domingo, 2 de septiembre de 2012

Puede estar bien...

Supongo que el primer vislumbre del relato surgió cualquier día de la primavera de 2010, paseando acaso por la calle de Bravo Murillo de Madrid. Me imaginé el desenlace feliz de una novela (un hombre que, tras muchos intentos fallidos, consigue al fin la dicha), y esa fue quizá la intuición inicial: una novela que empieza con un final feliz.

Luis Landero, en una entrevista acerca de su novela "Absolución"