domingo, 8 de octubre de 2017

Las dos mitades


Charles Tripp, el hombre sin brazos, se ganaba la vida como carpintero antes de entrar en circo. Eli Bowen, el acróbata sin piernas, tenía dos pequeños pies de diferente tamaño que nacían de sus caderas y era considerado el más buen mozo de los artistas de circo. En una de sus actuaciones conjuntas Bowen conducía una bicicleta mientras Tripp pedaleaba. Los espectadores aplaudían como tontos, sin darse cuenta de todo lo que podríamos hacer si tuviéramos esa otra mitad de la que nada sabemos, la mitad que nos falta, la otra parte de estos cuerpos inacabados que sólo por ignorancia imaginamos completos.

Ana María Shua
Las dos mitades
Fenómenos de circo
Páginas de Espuma, 2011

Fot. Arthur Leipzig
Subway lovers, 1949