lunes, 7 de noviembre de 2016

La fantasía de la violación

Calvato (+), Evil Serie

La fantasía de la violación existe. La fantasía sexual. La idea de ser entregada, forzada, obligada era una fascinación mórbida y excitante para la niña que yo era entonces. Después, esas fantasías me acompañan. Estoy segura de que son muchas las mujeres que prefieren masturbarse fingiendo que eso no les interesa, antes de saber lo que les excita. No todas somos iguales, pero no soy la única. Esas fantasías de violación, de ser tomada por la fuerza, en condiciones más o menos brutales, que yo declino a lo largo de mi vida masturbatoria, no me vienen out of the blue. Se trata de un dispositivo cultural omnipresente y preciso, que predestina la sexualidad de las mujeres a gozar de su propia impotencia, es decir, de la superioridad del otro, más bien a gozar contra su propia voluntad que como zorras a las que les gusta el sexo. En la moral judeo-cristiana, más vale ser tomada por la fuerza que ser tomada por una zorra, nos lo han repetido suficientemente. Hay una predisposición femenina al masoquismo que no viene de nuestras hormonas, ni del tiempo de las cavernas, sino de un sistema cultural preciso, y que tiene implicaciones perturbadoras en el ejercicio que podemos hacer de nuestra independencia. Voluptuosa y excitante, resulta también perjudicial: que nos atraiga lo que nos destruye nos aparta siempre del poder.

Virginie Despentes (+), Teoría King Kong, 2006
Ed. Melusina, 2009
Traducción: Beatriz Preciado