Kwangho Shin
Es preciso, a veces, dejar de esperar endorfinas, deshinchar pupilas. Aceptar los grises como finalidad.
Y así decido mi nueva perspectiva vital. Me obligo a aceptar duelos, tirar llaves y dejar de recrearme en las despedidas. Así encuentro nuevos placeres e impulsos renovados. Y de repente algo aparece.
Vuelvo a mi vida entre satélites de ondas pegadizas. De personitas que solo entienden de bienvenidas y locuras low cost como lo único realmente necesario para sobrevivir.
Resurjo en la música como levadura al corazón. Reconociéndome entre armonías imposibles como antídoto a todo pasado.
Encuentro la timidez como antesala al intelecto. La simple apetencia a un abrazo, un roce, que no huele a dolor.
Aun no sé cómo, pero todo marcha suave y he vuelto a salvarme.
Reconstruyendo
Say What You Want
Texas