lunes, 13 de agosto de 2018

Una forma orgullosa de llorar


Entonces ella empezó a llorar, mirándole fijamente y dejando que las lágrimas corriesen por sus mejillas, sin tocarlas, como si no quisiese reconocer que estaban allí. Era una forma orgullosa de llorar, pensó Sachs, a la vez una revelación de congoja y una negativa a someterse a ella, y la respetó por dominarse tan bien. Mientras las ignorase, mientras no se las secara, esas lágrimas no la humillarían. 

Paul Auster
Leviatán
Ed. Anagrama 1992
Trad. Maribel de Juan

Fot. Ladislav Postupa