Es curioso que todos los recuerdos que evocamos tengan una cualidad. Siempre están llenos de silencio; es su característica más acusada, y aunque en la realidad fuese lo contrario, no por ello dejan de producir esa impresión. Y son apariciones mudas, que me hablan con miradas y gestos, sin recurrir a la palabra, silenciosamente. […] Son silenciosas porque, precisamente, el silencio es para nosotros un fenómeno incomprensible. […] El silencio es la razón por la que las imágenes del pasado despiertan en nosotros más tristeza que deseo, una melancolía inmensa y desatinada. Esas cosas han sido, pero no volverán a ser jamás. Son cosas pasadas; forman parte de otro mundo, extinguido para nosotros.
Erich Maria Remarque
Sin novedad en el frente
Edhasa, 2003
Trad. Judith Vilar
Fot. Didier Jacquet