sábado, 5 de diciembre de 2015

Tradición

Aunque estaba escrito desde antiguo que “el excremento de niños que comen pan y carne de gallina cura las anginas” y que “es un remedio de gran ayuda cuando se mezcla con miel y se aplica como linimento en la garganta y el paladar o se da de beber”, lo cierto es que, cuando Rodrigo, el único hijo y heredero del Conde de Castilla, llegó hasta las puertas de la muerte, aquejado por tal dolencia (a consecuencia de un mal aire cogido tras pasarse una fría tarde del otoño pescando tencas en las vegas del Arlanza) fue imposible aplicarle tal remedio porque no hubo modo de encontrar en todo el Condado de Castilla niño alguno alimentado con pan y con gallina.
Que solo de nabos y cebolla se alimentan los niños de estas tierras.

Francisco Flecha.
Crónicas del reino menguante.

Castle In The Sky
Brice Davoli