con esa certeza que pertenece a las cosas muertas,
sin huesos, al gusto del caníbal,
con todo el lodo en el aliento,
el café me sabe deslavado
cuando no proviene de tus labios
y me desbarata por dentro.
Sabe a naufragio descreído
y cualquier sitio es un deslugar.
Fot. Mas Lucena