a través del tiempo.
A veces tan cerca
que casi te toco
No sé
dónde acaba la memoria
ni
ni
dónde empieza la realidad:
el reloj de mi cuerpo
se ha averiado
y
tozudamente revive
los instantes
ya resecos
del interior de los árboles.
El tiempo no sabe solidificarse
y fluye
a través de la sangre.