Cerró la puerta con llave.
Miró hacia atrás con desconfianza
y se guardó la llave en el bolsillo.
Le detuvieron en esa postura.
Le maltrataron durante meses.
Hasta que una noche confesó
(y quedó demostrado)
que la llave y la casa eran suyas.
Pero nadie pudo entender
por qué había escondido su llave.
De modo que
a pesar de habérsele declarado inocente,
siguió siendo sospechoso para todos.
Miró hacia atrás con desconfianza
y se guardó la llave en el bolsillo.
Le detuvieron en esa postura.
Le maltrataron durante meses.
Hasta que una noche confesó
(y quedó demostrado)
que la llave y la casa eran suyas.
Pero nadie pudo entender
por qué había escondido su llave.
De modo que
a pesar de habérsele declarado inocente,
siguió siendo sospechoso para todos.
