domingo, 1 de mayo de 2016

Ese perro

Hundido en las arenas de lo inexplicable,
que tienen el color de la nieve dorada por la incuria,
trepando a lo incógnito,
ese perro
ve alzarse frente a él dolor en llamas.

Estupor, desvarío, temor
hay en sus ojos,
soledad en su testa,
decisión en su esfuerzo,
lucidez en su angustia,
resignación en su miseria y pequeñez,
amor en su trazado.

Ese perro
ya ve.
Ve y comprende. Es su dueño.

Miguel Munárriz


Goya, Perro semihundido