miércoles, 7 de enero de 2015

Bilingüismo

A veces pienso en catalán y otras veces en castellano. El idioma en el que pienso viene determinado en primer lugar por la persona (si la hay) en la que pienso. Pero lo curioso es cuando hablo conmigo mismo. Me he dado cuenta de que me juzgo y evalúo en castellano. También me analizo en castellano. Pero la conclusión final suele ser en catalán.

Puntos suspensivos. Que suelen ser tres.

Se acabó la temporada navideña y empiezan las rebajas. Hace frío y no me gusta nada el frío. Inhóspito, desagradable. Me gusta más el calor(sito). El frío es triste. No lo asocio con nada bueno.

En lo que llevamos de día he hecho siete cosas bien y una mal. Y la que he hecho mal, me he dado cuenta rápido y he rectificado. Estoy bastante contento por ello.