lunes, 28 de septiembre de 2015

Decisión

Edward Weston, 1923

Y se quedó mirando la nada segundos, minutos, horas… perdió la cuenta. No pensaba en nada y, al mismo tiempo, en todo. Su mente creaba más hipótesis y teorías que, en vez de tener respuestas, la colmaban de interrogantes y dudas. Y se quedó mirando la nada por mucho tiempo hasta que una sonrisa brotó de la nada, se encogió de hombros y dijo “todo está bien y va a estar mejor, yo he decidido confiar en él; pero antes, confío en mí y sé que vamos a poder".

Diario de una comunicadora


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