jueves, 8 de diciembre de 2016

Madrugar


Amo la obligación de madrugar
a tales horas, el dolor de espalda,
la náusea hasta el primer café con leche
de la jornada, cada sensación
que me distingue como predador
famélico buscando su alimento;
antes de que las cosas agoten la mañana,
y nos vuelvan un ser pensante y aturdido.
El único momento en que el futuro
descansa por entero en mis colmillos.

Cristina Morano