Unas pocas palabras
en la frontera misma del silencio
como las que se retiran, discretas, cuando es hora
de que los cuerpos hablen.
Unas pocas palabras: signos,
indicios solamente. Un poco
de aire conmovido
entre la mano y la página.
Es bastante. Es incluso demasiado.
De: “Los dones del otoño”
Ed. Pre-Textos 2015