sábado, 10 de octubre de 2020

La calma



La calma

Con sigilo despiadado, se evapora al frío del desorden este silencio en gotitas sin consideración. Un desvanecerse en cada latido que, sin embargo, no duele; tal vez sea la costumbre de las heridas abiertas o el arte fingido por la defensa propia. No es de mercado este sangrado facundo de las horas vacías; al contrario, se regala a la mínima ocasión si la luz quiere jugar. Y hace el pino entre las sombras para caerse e imaginar engañándose que todavía puede sonreír.


Fot: s/d