Quienes creen en la caducidad de los recuerdos
y sus efectos, me aconsejan cicatrizar
con cataplasmas de espera.
Mientras, la quemazón de un dolor
agudo me recuerda
que la posibilidad fue real por un momento,
que yo la perdí
y que me quiso una vez
no sé por cuánto tiempo.
Fot. Giada Otten