sábado, 13 de diciembre de 2014

Impulsión y compulsión

Es ese ir más allá de lo permitido y de la norma lo que hace tan excitante y adictiva la transgresión de cualquier precepto y es precisamente el miedo a ser descubierto de la cleptomana, la codicia de ganar dinero del ludópata, la excitación sádica de aquel que comete un crimen, la sensación voluptuosa de poder del violador o una oscura voluntad de dañar y de venganza en el pirómano los elementos inefables de la tensión que induce al impulso a consumarse. No tiene nada de extraño: cualquier persona normal que haya cruzado un límite cualquiera sabe a qué me refiero.

Fragmento de un texto sobre la impulsividad y Caravaggio