Aquí, pensó el médico, desagua la última miseria, la soledad absoluta, lo que no podemos soportar en nosotros mismos, lo más escondido y vergonzoso de nuestros sentimientos, lo que en los demás llamamos locura que es al final la nuestra y de la cual nos protegemos etiquetándola, comprimiéndola con rejas, alimentándola con pastillas y gotas para que siga existiendo, concediéndole permiso de salida el fin de semana y encaminándola rumbo a una «normalidad» que probablemente consiste solo en disecarse en vida.
António Lobo Antunes
Memoria de elefante
Ed. Random House, 2005
Trad. Mario Merlino
Fot. Gilbert Garcin