Decía Confucio que, del mismo modo que toda persona tiene un lugar en el que se le acaba la espalada, también puede tener una opinión sobre un tema concreto.
Aristóteles, más conciso, opinaba que todos tenemos un culo y una opinión.
Platón, más fino y ambiguo, hablaba de trasero.
La idea, sin embargo, viene a ser la misma y en la doctrina moderna ha sido tratada recientemente por autores/as de prestigio que no hace falta enumerar, pero que son de sobra conocidos.
Se me ocurre ilustrar esta entrada con una flor que, en determinadas ocasiones, acompaña a la parte del cuerpo que hace de contrapunto a la idea de "opinión" en las frases anteriormente citadas.
Y, para música, nada como una de las Variaciones Goldberg, interpretada por el Gran Maestro Glenn Gould.
Bach
