martes, 5 de septiembre de 2017

Intromisión


Occidente se entromete. Occidente con su libertad asoladora. Misionera de derechos humanos. Hicieron falta derechos ahí donde dejó de haber respeto. Hicieron falta leyes ahí donde dejó de haber comprensión. Occidente y sus derechos conquistados hace apenas dos siglos en función de una industrialización esclavista. Exportándolos ahí donde el respeto y la comprensión de la naturaleza humana hacía oficio de ley. Exportando sus códigos éticos después de haber exportado sus valores de mercado, como compensación, como complemento. Después de haber introducido los valores de depradación que fomentan la competencia, la rivalidad, la envidia y la insatisfacción. Sólo en una sociedad que no tiene necesidad de la unidad del grupo para sobrevivir pueden permitirse los individuos una economía del deseo y la provocación.
¿Qué le debe el norte de Europa a los pueblos trashumantes? ¿Qué tienen que ver conmigo los monoteísmos nacidos del desierto? No reconozco en ninguna de mis células un ápice de monoteísmo. Por mi cuerpo no viaja esa memoria. Sino la fecundidad oscura y contenida de los líquenes y el musgo en los bosques inmensos. Alma pagana, mi historia está libre de amos omnipresentes y celosos.

Chantal Maillard
Husos: notas al margen
Ed. Pre-Textos, 2006

Fot. Aida Muluneh