martes, 27 de febrero de 2018

Érase una vez


Érase una vez ella, que se enojó por algo que había comentado él. Ella se resistía a indicárselo, pues deseaba que él se diese cuenta por sí mismo. Así que se mostró esquiva, abrupta y arisca. Y como él no entendía por qué se comportaba así, se lo preguntó sin más. Eso la contrarió doblemente, porque además de no ser lo que ella esperaba, confiaba en que él tuviera la sensibilidad suficiente para comprender qué era lo que le sucedía. Y entonces él se enfadó y le dijo que era demasiado reservada; y los dos se pusieron a discutir acaloradamente por otros asuntos que nada tenían que ver y por los que ninguno estaba en realidad disgustado y nunca hubiera recriminado al otro. Y todo fue por ese algo que él había comentado y que ella no recordaba cuando él la besó, que era de lo que se trataba.

Fernando Trías de Bes
Relatos absurdos
Ed. Urano, 2006

Fot. Rob Woodcox