jueves, 10 de diciembre de 2015

Pendiente de confirmación


No sé cómo ocurrió. Un día desperté, y ya no estaba ahí. Ya no me encontraba. Ya no sentía que era yo. La persona que habitaba mi cuerpo durante tanto tiempo se había esfumado.

Todos mis planes, mis deseos, mis preferencias, mis intereses se habían esfumado. Se esfumó todo de un día para otro. Ya no me sentía yo. Ya no sabía quién era, precisamente, ese «yo».

El alma se me había escapado del cuerpo y, sin embargo, yo… seguía con vida.

Recuerdo haber escuchado una canción que conocía, que tarareaba en mi cabeza a ojos cerrados. No recordaba el nombre y no encontraba en mi memoria más que la tonada.

Quizá nunca la aprecié como debía sino hasta entonces que, por más que recordaba, no podía dar con ella. «Así que de esto es de lo que se trata el olvido».

Fot: Shadowinlull


Michael Hoppé