Después del amor miro el cielo raso que es el cielo de los amantes: vacío de cal blanca, ya no estás. Recuerdo... después del amor sucedía un pudor silencioso, la nostalgia del deseo, la decepción de ese sueño de absoluto.
Para disimular su derrota o su triunfo imperfecto, Sandra prefiere dormirse mientras yo fumo, olvido, y no comprendo nada: ni la felicidad que se va, ni la que llegó.
Gonzalo Arango
Fot. Harry Callahan
Eleanor, 1953