Yo siempre tengo una gran alegría cuando no entiendo algo y al revés: cuando leo algo que entiendo perfectamente, lo abandono desilusionado. No me gustan los relatos con historias comprensibles. Porque entender puede ser una condena. Y no entender, la puerta que se abre.
Enrique Vila-Matas
París no se acaba nunca
Ed. Anagrama, 2007
Fot. Vilmos Zsigmond