miércoles, 14 de octubre de 2020

País secreto


Toda auténtica mujer, 
posee un país secreto, 
más real para ella 
que todo este pálido mundo exterior: 

a medianoche, 
cuando la casa cae en silencio, 
deja de lado agujas o libros 
y lo visita a escondidas. 

Cerrando los ojos se deja llevar, 
imagina una verja de cinco barrotes 
entre altos abedules: 
la salta y toma posesión. 

Luego corre, o vuela, 
o bien cabalga un caballo 
que acude al trote a recibirla, 
y viaja allí donde quiere; 

sabe hacer que la hierba crezca, 
que el lirio florezca al mirarlo 
y que los peces coman de su mano; 

ha fundado aldeas, plantado arboledas 
y vaciado valles para que los arroyos fluyan, 
fríos, hacia una bahía cerrada al mar. 

Nunca me atreví a preguntar a mi amor 
por el gobierno de su reino, 
ni por su geografía, 
ni la he seguido entre esos abedules, 
o escalando esa verja 
para espiarla en la niebla. 

Y aún así me ha prometido, cuando yo muera, 
darme cobijo al pie de su palacio, 
en un claro en medio de la espesura, 
donde crece la genciana y el alhelí 
y donde a veces podremos encontrarnos. 


Robert Graves
País secreto

Fot: František Drtikol