miércoles, 18 de marzo de 2020

El coronavirus

El coronavirus.

Hoy tengo la impresión de que estamos viviendo una de aquellas situaciones en las que es peor el remedio que la enfermedad.



El hipotético remedio está afectando a prácticamente el 100% de la población: confinamiento, cierre de empresas, cambio brusco en las pautas sociales... Para muchas personas estas semanas o meses de vida en condiciones excepcionales supondrán una dificultad (económica) de la que tardarán muchos meses o años en reponerse. (Me río de la recuperación en V). Autónomos, pequeñas empresas, asalariados y familias que no solo es que vivan al día, es que además están YA endeudados...
En fin... está claro que la catástrofe económica (que afectará a todo el mundo salvo a un pequeñísimo porcentaje de privilegiados) está servida.
¿Y todo ello para qué?
¿Para salvarnos de un virus que mata a viejos enfermos? (Para hablar corto).

Datos:
En España no dan datos por edades, hay que bucear en los datos que da cada CCAA.
Según los datos de anteayer, los fallecidos en España tienen una media de edad que oscila entre los 78 y 80 años. La paciente más joven es una mujer de 59 años con una enfermedad crónica y que permanecía ingresada en el hospital de Son Espases (Palma). Los siguientes más jóvenes tenían 65 (Aragón) y 68 (Asturias). El resto (medio centenar) se sitúa entre los 70 y los 99 años. (Madrid no da datos de edades desde el 8 de Marzo. Hasta esa fecha, los fallecidos tenían entre 76 y 99 años).
No solo es la edad, es que además los fallecidos, en su mayoría, YA estaban enfermos.

Los primeros 12 fallecidos en Catalunya:
6 de marzo
· Mujer de 87 años con patologías previas
9 de marzo
· Hombre de 97 años con patologías previas
· Mujer, 88, con neumonía e insuficiencia respiratoria ingresada el 27 de febrero
12 de marzo
· Dos mujeres, 71 y 83 años
· Hombre, 86 años
Con patologías previas
14 de marzo
· Dos mujeres, 85 y 72 años, con patologías previas
15 de marzo
· Dos mujeres, 71 y 77 años
· Dos hombres, 92 y 71 años
Con patologías previas.

Los datos de Italia van en la misma línea: De los primeros 1.000 muertos, solo 10 tenían menos de 60 años y tenían patologías previas, 70 entre 60 y 70 años, 250 entre 70 y 80 años y el resto más de 80 años. Y, una vez más, la mayoría con patologías previas.

Hoy la noticia del día es la extensión de la enfermedad en las residencias de ancianos... Bastante lógico y nada sorprendente: ambientes de vida comunitarios y fragilidad previa de los residentes.

Es extraño que si el virus es tan letal como insisten en hacernos creer no haya afectado YA a la población reclusa: tienen todos los números para ser víctimas de esta epidemia: hacinamiento, higiene mejorable y, muchos de ellos, con patologías previas.

También me llama la atención que grupos de población (sana) que no siguen las recomendaciones de aislamiento, no sufren tasas de contagio superiores a los que sí siguen las medidas de aislamiento. Me refiero a policía, taxistas, empleados de servicios esenciales, cajeras de supermercado... Algo no cuadra en todo este desbarajuste.

La vida humana hay que protegerla y blablabla, pero la verdad es que estamos creando un problema (no pequeño) para el 95 % de la población (niños, jóvenes, adultos y maduros y relativamente sanos) para intentar salvar a un 5 % de ancianos enfermos.

Más allá de si esta reflexión es moral o inmoral, es la que se desprende de los hechos y datos contrastables.

Entonces... ¿qué hacer?

Mi opinión: informar claramente de la naturaleza, características y riesgos de este virus. Es un virus muy peligroso para ancianos enfermos y menos peligroso para el resto de la población.
Explicar muy bien cómo evoluciona la enfermedad en gente sana: fiebre alta y complicaciones respiratorias. Establecer un protocolo de tratamiento en domicilio para estos casos y hacer un esfuerzo de investigación para encontrar una vacuna lo antes posible, pero, mientras tanto, seguir con la vida lo más parecida posible a la normalidad. No exponerse gratuitamente, pero tampoco caer en esta histeria paralizante que nos está rodeando.
Si uno está ya enfermo y además es de edad avanzada, ir con las máximas precauciones, pero por lo demás, por favor, que siga la vida. Siempre se ha dicho que la naturaleza es sabia. Pues eso.

En fin... es lo que pienso.