No sé qué deseo más,
si a ti o al anhelo de ti,
si a los besos o a la sed de ellos,
no sé qué me satisface más.
Pensé que nunca volvería a escribir poemas
y ahora mi cuerpo es cauce de río
y acoge una crecida
que cubre bancos y meandros
y la corriente viene llena de palabras.
Palabras que hablan de mi amor,
de mi anhelo,
de mi deseo renovándose como la luna,
oscureciéndose al sol de tu mirada.