Por tener, siempre tengo:
sombra profunda para tu sueño,
pueriles secretos para tu risa,
bragas blancas, umbrías manchas,
la mesa puesta, sal y vino,
bajo ramajes de árboles oscuros.
Por tener, siempre tienes:
la mano tendida, para conducirme a la luz o a la noche,
ojos clarividentes, besos largos,
dedos ágiles para mi paz dolorosa,
el hambre presta, la copa vacía.
Somos la metáfora de nada; aire.
N.C.
Metáfora aérea
Fot. Elizabeth Claffey