miércoles, 17 de enero de 2018

Cuando me despierto por la mañana


Cuando me despierto por la mañana
tengo un poema metido en la cabeza
-un poema que canta-
me voy a sentar a escribirlo inmediatamente
así no se me olvidará.
Qué ritmo tan fantástico 
tiene

sólo voy a
preparar el té y cocer los huevos y hacer la papilla
poner la mesa
desayunar con los demás
quitar la mesa y limpiarla
colocar las cosas en la nevera
inventarme algo
que entretenga a los niños, grandes y pequeños
un día de lluvia
y prepararme una cafetera entera
y así disfrutar del café
cuando me siente
ante la máquina de escribir

Y ahora ¿cómo empezaba
el poema?

Uno se enfada
porque digo
que soy la que se tiene que ocupar
de todo en esta casa
otro porque yo no
había puesto una lona sobre la mesa de ping-pong
y había llovido
por la noche

uno entra con ganas de
hablar
¿Qué es lo que estás escribiendo
a todas horas?

dos se ponen a pegarse
uno se echa a llorar
y hay que consolarlo a besos
luego se sientan tres a dibujar
y van contando
incesantemente lo que dibujan
¿Cómo son las lilas?
¿Están combadas hacia fuera
por los dos lados
y también en la punta
las lilas?

luego empiezan a cantar
tres canciones distintas
a la vez

Entonces salgo a coger
unas lilas bajo la lluvia
con la esperanza de que quizá
puedan encontrarme el ritmo
de mi poema

Pues sí, está combada la punta
de las lilas
pero mis poemas
no les importan
nada

La historia de amor del siglo
Ed. Libros del Innombrable, 2010

Fot. Nathalie Ericson