Jamás había conocido a una mujer que desease tanto ser deseada, ni a una mujer que lo temiese tanto. Jamás había conocido a nadie que llegase y se marchase tantas veces...
Me percaté de que cuanto más me amaba, más necesidad tenía de recordarse a sí misma que estaba sola. Comprender esto casi me destrozó, mientras, desde la ventana, contemplaba cómo se marchaba y la despedía moviendo la mano.
Pero finalmente lo entendí.
Hanif Kureishi
Intimidad
Ed. Anagrama, 2006
Trad. Mauricio Bach
Fot. Edward Dimsdale