martes, 7 de julio de 2015

La conquista silenciosa


Hoy he salido a pasear más tarde de lo habitual. He dormido muy bien y de un tirón. No utilizo despertador y me he despertado cuando me he despertado. Eran ya más de las 06.30. Después de negociar con urgencias perentorias, y no eran las del cuarto de baño, me he duchado y he salido a dar el paseo. La ciudad cambia mucho en una hora. En mis paseos habituales, sobre las 05.00 / 05.30, no hay nadie/nadie. Y la sensación que me envuelve es, como alguien ha descrito muy bien, la de sentirse dueño de esa paz que todo lo invade.
Pero hoy ya no era así... tampoco había bullicio, pero sí gente, por como iban vestidos se podía adivinar que se dirigían al trabajo.
Y ha sido entonces cuando me he dado cuenta de que la ciudad ha sido invadida, conquistada, por los móviles.
Ellos son los dueños. Llevan a peatones o conductores incorporados, incluso ciclistas, pero ellos mandan, ellos son el objeto de atención. La persona es un apéndice. Hablan entre ellos, se comunican, emiten y reciben. Quien les sostiene es lo de menos.
Me ha puesto un poco triste la idea... pero bueno... he pensado que siempre hay excepciones, incluso aquellas a las que solemos calificar de notables.
La vida sigue.