miércoles, 27 de marzo de 2019

Y después se lo dijo


Ese insensato amor que le profeso sigue siendo para mí un insondable misterio. No sé por qué le quería hasta ese extremo de querer morir de su muerte. Hacía diez años que nos habíamos separado y cuando eso sucedió raramente pensaba en él, le quería, parece, para siempre y nada nuevo podría alcanzar ese amor. Yo había olvidado la muerte…
Él le telefoneó. Soy yo. Ella le reconoció por la voz. Él dijo: sólo quería oír tu voz. Ella dijo: soy yo, buenos días. Estaba intimidado... tenía miedo, como antes. Su voz, de repente, temblaba… Y después se lo dijo. Le dijo que era como antes, que todavía la amaba, que nunca podría dejar de amarla, que la amaría hasta la muerte.

Marguerite Duras
El amante
Ed. Tusquets, 2010
Trad. Ana María Moix

Fot. Francesca Woodman