Hay cosas que la vida te da
cuando ya apenas podías esperarlas,
y su luz maravillosa, elemental, purísima,
te hace feliz de pronto.
Y desgraciado, pues comprendes
que no te corresponde ese milagro ahora
y que no debes a ciegas entregarte
a lo que era propio tal vez de otro momento tuyo,
de un momento anterior,
cuando tenías fuerzas para ser libre.
que no te corresponde ese milagro ahora
y que no debes a ciegas entregarte
a lo que era propio tal vez de otro momento tuyo,
de un momento anterior,
cuando tenías fuerzas para ser libre.
Mas déjate llevar,
y vive esa hermosura
con coraje, sin miedo.
A qué pensar en lo que te conviene.
Es muy fugaz la dicha.
No la desprecies. Tómala.
Y apura el fulgor del relámpago.
Después,
y vive esa hermosura
con coraje, sin miedo.
A qué pensar en lo que te conviene.
Es muy fugaz la dicha.
No la desprecies. Tómala.
Y apura el fulgor del relámpago.
Después,
tiempo tendrás para seguir muriéndote.