miércoles, 15 de enero de 2020

Podría haberme quedado


Podría haberme quedado

No seguía una estrella, ni me marcaban el camino
guijarros relucientes,
no pretendía descubrir si la Tierra es redonda,
si las mujeres más bellas, si el césped más verde
y esas cosas.
No iba a, me iba de, y viajar así
es ya la confesión de un fracaso.

Podría haberme quedado, es cierto.
Decir, como mis amigos,
el tiempo vuela,
no hay mal que por bien no venga,
pan para hoy, hambre para mañana,
como en España en ningún sitio,
el mundo es un pañuelo.

Pero me asustaba ver mi futuro
en una fotografía de color sepia,
me iba para poder volver
a un lugar que no existió,
y conmoverme por la nostalgia
de lo que entonces aborrecía.

Podría haberme quedado,
aquí o en cualquier otro sitio,
haberme dicho que seré la misma
bajo la Estrella Polar o bajo la Cruz del Sur,
que no todo es una cuestión de perspectiva.

Pero entonces ¿cómo os habría encontrado, a todas
las que me quisisteis? Habría vagado descalza por la casa,
acariciado el vidrio de las ventanas,
cerrado los ojos y avanzado a tientas,
aspirado el olor de la madera
y habría dicho
en algún sitio,
seguro que en algún sitio
me aguarda el prodigio. Y me habría consolado,
es humano,
con cualquiera que estuviese cerca,
un poco al azar, sin entusiasmo,
contigo,
por poner un ejemplo.

José Ovejero
Mujer lenta
Ed. Pre-Textos

Fot. Elliott Erwitt
Paris, 1960s