Hay una extraña historia de amor
entre el sol y la luna.
Se repite cada día,
cada noche,
pero siempre es diferente.
Se repite cada día,
cada noche,
pero siempre es diferente.
El sol muere durante unas horas,
para que su amada
acoja su luz
y la haga suya.
Él sabe que es más bella
la luz cuando es ella quien la viste.
A la luna le gusta acoger a su amado,
pero no siempre.
Y así, a veces se esconde,
huidiza y negra, quiere estar sola.
Otras veces, en cambio,
se abre generosa y se entrega
al ofrecimiento de su amado.
Es entonces cuando
A la luna le gusta acoger a su amado,
pero no siempre.
Y así, a veces se esconde,
huidiza y negra, quiere estar sola.
Otras veces, en cambio,
se abre generosa y se entrega
al ofrecimiento de su amado.
Es entonces cuando
reina en la noche y los silencios,
el descanso y el amor de los cuerpos.
El sol se retira tranquilo.
La luz está en buenas manos.
Fot: Idadora
Sonata No. 14 "Moonlight"
Ludwig van Beethoven