Laura Gilpin, At the Edge of the Plains, 1923
Canto del camino abierto
A pie, alegre, cojo el camino abierto
Sano, libre, el mundo ante mí
La larga senda parda me conducirá adonde yo quiera
Por eso no llamo a la fortuna, yo mismo soy la fortuna
Por eso ya no lloriqueo, no pospongo nada, nada necesito
He acabado con las quejas domésticas, con las bibliotecas,
con las críticas beligerantes
Vigoroso y contento bajo por el camino abierto…
Walt Whitman