viernes, 14 de abril de 2017

El perro



Vuelves por la puerta trasera. 
Ofreces la mano, tan querida, de nuevo.
La luz es azul, es rosa, casi nada.
La mano sostiene una pelota.
La luz ya gris, ya escasa, ya herida.
Esperas pacientemente a que te lance la pelota.
Te tomo la mano, lamo tu palma, coloco la pelota entre mis labios.
La luz ya negra, ya oscura, ya vencida.