viernes, 1 de septiembre de 2017

Informe sobre falsarios


Informe sobre falsarios (acerca de la verdadera naturaleza de los escritores y su tarea).

Advierten los autores del informe, consternados, que se trata de una de las cepas más virulentas de su raza. Taimados, astutos, diestros para la manipulación y el disimulo, esconden su brutalidad bajo una fachada pusilánime, casi inofensiva. Camaleones. Pese a los incontables esfuerzos por eliminarlos -no seremos los primeros-, hasta ahora han resistido toda suerte de ataques y vacunas, bien encerrándose en sus madrigueras, bien fingiendo una vida anodina como sus congéneres. Su capacidad de adaptación solo tiene equivalente en cucarachas y bichos semejantes. ¿Cómo sobreviven? Parasitan las vidas de los otros. Allí yace su amenaza: infectan a sus huéspedes cuando nadie los observa -criaturas etéreas y noctámbulas-, se introducen inadvertidamente en sus cerebros y de un día para otro, sin desatar síntomas, se apoderan de sus víctimas. Cuando los miserables al fin reconocen la patología -respiración entrecortada, taquicardia, cefalea, aunque hay reportes de asfixia, embolias y paros cardíacos- es ya tarde. Algunos especialistas los comparan, no sin razón, con escorpiones. Su veneno no solo es tóxico sino, la mayor parte de las veces, incurable. Y lo peor: su mal es altamente contagioso. Una vez que se desata, no hay otra solución sino el aislamiento o la muerte.

(...) ¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Qué impulsa a una raza inteligente a dotarse de falsedades cotidianas, a tramar historias inconcebibles, a regodearse en las mentiras? ¿Y por qué alguien querría consagrar sus días a tan estúpida tarea? A nosotros nos cuesta imaginar lo que sería vivir maquinando fantasías con el único deseo de contaminar al mayor número posible de personas.

La modestia no es uno de sus rasgos: los infames se piensan elegidos, creen que sus ideas deben contaminar mente tras mente y no dudan en llamarse "geniales". ¿Cuál es su provecho? ¿Qué buscan, por qué perseveran con sus densas artimañas? Los autores del informe incluyen una casuística tan amplia que resulta inútil. Unos lo hacen por dinero -debilidad humana-, pero otros se creen instrumentos de los dioses, defensores del "arte" o la "poesía", o son solitarios incurables: sujetos que no toleran el azar que gobierna las estrellas y buscan sustituirlo con el orden natural sus patrañas. (...) Cuando se sienten en peligro, se fingen locos -enfermos involuntarios- o de plano acaban espectacularmente con su suerte. Y entonces el resto de los humanos los venera, les consagra mausoleos y les confía la inmortalidad sólo por acomodar bien que mal unas cuantas frases y palabras.

¿Por qué su obra -y su vida, para colmo- desata tanto interés, tanta curiosidad, tantos homenajes? ¿Acaso no son tan viles o egregios como otros? ¿Por qué los humanos aprecian tanto sus sueños y temores, sus retratos deformados, sus paisajes truncos y su descarada invención del inconsciente y las torturas entrañables? Los autores del informe recomiendan unánimemente exterminarlos. Han de convertirse en los primeros objetivos de la guerra, antes que soldados y políticos. ¿La urgencia? Son culpables de esas invenciones que hacen más humanos a los humanos: la idea de que cada uno es como cualquiera, de que pueden llegar a comprenderse -aproximarse a la distancia-, de que en esencia no son tan diferentes. La opinión final de los autores del informe resulta ineluctable: si en verdad queremos conquistarlos, tenemos que liquidar esta perversa plaga. O, en último caso -como siempre han hecho sus tiranos-, obligarlos a trabajar de nuestro lado.

Jorge Volpi
Informe sobre falsarios

Fot. The Fly
from Robert Hooke’s Micrographia, 1665