sábado, 8 de abril de 2017

La soledad


La mayoría de las personas, todas las del rebaño, no han saboreado nunca la soledad. Se separaron un día del padre y de la madre, pero sólo para acercarse a una mujer y sumergirse enseguida en un nuevo nido de calor y familiaridad. Nunca están solos y a solas, nunca hablan consigo mismas. Y al solitario que se cruza en su camino le temen y le odian como a la peste, le arrojan piedras y no se tranquilizan hasta que están bien lejos de él. Porque al solitario le envuelve un aire que huele a estrellas y al frío de los espacios siderales, y le falta todo ese aroma encantador y cálido a hogar y nido.

Hermann Hesse  La soledad
Escritos políticos 1914 - 1932
Ed. Bruguera. 1985
Trad. Herminia Daner