Apaga estos ojos míos: no dejaré de verte,
si me tapas los oídos podré igualmente oírte,
y podré sin pies ir hacia ti
y sin boca podré aún conjurarte.
Quítame los brazos y te cogeré
con mi corazón como si fuera una mano;
párame el corazón, latirá el cerebro;
y si a mi cerebro prendes fuego,
entonces te llevaré en mi sangre.
Rainer Maria Rilke
El Libro de Horas
Fot: René Groebli