediata superior e inmediata inferior, puesto que son prácticamente idénticas, o sea, alrededor del 10.97% 
De ser así, resultaría que a la franja de 40 a 49 años le correspondería algo más del 56%... ????

Bueno... si el objeto de observación y análisis son unos datos que no son fiables, todo lo posterior no sirve de nada.

Y con esos mimbres se construye el cesto del discurso oficial.
El Sr. Sánchez sale semanalmente con cara compungida para animarnos a vencer juntos esta batalla.
El Sr. Iglesias sale por los medios para regalarnos una homilía en la que pide perdón a los niños y las niñas.
El Sr. Casado se muestra crispado e impotente frente a un espejo en un cuarto de baño.
El Sr. Torra todo lo fía a un cretino con título de médico llamado Oriol Mitjà.
Y así vamos.
Ayer recibí un cuadro de instrucciones de cara al desconfinamiento que puede aplicarse a todo lo que nos queda por delante.


Podría seguir hurgando en la herida, pero ya me he cansado, por hoy.

Ah, sí... un apunte más relativo al papanatismo científico...
Llevo años y años oyendo el mantra del agujero de ozono y de lo culpabilísimos que son los gases de aires acondicionados y neveras y hasta lacas para señoras y caballeros... bueno... a ver... Miren esto:



El agujero de ozono se ha cubierto en menos de un mes y nadie sabe porqué... y los científicos se declaran "sorprendidos".

Científicos... al final va a resultar que su opinión vale lo mismo que la del Sr. Trump que recomienda un gin tonic de lejía a ser posible con cigarrillo, porque resulta que a los científicos también les ha "sorprendido" el bajísimo porcentaje de fumadores que hay entre los positivos de coronavirus...

Saludos.


sábado, 25 de abril de 2020

El caso sueco


Reportaje de la BBC de 10 minutos sobre cómo se vive la pandemia en Suecia.

Los números de contagiados y muertos son homologables al del resto de países: mayor incidencia en los mayores de 70 años, mortalidad concentrada en residencias de ancianos y en zonas urbanas, etc. Cabe hacer constar que en las cifras facilitadas por las autoridades suecas SÍ se incluyen los fallecimientos ocurridos en domicilios particulares, cosa que la mayoría de países omite.

Por lo demás, el impacto económico se estima alrededor de un -5% en el PIB. La media en los países de la UE es del -15% del PIB.

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Una vez visto el vídeo, hablar del diferente impacto emocional y social en la población respecto a los países que han optado por el confinamiento resulta superfluo.



lunes, 20 de abril de 2020

Información y lenguaje científico

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Angela Merkel explica la importancia de pasar de una tasa de contagio (factor de reproducción)  del 1 a una tasa del 1.1 ó 1.2 ó 1.3.

Actualmente tienen una tasa de 1 y el sistema es capaz de absorber los nuevos casos.
Si pasan al 1.1, el sistema se saturará en Octubre.
Si pasan al 1.2, el sistema se saturará en Julio.
Si pasan al 1.3, el sistema se saturará en Junio.

De ahí deduce el poco margen del que disponen y la importancia de controlar ese factor de reproducción.

Queda bastante claro.



Fernando Simón, con otro estilo, nos habla de los datos que consideran "más adecuados", también de que tienen dos cifras diferentes que pueden tener discrepancias "importantes" porque "según la fuente" el retraso puede ser "mayor o menor". La diferencia "no es exagerada", pero no hay que preocuparse porque los datos se corregirán según la fuente "más adecuada". 
Respecto a los asintomáticos, tienen información de "alguna" comunidad autónoma, pero son "pocas", por lo que hay que esperar a que haya un número "suficiente". Lo que sí nos puede decir es que hay "una gran parte" de asintomáticos hasta ahora, aunque habrá que ver cómo evoluciona porque las pruebas se aplican en "diferentes espacios" y "diferentes grupos".
Estas pruebas han identificado "muchas" personas asintomáticas. De momento lo que se ve es que existe "un porcentaje importante" de asintomáticos.

Queda claro, pues, que estamos "de aquella manera".

Lenguaje científico 100%


domingo, 19 de abril de 2020

Los pobres son más discretos


Hambre y desnutrición.-

Afectados: 800.000.000 (+/- 5%)

Muertos: 8.750.000 (+/- 5%), de los cuales el 75% son menores de 5 años.

Datos de 2018 según el Proyecto Hambre de la ONU y datos de la FAO.

Este número de afectados y muertos se va repitiendo con escasa variación año tras año.



Malaria.-

Afectados: 228.000.000 (+/- 5%)

Muertos: 405.000 (+/- 5%) 

Datos de 2018 según la OMS

Este número de afectados y muertos se va repitiendo con escasa variación año tras año.


Coronavirus.- (datos provisionales a fecha de ayer)

Afectados: 2.300.000

Muertos: 160.000 de los cuales el 75% son mayores de 80 años.

Es muy poco probable que este nivel de incidencia se repita durante muchos años dado el volumen de recursos que se destinan a la investigación de una vacuna o tratamiento eficaz.


Se estima, según la FAO, que erradicar el hambre en el mundo supondría tener que invertir entre 250 y 300 mil millones de dólares en la creación de las condiciones (infraestructuras, regadío, etc) que permitieran un autoabastecimiento sostenible en las zonas afectadas por el hambre.

Se estima, según el Banco Asiático de Desarrollo, que la medida estrella contra el coronavirus, el confinamiento, supondrá un coste de entre 1.800 y 3.500 mil millones de dólares, según se prolongue más o menos.

Un último apunte sobre el "caso sueco".- 
Allí, en Suecia, las autoridades han recomendado una serie de medidas derivadas del sentido común y han impuesto prohibiciones solo a concentraciones de más de 50 personas, dejando todo lo demás en manos de la responsabilidad individual de cada ciudadano. Se recomienda (no impone) que quien pueda "teletrabajar", lo haga. Los colegios, tiendas, bares y restaurantes siguen abiertos. Ciertamente las reservas en restaurantes han bajado, pero quien quiera ir, puede ir. En la fotografía, tomada hace unos días, una cafetería en Estocolmo.




Frente a los que vaticinaban un aumento exponencial de casos y muertos por no tomar medidas de confinamiento, después de varias semanas de "ensayo suicida", resulta que las tasas de incidencia y mortalidad son algo superiores a las que se dan en Dinamarca o Noruega (por citar vecinos que sí han adoptado medidas de confinamiento), pero muy inferiores a las de Italia o España (los latin kings del confinamiento).

Aquí, ya se sabe, somos más pasionales. Me llamó la atención la valiente actuación de una patrulla policial en helicóptero que logró sancionar y reducir a un señor de unos 50 años paseando en una playa desierta en Tavernes, Valencia. Era evidente que el citado individuo estaba poniendo en riesgo infinidad de vidas y había que actuar con prontitud y diligencia.


Sigue sorprendiéndome la mansedumbre de esta sociedad que acepta sin rechistar (de hecho, según las encuestas que circulan, se pide más severidad) unas medidas que atentan a la libertad individual de las personas, a sus derechos reconocidos constitucionalmente, que ponen en peligro, cierto y a largo plazo, el desarrollo y calidad de vida de esta sociedad y que tienen una efectividad frente a la enfermedad cercana al cero patatero, y si no que me expliquen de dónde salen los 5.000 nuevos casos diarios después de un mes de confinamiento estricto. Ah, sí... que la curva se aplana... ya.

Y, para mí, el colmo del absurdo: ya llevamos un mes en el que un niño de 5 años (grupo de riesgo mínimo) no puede salir a la calle, pero un abuelo de 80 (grupo de riesgo máximo) puede ir al súper cada día. Si además el anciano tiene perro, ya es el desmadre total. Eso sí, que no se le ocurra a nadie ir a pasear a una playa desierta. País... Forges dixit.

Como cada domingo, recomiendo la lectura del artículo de John Carlin en La Vanguardia.


Los expertos consultados III

El Dr. Antoni Trilla publica hoy un artículo que revela un dato, para mí hasta ahora desconocido, que me parece muy interesante.

Es el siguiente: de los 191.000 casos confirmados de covid-19, más de 30.000 (+ 16%) corresponde a personal sanitario.

No es una cifra menor, desde luego. En su análisis ahí se queda, en el dato, en ese más del 16%, en esos más de 30.000.

¿Y qué ha pasado con ellos? ¿Qué porcentaje de muertos ha habido? Nada se nos dice. Y sería muy útil saberlo, porque ese grupo es el que representaría de una manera fiel al grupo de "adultos sanos". Ya sabemos que a los niños apenas les afecta. También sabemos que el 87% de los 20.000 fallecidos tenía 70 años o más y muchos de ellos con patologías previas.

He buscado el desglose de ese grupo de 30.000 sanitarios infectados y no he encontrado nada, salvo noticias puntuales de que tal médico o tal otro (casos individuales) habían fallecido a causa del coronavirus.

No es por ser malpensado, pero de ese mutismo se deduce que la incidencia mortal en ese grupo es anecdótica, de lo contrario ocuparía primeras páginas con toda seguridad.

Y si resulta que la incidencia mortal del virus en el grupo niños + adultos sanos es anecdótica, qué cuernos estamos haciendo montando todo este pollo? Como más de uno se empieza a plantear, ¿estamos haciendo el gilipollas?

Mucho me temo que sí.



domingo, 12 de abril de 2020

Hurgando en la herida

No son números, son personas.

Es el nuevo mantra que se va abriendo paso entre el periodismo que nos "informa" sobre la evolución de la "pandemia" provocada por el COVID-19. Y se recurre a la frase atribuida al malvado Stalin: un muerto es una tragedia, un millón, una estadística.



Lo que me pregunto a estas alturas es el papel del gobernante: ¿ha de gobernar poniendo el acento en el individuo, o ha de poner el acento en la sociedad en su conjunto? ¿la dirección de su actuación ha de obedecer más a la gestión de la tragedia que conlleva cada muerte o a la gestión de una estadística terrible? ¿ha de intentar salvar al árbol o ha de procurar salvar al bosque? 

No me gustaría estar en situación de tener que decidirlo, pero pienso que un gobierno ha de tener al bosque como objetivo número uno a salvar y, paralelamente, hacer lo posible para atender a los árboles que, inevitablemente, irán cayendo.

Desde el principio esto que estamos viviendo ha tenido todos los ingredientes para convertirse en un reality show macabro al que la "información" ha hincado el diente de una manera obscena. Sólo nos faltan imágenes de "las mejores muertes del día" o el top ten de las agonías diarias.

Son personas. Sí. Son personas. Los demás también, eh, que a veces parece que se nos olvida.
Ayer leía en "El País" el caso de un piso en Alcobendas (no será el único, seguro), de tres habitaciones y de 40 metros cuadrados en el que viven tres familias, una por habitación, sumando un total de 10 personas, cada familia recluida, desde hace semanas, en su propia habitación. Sin balcón para el aplauso de las 20.00h. Los tres cabezas de familia eran jornaleros de la construcción, viviendo al día, cobrando por trabajo realizado, en negro y sin factura. No era una situación envidiable, pero les permitía cubrir las necesidades más perentorias. Hoy no tienen nada. Esa nada que significa nada. Dependen de que un voluntario de la Cruz Roja les lleve unas bolsas con comida. El artículo se ilustra con una fotografía donde se ve el hábitat en el que una de esas familias está sobreviviendo a estas semanas de confinamiento: una habitación con una litera de dos camas de un metro de ancho. En una duermen la pareja de adultos, en la otra, la pareja de niños (de unos 10 o 12 años).


En otro artículo donde se informa de la creación de UCIs "de campaña", se ve la siguiente imagen:



¿Los gobiernos no deberían también poner algo de atención y gasto en la creación de una red de "pisos de campaña"?

Esta es la tragedia, el caso individual, las personas, las cuatro del piso o la que ni se ve en la UCI de campaña.

Si nos vamos al otro lado, al de la estadística, lo que vemos es:

España: Contagiados: 0.34% de la población. Fallecidos: 0.03% de la población. Parados inducidos por el confinamiento: 6.38% de la población. En esta última estadística no se tienen en cuenta los casos más sangrantes, los que trabajaban en la economía sumergida y se han quedado sin protección alguna, que se estima entre el 2 y el 4% de la población, lo que hace un total de parados inducidos por el confinamiento de entre el 8 y el 10% de la población. Se mire como se mire, es mucho coste un 9% para un problema del 0.03%. Y sí, ese 0.03% son personas. En lo que insisto es en que el 9% también.

Y ya si nos ponemos las gafas que nos permiten analizar el problema desde un punto de vista geopolítico, vemos cosas curiosas:

En China, origen geográfico del problema y país que ha servido de ejemplo y referencia para las medidas a adoptar, los fallecidos, según las cifras oficiales, representan el 0,0002% de la población, o lo que es lo mismo, 2 por millón de habitantes. Se puede imaginar que la cifra real puede ser el doble, el triple o multiplicarlo por 10, en todo caso es insignificante desde un punto de vista estadístico, aunque trágico a nivel personal.

Si hay un país que ya está saliendo beneficiado de todo esto, es China. Es quien nos está exportando todo lo que necesitamos ahora y es el que pasará esta crisis sin apenas rasguños en su maquinaria productiva. El llamado mundo occidental las pasará canutas con los billones y billones de deuda que se necesitarán para paliar el desastre producido ¡ojo!, no por la enfermedad, sino por el remedio, por el confinamiento, por la paralización absoluta de la actividad social y económica ajena a lo estrictamente sanitario.
Da que pensar el hecho de que la receta venga de quien mejor va a salir parado si se aplica.
China no confinó el país. China confinó una ciudad, o dos, o las que sean.

Aquí no, aquí confinamos a toda una nación. La misma receta para una ciudad como Madrid o Barcelona que para un pueblo de Soria o Lérida.

Sigo con especial interés el caso de Suecia, único país occidental que ha optado por desoír a la OMS y seguir la teoría de la inmunidad de grupo. De momento el coste en vidas humanas está siendo parecido al de sus vecinos que sí han optado por seguir las reglas del confinameinto, el número de casos por millón de habitantes es prácticamente idéntico al de Noruega o Dinamarca, por citar dos países de su ámbito cultural y con formas de vida social equiparables que sí han optado por el cierre de país. O sea, el mismo perjuicio, pero a un coste social y económico infinitamente menor. Veremos cómo evoluciona la cosa, pero ya llevamos semanas con el problema, no es una primera impresión.

Quien quiera consultar datos exhaustivos y fiables, actualizados en tiempo real de la evolución de la epidemia a nivel mundial, por países, puede consultar aquí.

Cuenta hoy John Carlin en su artículo en La Vanguardia: "Me acuerdo de que después de que muriera mi padre, cuando yo tenía 17 años, me chocaba que el mundo siguiera igual. Volví a casa del hospital y por la ventana del coche veía a gente riéndose en las terrazas de los pubs. ¿Qué les pasaba? ¿No se daban cuenta de que había llegado el fin del mundo? Pues no."

Y termina con una frase que da que pensar: "que se iluminen los gobernantes del mundo, para que volvamos pronto a la apática normalidad en la que los individuos se mueren y el mundo sigue igual."


domingo, 5 de abril de 2020

Los expertos consultados

Después de  tres semanas de confinamiento y una lectura bastante extensiva sobre el tema, si no lo digo, reviento.

A tenor de los acontecimientos, llego a la conclusión, personal e intransferible, de que cuando en un artículo aparece la frase "según los expertos consultados", se refiere a un grupo de personas que no tiene ni puta idea de lo que habla y cuya opinión vale lo mismo que la de la persona que esté leyendo esto, la de quien lo escribe o la de nuestros respectivos cuñados, o sea, poco.

Saludos

Los expertos consultados II

Es evidente que los políticos que forman un gobierno no son especialistas en nada salvo en márketing electoral, que es lo único que en realidad les importa.

Afortunadamente han delegado el control de esta catástrofe en dos actos (el primero, el de ahora, sanitario, con una repercusión en muertos del 0,02% de la población española, de momento, y el segundo, el que vendrá después, económico y social, con una repercusión directa, ya en esta fase temprana, sobre el 4,25% de la población total, 8,50% de la población activa registrada, a la que habría que sumar otro 2% de la población total cuyos ingresos dependen enteramente de la economía sumergida, total, un 6-8% de la población total. Si tenemos en cuenta que cada sueldo mantiene a 2-3 personas, estamos hablando de una afectación severa a una horquilla de entre 12-24% de la población). Decía que el gobierno ha cedido el control de esta primera fase a un comité de expertos en el ámbito sanitario.

Veamos en manos de quién estamos:

Dr. Fernando Simón.-
Es un vídeo de dos minutos, de 31 de Enero, donde se pone de manifiesto el grado de experiencia del experto y la fiabilidad de sus diagnósticos y previsiones.

Dr. Antoni Trilla.-
Entrevista de 33 minutos, del 6 de Febrero, con más datos, pues, que el anterior, pero con parecida capacidad predictiva.

Estos dos son los dos sumos sacerdotes de la epidemiología en España.

A tenor de los resultados prácticos de su gestión creo que deberían hacer examen de conciencia y plantearse una dimisión. No sé... por contribuir de alguna manera.

En Catalunya tiene especial predicamento otra cabeza pensante, la del Dr. Oriol Mitjà:
Entrevista del 28 de febrero, ya con 34 casos detectados en España.

Este último caso (el del Dr. Oriol Mitjà) es especialmente interesante desde el punto de vista de la experteología, puesto que posteriormente cambia completamente de dirección y en cuestión de dos semanas, a mediados de marzo, se convierte en el presidente del club de fans del alarmismo coronavírico y predice, con absoluto aplomo, el colapso del sistema sanitario español hacia el 26/27 de marzo, cosa que tampoco ha ocurrido.
La última ocurrencia de este experto es la creación de un DNI vírico para toda la población y la implementación generalizada de la geolocalización.

Bueno... este está siendo el nivel del comité de expertos en lo referente al asunto sanitario. No quiero ni imaginar lo que nos espera cuando se ponga manos a la obra un comité de expertos económicos para dirigir la recuperación.

¿No sería más sencillo, realista y práctico reconocer desde el primer momento la incapacidad para enfrentarse a un problema de este tipo, asumir de la mejor manera posible sus consecuencias (sin empeorarlas) y mirar hacia adelante?


viernes, 3 de abril de 2020

Las pandemias

Es preocupante la ausencia de capacidad crítica de esta sociedad. Este dar por cierto todo lo que se nos dice sin cuestionarlo, sin reflexionar por nosotros mismos, sin sacar nuestras propias conclusiones.



Sale un funcionario gris de la OMS y nos dice que hay una pandemia. Y los gobiernos de todo el mundo enloquecen y empiezan a tomar medidas que son obligatorias para todos los residentes en el respectivo país y que conducen a un suicidio de la sociedad tal y como la entendemos ahora.

Pandemia...

Vayamos a los datos a fecha de ayer.

Contagiados en España: 117.710 (lo cierto es que habrá muchísimos más, pero como es un virus que en la mayoría de personas no produce efectos indeseables -los famosos asintomáticos- o efectos leves parecidos a la gripe, no hay manera de contarlos con exactitud. De ahí que lo primero que se tendría que hacer para evaluar la importancia de este brote son tests masivos a la población con muestras aleatorias para poder establecer las diferentes categorías: positivos asintomáticos, positivos con consecuencias leves, positivos con consecuencias graves y, finalmente, negativos. Una vez estudiado a fondo el grupo de positivos con consecuencias graves se podrían estudiar las medidas que mejor les puedan proteger. No es lo mismo un virus que ataca gravemente a la población de más de 70 años, a otro que ataca gravemente a niños de 0 a 10 años, a otro que ataca por igual a todos los seres humanos independientemente de su condición física o edad)
Como todo eso no se ha hecho, vayamos al dato auténticamente cierto y relevante, los muertos: en España, a fecha de ayer, eran 10.935. Es una cifra terrible, pero que representa el 0.02% de la población española. Es una cifra que, por terrible que sea, no significa un peligro real para la sociedad en su conjunto. 

Más de 100.000 contagiados registrados y hablamos de pandemia... En España hay 930.000 personas físicas con un patrimonio declarado superior a un millón de euros. ¿Eso qué es? ¿España sufre una superpandemia de millonarios? No... no hay más que poner la cifra en contexto... representan un 1.9% de la población... O sea, el 98.2 % no sufre esa rara enfermedad de los seis ceros, del mismo modo que el 99.98% de la población está sobreviviendo a esta plaga bíblica. "Caen como moscas" leía este día en un artículo que hablaba del tema. No sé. Son unas moscas muy exclusivas.

El tema es que las medidas que adoptan los gobiernos en medio de esta locura colectiva afectan a bastantes más personas que ese porcentaje ínfimo de afectados. Hablando de moscas, se está matando moscas a cañonazos.

Echando un vistazo superficial a la curva de casos y fallecidos se advierte que es constante, no hay un cambio brusco a partir del momento de la instauración del estado de alarma (en realidad un estrado de excepción camuflado). Ni siquiera al cabo de 15 días de vigencia (vamos ya por las tres semanas) que sería lo esperable en caso de que esa excepcional medida hubiera tenido algún efecto. 

En lo que sí se ha notado el estado de alarma es en la cantidad de personas que ha pasado de tener un empleo a no tenerlo. Que han pasado de cobrar por su trabajo a, en el mejor de los casos, recibir un subsidio que tarde o temprano tendremos que pagar entre todos, por estar encerrados en casa. Muy solidarios, eso sí. Y vamos, los aplausos de los balcones a las 20.00h ponen los pelos de punta y no hay dinero que pueda pagarlos.

¿Por qué no tomar al coronavirus como lo que es, una catástrofe natural? ¿Qué pasaría si hubiera un terremoto de magnitud 8 en Madrid o Barcelona? Ciertamente, es algo posible. Improbable, pero posible. ¿Se construye pensando en esa posibilidad? No. Se vive conforme a lo probable y las muchas cosas que son improbables pero ocurren, se asumen como algo trágico, si se quiere, pero que no ha de condicionar la vida normal de una sociedad en su conjunto.

Concentrar recursos en el desarrollo de una vacuna. Concentrar recursos en la atención a la población de riesgo. Establecer medidas que afecten a esa población de riesgo puesto que por muy rudimentario que sea el estudio sobre los casos de afectación grave se ve que no es un virus que ataque a toda la población por igual. Y que la vida siga, para la mayoría de la población, sin esta angustia que se percibe en la mirada del enmascarado de turno que te puedes cruzar por la calle camino del súper.

¿Se imaginan una pandemia que matara, sistemáticamente, a 8.500 niños al día y que si ampliáramos el abanico de edad a los menores de 15 años nos diera una cifra de muertos de 6.300.000 al año? Pues existe. Se llama hambre, malnutrición y falta de atención primaria. Pero nos pilla lejos y no ocupa ninguna portada. Y no habría que hacer mucho para solucionarla, redistribuir mejor todo lo que nos sobra. Con eso bastaría.

Saludos.