miércoles, 30 de agosto de 2017

Una especie de pérdida


Usados en común: estaciones del año, 
libros y una música.
Las llaves, los boles de té, la panera, 
sábanas y una cama.
Un ajuar de palabras, de gestos, 
traídos, empleados, gastados.
Un reglamento de casa observado. 
Dicho. Hecho. 
Y siempre alargada la mano.

De inviernos, de un septeto vienés y de veranos
 me he enamorado.
De mapas, de un poblacho de montaña, 
de una playa y de una cama.
Con fechas he hecho un culto, 
promesas he declarado irrevocables,
he adornado un algo 
y he sido devota delante de una nada,
(-de un periódico doblado, de las cenizas frías, 
del papel con un apunte)
impávida ante la religión, 
porque la iglesia era esta cama.

De la vista de un lago 
surgió mi pintura inagotable.
Desde el balcón había que saludar 
a los pueblos, mis vecinos.

Junto al fuego de la chimenea, 
en la seguridad, 
mi cabello tenía su color más intenso.
La llamada a la puerta era 
la alarma para mi alegría.

No te he perdido a ti,
sino al mundo.

Una especie de pérdida
De Últimos Poemas 

Insomnia